Chistes largos e historias divertidas para contar en reuniones de amigos

Hilarantes chistes para añadir diversión a tus reuniones con amigos y familiares

Ernesto Díaz - 2020-09-29 10:50:00 - Ocio

Los amigos son uno de los motivos de mayor alegría en nuestras vidas, es por ello que buscamos tiempo en nuestras ajetreadas vidas para juntarnos y pasar un rato en su compañía. ¿Has quedado con ellos? Puedes agregar diversión a tu reunión de amigos con estos chistes largos e historias divertidas e hilarantes que incluso, puedes contar en primera persona para sorprenderles. No te pierdas estos geniales e increíbles chistes para contar a tu familia y amigos. 

Ver también: cómo añadir humor a tu discurso en público

chistes largos para contar en reuniones

Chiste: los peligros de beber y conducir

El otro día salí con la gente de mi empresa a cenar, y ya sabes lo que pasa, una copa de vino por aquí, un margarita por allá, luego unos chupitos, terminas con unas copas... La cuestión es que, llegó el momento de ir para casa, pero me di cuenta de que iba un poco... bueno, bastante perjudicado.

Así que hice algo que no había hecho nunca, cogí un taxi. De camino a casa, vi un control de policía, pero como era un taxi, lo dejaron pasar sin parar para pedir los papeles o hacer un prueba de alcoholemia. Pues bien, llegué a casa sano y salvo y me alegré de haber tomado un taxi, ya sabéis, estos obstáculos pueden dejarte sin carnet y con una buena multa.

Lo que sí me asombró es lo bien que conduje aquel taxi, nunca había llevado uno. No tengo ni idea de dónde lo conseguí, ahora está en mi garaje y no sé qué hacer con el, ¿alguno lo quiere?

 

Chiste del fantasma

Cuando tenía unos 7 años, acompañé a mi padre al funeral de un compañero de trabajo suyo, alguien a quien ni siquiera conocía.

Cuando llegamos allí, me quedé en un rincón esperando que pasara el tiempo. Un hombre de aspecto amargado se me acercó y me dijo:

- "Disfruta la vida niño, disfrútala porque el tiempo vuela. Mírame ahora, no lo disfruté". Luego me pasó la mano por la cabeza y se fue.

Mi padre, antes de partir, me llevó con él a rendir honores a su amigo. Cuando miré en el ataúd, me horroricé al ver que el hombre en el ataúd era el mismo que me había hablado.

Estaba tan traumatizado que no podía dormir bien. Tuve pesadillas terribles durante años, vi a muchos psicólogos, padecí ansiedad, estuve muy confuso... A medida que envejecía, todo mejoró aunque de vez en cuando todavía me despertaba gritando de miedo. 

Muchos años después descubrí algo extraordinario que cambió mi vida por completo. Ese bastardo tenía un gemelo.

Chiste para contar a los amigos: Vacaciones italianas

Mi amiga María tuvo que ir a Italia para asistir a una conferencia, por lo que su marido la lleva al aeropuerto. 

"Gracias por traerme, cariño", le dijo mi amiga, "¿Hay algo que pueda traerte?"

El caradura de su marido, se rió y le dijo "¡Una chica italiana!"

Mi amiga se fue casi sin mirar atrás, asistió en el aeropuerto y de vuelta, su marido fue a recogerla, lo primero que le dijo fue:

"¿Cómo estuvo el viaje?", "¿Y qué pasó con mi regalo?"

"¿Qué regalo?", de respondió mi amiga con cinismo

"El que yo pedí, ¡una chica italiana!", le dijo su marido con ese tono de superioridad que le caracteriza.

"Ah eso... Hice lo que pude, cariño. Solo tendremos que esperar 9 meses para saber si es una niña".

Chiste del contable moribundo

Está en su lecho de muerte un anciano contable y haciendo acopio de sus últimas fuerzas, levanta la cabeza y susurra: "¿Mi amada esposa Sara está aquí conmigo?" Y Sara dice: "Sí, estoy aquí".

Luego dice: "¿Mis hijos, mis maravillosos hijos, están aquí conmigo?" Y ellos responden: "Sí padre, estamos aquí contigo para verte por última vez".

Y él dice: "¿Están mis hermanos y hermanas aquí conmigo también?" Y ellos también le dicen que están aquí.

Entonces el anciano cambia su gesto amable, abre los ojos encendidos y les grita a todos:  "Entonces, si todos están aquí... ¿¡¿Por qué la luz de la cocina está encendida?!"

Chiste para informáticos

Un día, un ingeniero mecánico, un ingeniero eléctrico, un ingeniero químico y un ingeniero informático iban por la carretera en el mismo automóvil. De repente, el coche se averió.

El ingeniero mecánico dijo: "Creo que se rompió una barra".

El ingeniero químico dijo: "Por la forma en que chisporroteó al final, no creo que esté recibiendo gas".

El ingeniero eléctrico dijo: "Creo que hubo una chispa y algo anda mal con el sistema eléctrico".

Los tres se volvieron hacia el ingeniero informático y le dijeron: "¿Qué te parece?"

El ingeniero informático dijo: "Creo que todos deberíamos salir y volver a entrar".

Chiste largo: Facebook aplicado a la vida real

Estoy tratando de hacer amigos fuera de Facebook mientras aplico los mismos principios de la red social.

Por eso, esta mañana he salido a caminar por la calle y les he contado al resto de transeúntes qué he comido, cómo me siento en este momento, qué hice la noche anterior, qué haré después y con quién.

Además, les he enseñado fotos de mi familia, mi perro y de mí haciendo jardinería, desarmando cosas en el garaje, regando el césped, parado frente a lugares emblemáticos, conduciendo por la ciudad, almorzando y durmiendo.

También me he parado a escuchar sus conversaciones, les he dado el visto bueno y les he dicho que me gustan.

Y, ¿sabes lo más genial? ¡Funciona igual que Facebook! Ya tengo cuatro personas siguiéndome: dos policías, un investigador privado y un psiquiatra.

Chiste largo: las matemáticas de la esposa

Un buen día, un esposo dejó a su mujer la siguiente nota

"Mi querida esposa,

Seguramente comprenderás que tengo ciertas necesidades que tu, a tus 54 años, ya no puedes satisfacer. Estoy muy feliz contigo y te valoro como esposa. Sin embargo, después de leer esta carta, espero que no interpretes mal el hecho de que pasaré la noche con mi secretaria de 18 años en el Comfort Inn. Por favor, no te molestes, volveré antes de la medianoche".

Cuando el hombre llegó a casa tarde esa noche, encontró una respuesta a su carta en la mesa del comedor:

"Mi querido esposo,

Recibí tu carta y te agradezco tu claridad sobre mi edad, ciertamente tengo 54 años. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para recordarte que también tienes 54 años y que mientras lees esto, estaré en el Hotel Fiesta con Juan, uno de mis alumnos, quien también es entrenador de tenis. Es joven, viril y, como tu secretaria, tiene 18 años.

Tú, siendo un exitoso hombre de negocios con un excelente conocimiento de las matemáticas, entenderás que estamos en la misma situación, aunque con una pequeña diferencia: 18 entra en 54 muchas más veces que 54 entra en 18".