¿Cuál es el calzado más adecuado para verano? Ni chanclas, ni tacones, ni zapatos planos.

Las chanclas o chancletas son un calzado de verano habitual pero poco recomendable

Alba Caraballo - 2020-05-04 15:40:00 - Salud

Uno de los mayores placeres cuando llega el verano, es guardar los calcetines, medias, leotardos, botas y botines y sacar los pies a pasear. De hecho, es muy posible que tengas un buen surtido de zapatos para las distintas ocasiones, desde las chanclas más playeras, a las sandalias más elegantes, pasando por sneakers, bambas, manoletinas y demás. 

Sin embargo, el pie puede sufrir más durante los meses de verano ya que algunos calzados, por más frescos que sean, no son lo más adecuado para la salud de tus pies. Ni los tacones excesivos, ni las chanclas playeras, ni el calzado con poca transpiración deberían ser los que uses con más frecuencia. Te explicamos cuál es el calzado más adecuado para el verano y el que debes evitar.

El calzado de verano que no debes usar demasiado

Calzado recomendado en verano y no recomendado

El inicio del verano, es una oportunidad única para sacar todas esas cajas de zapatos que guardaste al finalizar la temporada el año anterior y que esperan a ser lucidos ésta. Es también un buen momento para desprenderte de ese calzado que está demasiado viejo y adquirir nuevos zapatos cómodos y frescos. 

Analizamos el calzado más habitual en verano y te explicamos cuál es el más adecuado y recomendable para mantener una buena salud de los pies y todo el aparato locomotor, y cuál deberías o bien desecharlo o usarlo en contadas ocasiones:

Chanclas o chancletas de piscina

Los ingleses las llaman flip flop por el sonido que emiten al caminar. Son zapatos que tienen dos tiras y suelen sujetarse entre el dedo gordo y el segundo dedo del pie. Son fáciles de poner y quitar, suelen estar elaboradas con materiales resistentes al agua, para que puedan usarse en la piscina o en la playa y esto, las hace especialmente duraderas.

Las chanclas, por lo tanto, están fabricadas para ser usadas en un día de playa o de piscina, y no para caminar con ellas durante un largo período de tiempo ya que puede afectar a la salud de los huesos de los pies

Las chancletas pueden provocar un agotamiento en todo el sistema muscular de pies y piernas ya que, los dedos de los pies se ven obligados a hacer más tensión para agarrar la chancla y que no salga disparada al andar o quede atrás. No se adhieren bien al pie, no tienen la sujeción necesaria para que te olvides de que las llevas, no tienen soporte para el arco del pie, ni para el talón, por lo tanto puede resultar muy cansado llevarlas. 

Además, puede provocar que se agudicen otros problemas ya existentes como cayos o talones agrietados. Incluso, puede provocar la aparición de ampollas entre los dedos o en la base del pie, ya que el plástico hace que el pie no transpire como debiera. 
 
Si tienes fascitis plantar, no deberías usar en ningún caso las flip flop ya que puede agudizar la afección o, si tienes algún problema articular o muscular latente, puede causarlo. Es decir, puede provocar la inflamación y desgarro de la fascia, en la parte inferior de los pies, a consecuencia de caminar con zapatos mal ajustados. 

¿Crees que aquí han terminado las desventajas de usar chanclas por períodos muy largos de tiempo? La realidad es que no, además este tipo de calzado no protege al pie de sufrir lesiones y golpes, ni tampoco de verse afectado por quemaduras solares. Por esto, no deben usarse para hacer excursiones o actividades deportivas.

Sin embargo, no podemos obviar que las chanclas son muy útiles para usar en la piscina y la playa, por lo tanto, es recomendable que restrinjas su uso a estos entornos y, además sigas estos consejos: 

- Aplica crema solar en la parte del empeine para evitar quemaduras solares. 

- Si, a pesar de todo, vas a andar un rato con chanclas, toma algún descanso de vez en cuando.

- Opta por chanclas que tengan una sujeción mayor que dos simples tiras, es decir, que sujeten más firmemente el pie. 

Bailarinas y zapatillas de lona sin tacón

Las manoletinas, bambas, mocasines planos, sneakers y otro tipo de calzado plano, son muy populares en verano ya que son transpirables, ofrecen una mayor sujeción al pie e incluso, algunas de ellas pueden lavarse. 

