Quién inventó el paracaídas y cómo funciona este invento

Historia del paracaídas y curiosidades sobre este sistema para frenar caídas

Alba Caraballo - 2020-02-18 11:25:00 - Ciencias

El método por el que funciona un paracaídas no hace sino imitar a algunos elementos de la naturaleza que utilizan un sistema similar. El diente de león, el cardo y algunas otras plantas, utilizan una especie de flotadores aéreos para diseminar a gran distancia sus simientes.

Si quieres saber cómo funciona el paracaídas y a quién se le ocurrió un buen día crear un sistema para frenar caídas, sigue leyendo, te explicamos todo esto y unas cuantas curiosidades sobre este invento

Quién inventó el paracaídas

historia del paracaídas

El paracaídas no es un invento reciente ni nos llega del siglo pasado, desde la más remota antigüedad, los acróbatas chinos que entretenían a los reyes y mandatarios utilizaban para sostenerse durante sus ejercicios enormes sombrillas hechas de papel y bambú.

De hecho se cree que el genio de entre los genios, Leonardo da Vinci, fue el pensador que ideó el paracaídas. Mucha gente no lo sabe pero da Vinci pasó mucho tiempo estudiando el vuelo de las aves. Por ello, fue el primero en darse cuenta que no vuelan porque muevan las alas, sino que lo logran gracias a su control del entorno, lo que hoy se conoce como aerodinámica. Comenzó a realizar experimentos que relacionaban la velocidad, la tensión y el peso y, realizó una serie de bocetos sobre el paracaídas, el ala delta e incluso de un helicóptero muy básico. 

Incluso Leonardo da Vinci llegó a realizar una serie de cálculos para establecer cómo debería ser un objeto que frenara la caída de un hombre desde las alturas. Así fue como afirmó: "Si se provee a un hombre con una tela pegada de lino de 12 yardas de lado por 12 yardas de alto, éste podrá saltar de grandes alturas sin sufrir heridas al caer".

Louis-Sébastien Lenormand fue un inventor francés y a él se le atribuye el mérito de la invención del paracaidismo moderno. También él acuñó el término paracaídas. Realizó un primer salto desde un árbol con la ayuda de un par de paraguas modificados y posteriormente refinó su artilugio y saltó de la torre del Montpellier en 1783 frente a una multitud que incluía a Joseph Montgolfier.

Sin embargo, el primero en poner en práctica el sistema del paracaídas fue André-Jacques Gamerin, un piloto de globos francés que, desde un globo que se encontraba a 1000 metros de altura, realizó un peligroso descenso sobre el parque Monceau, en París, el 22 de octubre de 1797.

El público le observaba impactado mientras Garnerin caía en su paracaídas hecho de seda y elaborado con un poste a modo de sostén lo que le hacía parecer una enorme sombrilla. La caída fue altamente peligrosa y el paracaídas oscilaba violentamente ya que no tenía orificios de ventilación y el aire había de escapar por un lado y luego por el otro. 

Desde entonces, el paracaídas ha sido perfeccionado constantemente hasta llegar a nuestros días. 

Cómo funciona el sistema del paracaídas

Para que pueda funcionar, ha de estar doblado y plegado correctamente dentro de la mochila. Este plegado se realiza con el más minucioso de los cuidados y ateniendo se a reglas estrictas. Un plegado defectuoso puede impedir su despliegue en el aire y poner dramáticamente al paracaidista en tirabuzón. 

Su tela que, por lo general tiene forma de casquete (aunque también puedes ver paracaídas cuadrados) es de seda natural o de nylon. A través de un conjunto de cordones (el cordaje), repartidos por toda la circunferencia, se une a la empaquetadura, a la que va fijada también un cinturón y unos tirantes para sujetar al paracaidista. 

Un paracaídas de salvamento pesa alrededor de 8 kilos y despliega una superficie de tela de unos 50 metros cuadrados. De esta manera, mientras una persona desciende en caída libre a unos 50 metros por segundo, el paracaídas hace que esta velocidad se reduzca a entre 6 y 8 metros por segundo. Esto corresponde a un salto en vacío de 2 o tres metros. De este modo, el aterrizaje, aunque un poco brusco y para el que hay que estar entrenado, no resulta dañino.

Y es que, cuando una persona cae desde una gran altura, la única fuerza que actúa es su peso. El peso de la persona tiene más densidad que el aire, por lo tanto, éste no puede frenarle. Sin embargo, cuando la persona que está en caída libre, abre un paracaídas, su peso es contrarrestado por una fuerza de rozamiento proporcional al cuadrado de la velocidad de caída. 

La altura mínima desde la que una persona puede lanzarse en paracaídas es desde 200 metros. Con menos distancia, el paracaídas no hará su cometido y la persona se estrellará contra el suelo. Algunos paracaídas tienen un diámetro de 20 metros y una superficie de 500 metros cuadrados y pueden soportar cargas de 1500 kilogramos. Se utilizan para desplegar cargas pesadas en zonas concretas.

También se utilizan paracaídas antibarrena en aviones para evitar que se estrellen en el suelo cuando están en barrena. 

Los paracaidistas pueden saltar tanto desde un avión como de un punto en altura, bien sea un edificio lo suficientemente alto o una montaña, este último se denomina salto base. 

Todos los paracaídas constan de: 

  • Un arnés contenedor.
  • Las velas o campanas (tela y cordones).

Algunos paracaídas disponen de un pequeño ordenador que informa de la altura y velocidad a la que se está en todo momento. De esta manera, pueden disparar el paracaídas de reserva si considera que no es la adecuada. 

Se han dado casos de fallos en paracaídas lo que ha terminado con la vida del paracaidista, sin embargo, también se han recogido hechos insólitos de personas que han sobrevivido a caídas de 1200, 4000 e incluso 10000 metros de altura. La ciencia no tiene explicación para estos hechos, aunque algunos expertos afirman que para minimizar el impacto se ha de posicionarse lo más planamente posible durante la caída, con los brazos y piernas estirados y deben firarse para adoptar una posición diferente cuando se acercan al suelo.

Según el Libro Guinness de Records Mundiales, la azafata Vesna Vilovic sobrevivió después de ser arrojada de un DC-9 a una altitud de 10.160 metros en 1972. Se estima que uno de cada 100.000 saltos de paracaidistas totalmente entrenados termina en una muerte.