Cómo saber si mi hijo adolescente tiene depresión

¿Está mi hijo adolescente deprimido?

Alba Caraballo - 2019-02-20 11:24:00 - Psicología

La adolescencia no es solo ese período en el que el joven se divierte con amigos, vive despreocupado o ha adquirido cierta libertad. Detrás, hay mucho más de lo que se aprecia a simple vista, hay una gran presión fruto de los cambios que está viviendo.

El adolescente también padece miedos, angustias y dudas. No solo se divierte, también sufre. Se pregunta quién es y cómo encaja. No siempre es fácil diferenciar entre los problemas normales que puede tener un adolescente de la depresión. En Quonomy.com te explicamos los signos que pueden indicar que tu hijo adolescente tiene depresión y te damos las claves para ayudarle.

La depresión en la adolescencia

Depresión en la adolescencia

Todos los que hemos pasado por ella sabemos lo difícil que puede llegar a ser la adolescencia, los adolescentes no son niños, ni tampoco adultos. Todos los cambios que se producen, las experiencias que viven y los miedos que surgen, les hace ser más inestables emocionalmente. Esta etapa de cambios puede suponer no solo un quebradero de cabeza para los padres, el adolescente también sufre.

La depresión afecta a los adolescentes más de lo que imaginamos, se cree que uno de cada cinco adolescentes la sufrirá y la mayoría nunca recibirá tratamiento.

La depresión es mucho más que un estado malhumorado o melancólico, es un estado mental y físico que puede llegar a cambiar al adolescente por completo y a afectar a todos los aspectos de su vida.

Es un dolor emocional grande que interfiere en sus relaciones con los demás, en la forma en la que ve su presente y su futuro, en sus resultados académicos o en sus ganas de vivir.

Cuáles son las consecuencias de la depresión en la adolescencia

Problemas en la escuela: pueden estar menos concentrados y más cansados por lo que su rendimiento bajará, incluso aunque antes fuera un buen estudiante. No parece interesarle el colegio ni sus resultados académicos.

Cambio en sus relaciones con los demás: muchos adolescentes dejan a sus amistades de siempre, algunos se encierran en sí mismos y no parecen querer relacionarse con los demás, mientras que otros buscan relaciones más extremas y problemáticas.

Huir de su entorno: muchos adolescentes deprimidos se plantean abandonar sus hogares y huir de sus padres.

Baja autoestima: los adolescentes deprimidos suelen ser muy duros consigo mismos, se sienten fracasados, feos, poca cosa. Tienen una pobre visión de sus capacidades y cualidades.

Violencia: jóvenes que han llegado a la depresión por sentirse niños abusados por los demás pueden reproducir estas conductas violentas con otros, ya sea la pareja, los padres u otros chavales del entorno.

Abuso de drogas y alcohol: la depresión puede llevar a algunos adolescentes a abusar de sustancias tóxicas. Se autoinflingen un daño físico enmascarando el daño emocional.

Comportamiento extremadamente rebelde: su conducta suele ser extrema, implicándose en actuaciones peligrosas que pueden poner en riesgo su vida o su futuro.

Trastornos alimentarios: suele suceder más en chicas, pero los chicos no están exentos de utilizar la comida como forma de castigo. Evitan comer o lo vomitan, seguido de atracones de comida. Un adolescente deprimido puede sufrir además de anorexia o bulimia.

Autolesiones: el dolor emocional que sienten y la creencia de no poder solucionarlo les lleva a inflingirse lesiones, cortes y heridas en su propio cuerpo.

Síntomas para saber si mi hijo adolescente está deprimido

Los adolescentes rara vez pedirán ayuda en su entorno, incluso raramente reconocerán los síntomas de la depresión, esperarán que padres o educadores se den cuenta de su sufrimiento. Por lo tanto, es importante estar alerta a estas señales:

  • Ira, enfado, irritabilidad u hostilidad hacia los demás.
  • Tristeza o un estado de desesperanza con llanto frecuente.
  • Se apartan de sus amistades y de su familia.
  • Falta de interés por actividades que antes les llenaban.
  • Bajo rendimiento escolar y malos resultados académicos.
  • Insomnio.
  • Cansancio y falta de energía.
  • Falta de apetito.
  • Extrema sensibilidad ante las críticas.
  • Baja autoestima y sentimiento de ser inútil.
  • Falta de motivación.
  • Dolores y molestias que no encuentran razón médica.
  • Pensamiento sobre el suicidio.

Cómo diferenciar la tristeza de la depresión en la adolescencia

Ante la duda de si tu hijo adolescente está triste, enfadado por algo o simplemente está teniendo una conducta normal adolescente de si está deprimido, piensa en cuánto tiempo lleva experimentando los síntomas. Las hormonas pueden ser las responsables de ciertas conductas, pero no de la desesperación y la infelicidad constante.

Valora la intensidad de las señales de alerta, si son severas o leves y lo diferente que parece respecto a su yo habitual.

Cómo ayudar a mi hijo adolescente si está deprimido

La depresión es un problema muy grave de salud mental que necesita ser tratado, no sirve de nada dejar pasar el tiempo, ante la duda puedes consultar con un experto y mientras, puedes iniciar en tu casa unas sencillas medidas para ayudarle:

Habla con él: pídele que comparta contigo aquello que le preocupa, hazle saber que estás dispuesto a escuchar sin prejuicios. No intentes avasallarle con cientos de preguntas y deja claro que siempre estarás ahí para escucharle y apoyarle, sea cual sea el problema.

Escucha: deja de dar sermones o regañinas, cuando hable contigo, incluso si está relatando algo que no te gusta, aguanta el impulso de criticar. deja que hable y te exprese lo que le pasa o por qué le pasa.

No te rindas: si un día no quiere hablar, déjale, pero hazle saber de forma constante que estarás ahí para cuando esté dispuesto a explicarte su situación.

Reconoce sus problemas: no restes importancia a sus preocupaciones, aunque parezcan demasiado nimios. Reconoce su dolor y apóyale.

Tu conoces mejor que nadie a tu hijo adolescente, confía en tu instinto si piensas que algo no está bien y recurre a un tercero para que pueda ayudaros, ya sea un consejero escolar, un psicólogo o un maestro al que respete.