Sin embargo, tampoco es el calzado más adecuado para verano, su mayor inconveniente es que son de suela plana, sin un mínimo de tacón que permita levantar un poco el pie y ofrecer un mejor soporte para el talón y el arco. 

De ello se traduce que, si caminas mucho rato con este zapato plano, puedes terminar con dolor de rodilla, de pie y alteraciones posturales que provoquen dolor en las lumbares. 

Si además, usas unos mocasines planos no muy transpirables, pueden hacer que tus pies suden en exceso y esto puede provocar mal olor, ampollas y la proliferación de hongos y bacterias. 

Zapatos de tacón alto

Los zapatos de aguja, plataforma alta o cualquier otro tacón de más de 5 centímetros, pueden causar problemas como: 

- Aparición de espolones en el talón, que suelen ser muy dolorosos y, crónicos.

- Dolor y lesiones en la parte delantera de los pies que es donde acaba recayendo el peso, en lugar de distribuirse uniformemente por todo el pie.

- Lesiones como esguince o torcedura de tobillo.

- En cualquier caso, en algunas ocasiones, puede ser imprescindible lucir un buen zapato de tacón alto, por lo que debes considerar alguno de estos consejos: 

- Que sean tacones no excesivamente altos.

- Son preferibles los tacones gruesos en lugar de los clásicos salones, para tener más apoyo.

- Utiliza unos tacones con los que te sientas cómoda y no unos que por más bonitos que luzcan, te los quieras quitar a los quince minutos. 

- Prueba y doma los zapatos de tacón antes de usarlos en algún evento para evitar que te cause ampollas

Calzado recomendable en verano

Frente a chanclas, sneakers, manoletines y otros calzados que, ni sujetan bien el pie, ni transpiran, ni tienen un poco de tacón, encontramos otros zapatos más adecuados para los meses más cálidos: 

Sandalias de buen material y buen ajuste

Las sandalias son zapatos abiertos que, dejan transpirar al pie, tienen una sujeción en el empeine o en el tobillo que permite que el pie esté bien ajustado y son cómodas, aunque no es el calzado más adecuado para salir de excursión o hacer senderismo. Aun así, existen sandalias de todos los tipos y materiales, por lo tanto, las más adecuadas son: 

- Las que no tienen una suela totalmente plana, sino que tienen un poco de cuña o un tacón pequeño (no más de 5 centímetros y preferiblemente grueso).

- Que tengan una sujeción no demasiado fina y endeble, sino aquellas que ofrecen un buen agarre al pie.

- Aquellas elaboradas con materiales naturales para que permitan respirar al pie y evitar que sude en exceso. 

Zapatillas de deporte o tenis

Las zapatillas deportivas son probablemente el zapato más adecuado en cualquier temporada, verano o invierno. Pero además, encontrarás la versión veraniega de muchos de estos calzados deportivos. 

Es un calzado transpirable, que pesa poco, ofrece una excelente protección al pie en toda su extensión y, hoy en día, puedes usarlos tanto para actividades deportivas, como para caminar por la ciudad o acudir a una comida con amigos. En cualquier caso, como en los calzados anteriores, debes tener precaución de adquirir unas buenas zapatillas de deporte para evitar que tus pies sufran:

- Han de ser de buena calidad, para que garanticen que el pie transpire y no se acumule demasiada humedad dentro del calzado.

- Intenta no usar las mismas zapatillas todos los días y deja que ventilen de vez en cuando para que se seque el exceso de sudor.

- Escoge bien tu número para no tener los dedos muy apretados dentro, ni tampoco que baile el pie dentro de ellas. 

Conclusión

El calzado más adecuando en verano, para evitar lesiones y daños en músculos, huesos y articulaciones son las zapatillas deportivas o las sandalias de tacón inferior a 5 centímetros, con un buen agarre y elaboradas con materiales naturales.

El resto de calzado: tacones altos, chanclas, bailarinas, bambas o sneakers deben ser utilizados de vez en cuando y sin abusar, para que tus pies y, por extensión, tu aparato locomotor, no sufra en exceso.