Qué es la adolescencia tardía. ¿Cómo son los adolescentes entre los 15 y 21 años?

Cambios en los adolescentes entre los 15 y 21 años

Alba Caraballo - 2019-01-22 10:48:00 - Psicología

La adolescencia comienza entre los 12 y 13 años, en esta etapa los adolescentes comenzarán a experimentar cambios físicos y emocionales que les llevarán a afrontar nuevos retos, tras pasar por la adolescencia media, llegarán a la adolescencia tardía, una etapa que, aunque no parece haber consenso, se establece a partir de los 15 años y puede llegar hasta los 21.

En Quonomy.com afrontamos esta última etapa del adolescente antes de entrar en la madurez: la adolescencia tardía.

Qué edad abarca la adolescencia tardía

Adolescencia tardía

La adolescencia es una de las etapas de transición más importantes de una persona, en este período se suceden tantos cambios y crecimiento físico y personal que solo es superado por los cambios que experimentan los bebés.

¿Sabes qué edad comprende la adolescencia? La OMS (Organización Mundial de la Salud) establece que la adolescencia abarcaba desde los 10 a los 19 años, dividida de esta manera:

  • Adolescencia temprana: de 10 a 14 años
  • Adolescencia tardía: de 15 a 19 años

Sin embargo, cada vez más expertos afirman que esto ya no se corresponde con la realidad de nuestros días y que, es necesario reconsiderar las edades que comprenden la adolescencia debido a los nuevos tiempos.

De esta manera, algunos expertos sitúan la adolescencia tardía a partir de los 15 años, otros en los 16, 17 e incluso 18. Y termina en torno a los 21 años, cuando el joven ha terminado sus estudios en la Universidad y se adentra en el mundo laboral para comenzar a formar parte del mundo de los adultos.

Cambios más importantes en la adolescencia tardía

Adquirir responsabilidad: Uno de los retos más importantes en la adolescencia tardía, en esos años que pueden ir desde los 15 a los 21, es asumir responsabilidades. Han de adquirir ciertos compromisos que les llevarán a la etapa de adultos.

Tomar decisiones: durante esta etapa de la adolescencia habrán de tomar decisiones que influirán en el resto de su vida, principalmente en su futuro profesional. Habrán de decidir qué pasos seguirán o qué camino tomarán hacia su perfil laboral. “¿Estudiaré leyes y seré abogado?, ¿me especializaré en programación?, ¿mecánica?” Sea cual sea la decisión, habrán de tomarla en esta etapa.  

Más independencia: la adolescencia temprana ha sido un ensaño en cuestión de independencia para lo que vivirán en esta etapa en la que, ya podrán viajar solos, salir con sus amigos, hacer un curso en el extranjero… Los padres habrán de aprender a dejar abierta esa puerta a la independencia y los adolescentes deberán aprender a saber manejarla.

Aprender a evitar conductas de riesgo: esa independencia recién adquirida les pone también en situaciones de más riesgo. Tendrán algún dinero para gastar, citas, relaciones amorosas, relaciones sexuales, salidas nocturnas, acceso al alcohol o las drogas… En este sentido, el trabajo de los padres es reforzarles sobre las situaciones de riesgo y estar muy pendientes de posibles cambios en su conducta.

Cambios físicos: los cambios más importantes ya han sucedido, en esta última etapa no hay tantos cambios. Muchas chicas ya no crecerán más y están desarrolladas. Los chicos aun crecerán más pero ya les ha salido el vello, les ha cambiado la voz y su cuerpo ha adoptado rasgos más adultos. Su sistema reproductivo ha madurado por completo, si quisiera, podría formar una familia. 

Por qué la adolescencia tardía se retrasa cada vez más

Las escasas salidas laborales y la dificultad para alquilar una vivienda hace que los jóvenes abandonen cada vez más tarde el hogar familiar.

Tanto es así que, muchos jóvenes permanecen con sus padres hasta pasada la treintena. Y, no es por falta de ganas, pero sí por falta de facilidades.

Este permanecer en casa, les conduce a comportarse, en ciertos aspectos todavía como adolescentes.

Cómo afrontar como padre la adolescencia tardía

Mientras que en la adolescencia temprana, los padres todavía podemos mantener algunas reglas de la infancia y una protección más cercana, a medida que los jóvenes se adentran en la adolescencia tardía, hemos de aprender a abandonar esa sobreprotección.

Los padres no podemos actuar como un obstáculo durante un crecimiento, ni podemos demorarlo o avivar los conflictos en torno a sus nuevos “derechos y deberes”. Habremos de poner siempre unas normas en nuestra casa, pero quizás sea hora de revisarlas, de establecer límites para su seguridad, pero dentro de la idea de que ya no son unos niños.

Querrán aprender a conducir, quizás ganar un dinero con algún trabajo por horas, salir por la noche, tendrán pareja y, por mucho que te quite el sueño, forma parte de la evolución del jóven. Habrá de realizar ese aprendizaje si quiere dar el salto a la madurez, por eso los padres debemos vigilar pero no estorbar y apoyar pero no limitar. Y, sobre todo, aunque sea un adolescente, siempre fomentar el apego y el afecto.