La importancia del logo para las empresas
Por qué el logotipo es esencial para cualquier marca
En un mundo eminentemente visual, para cualquier marca, la posesión de un logotipo atractivo, que represente sus valores, es una pieza imprescindible en la estrategia de marketing. La inmensa mayoría de empresas, consultores, agencias, instituciones… tienen uno.
El logotipo no es otra cosa que un elemento gráfico que tiene como objetivo proporcionar información rápida y directa para que cualquier persona sea capaz de identificar la marca que hay detrás y simboliza sus valores.
Para alcanzar el objetivo de ser lo más fácil de recordar que sea posible, puede ser un icono, una palabra, un emblema, una frase, una combinación de todos ellos… No obstante, es fundamental conseguir el diseño más original posible, que capte la atención de los clientes potenciales y con ello se instale más fácilmente en la memoria.
Como norma general, hay que huir de los diseños sobrecargados, cuanto más simples, más fáciles de recordar. Esto lo hace más complicado de diseñar, pues en su simplicidad debe contenerse de forma coherente el posicionamiento, el tono corporativo, el mensaje y la historia de la firma.
Objetivos que se persiguen con un logo
La importancia de un logotipo reside en ser un elemento activo, de gran utilidad, para alcanzar los objetivos propuestos y el éxito comercial de cualquier marca. Estos son los 6 principales aspectos que debe conseguir todo buen logo.
1) Identifica la marca principal
El diseño de un logotipo no requiere significados implícitos, el foco principal debe dirigirse hacia la identificación con la organización. Todo significado o asociación de valores aparecerá a posteriori, a medida que los propios clientes y usuarios vayan interactuando con la marca.
2) Influir en la toma de decisiones
De forma instintiva, desde la primera vez que se visualiza un logo, se comienza a construir una estructura visual, asociando tipos de letras, colores, formas con ideas e incluso con emociones. El logotipo debe facilitar que todo aquel que lo visualice haga un juicio de valor positivo en la percepción del producto o servicio, negocio o empresa que representa.
3) Ofrecer la mejor impresión posible
Otro activo que debe ofrecer un logotipo, de suma importancia para la organización, es destacar por encima del resto de empresas con las que compite en un mismo sector. Con el diseño del logo se debe tener la oportunidad de impresionar y atraer a clientes y usuarios, eclipsando a las competidoras.
4) Comunicar eficazmente los valores de marca
Una vez que se ha conseguido determinar los elementos de un logo que van a ser capaces de identificar a la marca, se deberá añadir una comunicación eficaz y directa que sea fácil de relacionar por el observador en relación a los mensajes y valores más importantes que la organización quiere transmitir.
5) El posicionamiento en el sector
Un logotipo con la imagen acertada se consigue resaltar características únicas del negocio. De esta forma, se logra comunicar el principal objetivo, valor o misión de la organización.
6) Promover y obtener un aumento de la fidelidad a la marca
La fama y popularidad del logotipo crecerá al mismo ritmo que lo hace la marca, dando como resultado que sea más cercana y familiar. Este aumento del reconocimiento conseguirá potenciar la confianza de la marca y el LTV (customer lifetime value) o el aumento de la frecuencia en las búsquedas de la marca o empresa.
Qué elementos conforman un logotipo
Un logo está compuesto por distintos elementos, todos importantes para ofrecer información relativa a la organización. Conocer cada una de las piezas que la conforman logrará optimizar su propósito de ser útil a la empresa, resultando más eficaz en su función de quedar atrapado en la memoria del observador, posible usuario y potencial cliente.
Los 5 elementos que deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar un logotipo válido son los colores, las fuentes tipográficas, el estilo de ilustración, las formas y las referencias históricas. Analicemos a continuación, brevemente, los más importantes; color, letra y símbolos.
1. El color
Muy posiblemente, el color sea el factor más importante para el diseño global de logotipo. Es, desde luego, el más empleado y debe ser fácil de recordar en el mundo corporativo de las marcas. La elección del tono, aunque no crea por sí mismo la identidad corporativa, sí que cumple un rol fundamental para que esa identidad se alinee y complemente con la estrategia comunicativa de la firma.
Por otro lado, este pilar distintivo del logotipo es capaz de conformar sensaciones y asociaciones mentales, íntimas y de gran calado afectivo. Estos factores consiguen reflejar en las personas que los reciben situaciones y experiencias, emociones, en definitiva. Como algo natural, al ver un logotipo usando tonos dorados con negros, se percibe que se trata de productos asociados a un gran valor, al lujo.
El impacto psicológico de los colores es innegable. Para acertar con el objetivo de la idea que un logo quiere transmitir deberá tener muy presente la sensación anímica que produce el color. De este modo, el color rojo reflejaría emociones fuertes, referentes a la acción, adrenalina, pasión, velocidad y fuerza. El color verde se asocia a la relajación, a la naturaleza, a conceptos ecológicos, sanos y naturales. El color negro, por su parte, representa la dignidad, la nobleza, la elegancia, el mencionado lujo, la exclusividad, la distinción, el refinamiento… El blanco; madurez, pureza, profundidad, limpieza, sabiduría. El amarillo; alegría, calidez, simpatía…
2. El tipo de letra
Para frases, slogans, el nombre de la empresa… cualquier texto que venga en el logo tiene que tener muy presente el tipo de fuente, ya que es una herramienta muy útil con la que el observador podrá descifrar e interpretar la función de la empresa, producto o servicio. Existe una amplia variedad de tipos de letras, desde las que dan pie a pensar en lo tradicional hasta aquellas más modernas y futuristas.
3. Los símbolos
La utilidad de usar el símbolo correcto está relacionada, de nuevo, con el recuerdo o la capacidad de facilitar la identificación de la marca, siendo una imagen que no pueda, además, confundirse con ninguna otra. Debe poseer, por lo tanto, identidad propia, en la medida de lo posible, además de ser único, impactante, llamativo, y siempre directo.