¿Es malo arrancarse las costras de la piel?

La manía de arrancarse las costras de la piel puede ser perjudicial

Alba Caraballo - 2020-09-15 11:28:00 - Salud

Todos tenemos una cicatriz con una historia detrás, sin embargo, hay historias que es mejor no contar. Sobre todo si la historia pasa por contar que la cicatriz ha quedado a consecuencia de una mala curación de la herida, en concreto, por haber arrancado la costra una y otra vez mientras sanaba. 

Y es que, a muchas personas puede resultarles tan tentador arrancarse una costra como tirar de esas pielecillas muertas que salen al haberte quemado la piel tras exponerla al sol. Es más, cuando la costra ya está seca y comienza a levantarse de un borde, parece casi imposible evitar el deseo de continuar levantándola con la uña hasta arrancarla por completo. Esto nos lleva a preguntarnos si es malo arrancarse las costras de la piel.

Este impulso puede ser inofensivo, si la cicatriz es pequeña o ya está a punto de caerse, pero también puede aumentar el riesgo de padecer una infección en la herida o dejar una cicatriz en la zona al impedir que cierre adecuadamente. Es más, cuando arrancarse las costras se convierte en un hábito, puede deberse a una condición conocida como dermatilomanía, un trastorno obsesivo compulsivo que lleva a la persona   arrancarse costras o cicatrices e incluso tocar de forma insistente pequeñas heridas previas.

¿es malo arrancarse las costras?

Qué son las costras

Cuando te haces una herida en la piel, se abre una grieta que el organismo corre a reparar inmediatamente. Para ello, unas células sanguíneas conocidas como plaquetas, permanecen en el corte formando un coágulo para taponar la grieta. De esta forma, se evita que la sangre siga fluyendo o que penetren en la piel gérmenes y bacterias. 

Ver también: cuáles son las capas de la piel

Este coágulo comienza a endurecerse y a secarse formando la costra, esa especie de capa con forma de corteza y color marrón o rojizo. 

Lo que ocurre durante este tiempo en el que se está curando una herida es que, el organismo automáticamente comienza a generar piel en la parte inferior de la herida. Es decir, el rasguño comenzará a curar de abajo hacia arriba. 

En caso de que la herida haya eliminado todas las capas de la piel, comenzará a formarse nueva piel desde los bordes de la herida hacia el centro. En estos casos, suele verse blancas las heridas y las células de grasa pueden llegar a ser apreciables a simple vista. Este tipo de heridas, más profundas, son las que tardan más en curar.

Para que el proceso de cicatrización pueda ser rápido y no haya infección, lo ideal es mantener una buena higiene en la zona. Si se requiere gasa o vendaje, hay que cambiarlo cuanto antes y, si no es posible, se debe limpiar varias veces al día, sobre todo si está en contacto con otras superficies. También debes proteger la herida de la luz solar para evitar que deje marca. 

Ver también: cómo curar una herida o raspadura en la piel

¿Es perjudicial arrancarse las costras de la piel?

Como hemos visto, las costras juegan un papel importante para proteger las heridas contra infecciones, por lo tanto, si cada vez que tienes una costra, sientes la tentación de rascarla, arrancarla, pellizcarla o toquetearla, lo que estás haciendo es dejar a la herida que está debajo vulnerable a una infección.

Además, el cuerpo intentará proteger de nuevo la grieta en la piel creando una nueva costra. Por lo tanto, el proceso de curación de una herida se puede alargar en exceso si constantemente recurres a arrancarte las costras.

Otra de las consecuencias que resultan de esta manía es que quede una cicatriz a largo plazo. Quitarse las costras de forma repetida puede hacer que la piel no pueda regenerarse por completo y quede una cicatriz en ella.

Ver también: cómo reducir la apariencia de una cicatriz

¿Qué ocurre cuando arrancarse costras se convierte en un hábito?

Cuando el hecho de arrancarse costras ya no es algo circunstancial sino que es una rutina diaria arrancarse algunos pellejos, pieles o costras, entonces hablaríamos de dermatilomanía o un trastorno de excoriación. 

Se trata de un impulso incontrolable de pellizcar o tirar de una parte de la piel, bien sea solo por el placer de arrancar esa piel, bien porque también la persona siente la atracción de comerse esa costra o ese trozo de piel. En este último caso hablaríamos también de dermatofagia.

Las zonas del cuerpo más propensas a sufrir estos impulsos son: uñas, cutículas, granos de acné u otras protuberancias, cuero cabelludo y sí, el caso que aquí nos ocupa, las costras.

Las personas con dermatilomanía suelen padece un alto nivel de estrés y ansiedad y recurren a aliviarlo arrancando trocitos de piel o costras. Esto les proporciona una sensación de satisfacción, de relax y de alivio. Sin embargo, esta conducta no siempre responde a una actitud premeditada: "voy a arrancarme la costra", en general, es un comportamiento inconsciente. La persona comienza a arañar la costra, a levantarla de un lado o a eliminarla por completo, casi sin darse cuenta.

Este trastorno obsesivo puede provocar que la herida sangre, que esté expuesta a infecciones o que quede cicatriz.

Algunas heridas están ocultas y las personas que sufren este trastorno no lo hacen visible a los demás, sin embargo, otras pueden dejar marcas visibles que puede hacer que la persona se sienta cohibida. 

Si me arranco una costra, ¿tengo dermatilomanía?

No todo el que se arranca una costra tiene dermatilomanía. Si te arrancas una costra de vez en cuando o de forma ocasional, no tiene por qué ser un impulso, no un trastorno compulsivo. Sin embargo, si crees que necesitas dejar de arrancarte pieles, pellejos o costras y que a causa de esta conducta tienes heridas, cicatrices, o que por más que lo intentes, en los momentos de ansiedad recurres a esta maná, puede que experimentes dermatilomanía.

Si analizas tu conducta y cómo actúas cuando te sientes estresado, puedes dar con la clave. Si piensas que puedes tener dermatilomanía, puedes intentar controlarte por ti mismo. Puedes encontrar otras cosas que hacer cuando te sientas estresado como apretar una pelota antiestrés, meditar, escuchar música, pasear, etc. 

También puedes intentar proteger la herida cuando te la hagas para evitar la tentación, tanto la consciente como la inconsciente. 

Si nada de lo que haces parece funcionar y ya tienes algunas marcas en la piel debido a tu manía de arrancarte costras, quizás debas visitar a un terapeuta para que te dé armas con las que afrontar esa ansiedad y ese estrés, en definitiva, para que puedas controlar tu trastorno compulsivo.

Conclusión

Rascarse o arrancarse una costra de vez en cuando no suele representar gran problema, aunque sí puedes generar una infección en la herida y una cicatrización tardía, así como una marca en la piel. Por lo tanto, conviene que dejes cicatrizar a la herida por sí sola y, por más atractivo que te resulte, deja que la costra caiga por sí sola. 

Sin embargo, si analizas tu conducta y piensas que el hecho de arrancarte costras o pellizcarte pieles del cuerpo se ha convertido en una manía, puede haber un componente psicológico en esta actitud. Si no puedes controlar tú mismo este trastorno, quizás debas consultar a un experto para que te ayude.