14 poemas de amor para regalar a tu pareja

Poesía romántica para sorprender al amor de tu vida

Alba Caraballo - 2020-12-01 09:10:00 - Relaciones

No es necesario gastar mucho dinero en un regalo para demostrar a tu pareja cuánto la quieres, ni tampoco esperar a Navidad o su cumpleaños para obsequiarla con un detalle. Si quieres sorprender a tu amor con algo inesperado y romántico, regálale poesía.

Escribir una carta de amor es una de las formas más antiguas de ser romántico. Sin embargo, no siempre es fácil encontrar las palabras adecuadas, la poesía es una verdadera forma de arte. Pero puedes tomar prestadas las palabras de grandes poetas como Federico García Lorca, Pablo Neruda, Victor Hugo, Shakespeare o Christina Rossetti. Estos son los más bellos poemas de amor para regalar a tu pareja y mantener vivo el enamoramiento y la pasión.

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Bellos poemas de amor para regalar a tu pareja 

poemas de amor para regalar a tu pareja

Tus ojos: Poema de amor de Octavio Paz

Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
otoño en un claro del bosque en donde la luz canta en el hombro de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.

Poema XV de Pablo Neruda

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. 

Poema XLIV de Pablo Neruda

Sabrás que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida, 
la palabra es un ala del silencio, 
el fuego tiene una mitad de frío.

Yo te amo para comenzar a amarte, 
para recomenzar el infinito 
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.

Te amo y no te amo como si tuviera 
en mis manos las llaves de la dicha 
y un incierto destino desdichado.

Mi amor tiene dos vidas para amarte. 
Por eso te amo cuando no te amo 
y por eso te amo cuando te amo.  

Si tú, poema de amor de Poema Federico García Lorca

El cielo se perderá:
muchacha campesina,
bajo el cerezo,
lleno de rojos gritos,
te deseo.

El cielo se borrará...
Si entendieras esto,
al pasar por el árbol
me darías tus besos.

Esto es amor, Poema de Lope de Vega

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Soneto XI de Pablo Neruda

Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.

Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.

Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitratúe.

No es que muera de amor de Jaime Sabines

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.

Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Poemas de amor de autores extranjeros

poemas de amor de autores extranjeros

Christina Rossetti: Te amé primero

Fui yo quien de los dos amó primero,
después tu amor se alzó y tan desmedido
fue su canto que ahogó el dulce sonido
del mío. ¿Quién dio más? Fue duradero
mi amor, desbordó el tuyo su venero
un instante. Te amé y te he comprendido,
me amaste tú por lo que soy y he sido.
peso y medida para el verdadero
amor no cuentan. “Tuyo” y “mío” son
palabras que no entiende. Separados
el amor alza el vuelo. Dos es uno
y uno es dos en amor, ambos fiados
en la fuerza y sentido de esa unión.
Nosotros somos del amor ese Uno.

Poema ¿De qué modo te amo? Elisabeth Barrett Browning

¿De qué modo te amo? Deja que cuente las formas:
Te amo desde el hondo abismo hasta la región más alta
que mi alma pueda alcanzar, cuando persigo en vano
las fronteras del Ser y la Gracia.

Te amo en el calmo instante de cada día,
con el sol y la tenue luz de la lámpara.
Te amo en libertad, como se aspira al Bien;
Te amo con pureza, como se alcanza la Gloria.

Te amo con la pasión que antes puse
en mis viejos lamentos, con mi fe de niña.
Te amo con la ternura que creí perder
cuando mis santos se desvanecieron.

Te amo con cada frágil aliento,
con cada sonrisa y con cada lágrima de mi ser;
y si Dios así lo desea,
tras la muerte más te amaré aún.

Una rosa roja roja, poema romántico de Robert Burns 

¡Oh como una rosa roja, roja de mi amor,
Aquel ha surgido recientemente en junio:
Oh, como melodía de mi amor,
Aquella ha sonado en sintonía con dulzura.

Como tu eres bella, mi hermosa,
Tan profundamente enamorado estoy;
Y te amaré todavía, querida,
Hasta que una porción de los mares seque.

Hasta que una porción de los mares se seque, querida,
Y las rocas se fundan con el sol;
Y yo te amaré todavía, querida,
Mientras que las arenas de la vida pasen.

Y que te vaya bien, ¡mi único amor!
Y que te vaya bien, ¡un tiempo!
Y vendré otra vez, mi amor,
¡Aunque halla diez mil millas!

Soneto XX de William Shakespeare

Cuando caído en desgracia ante la Fortuna y los hombres
y en soledad lloro mi condición de proscrito,
y perturbo los indiferentes cielos con mis lamentos;
cuando me contemplo a mí mismo y maldigo mi destino,
deseando parecerme a otros más ricos en esperanza;
ser tan hermoso como ellos, y como ellos disfrutar de muchos amigos;
cuando envidio el arte de aquél, y el poder de este otro,
descontento de lo que más placer me da.
Y cuando hundido en estos pensamiento casi me desprecio,
de pronto, felizmente pienso en ti, y toda mi alma,
como la alondra que asciende al surgir del día,
se eleva desde la sombría tierra y canta ante las puertas del cielo.
Porque el recuerdo de tu dulce amor me llena de riquezas,
y en esos momentos no cambiaría mi destino por el de un rey.

Soneto XVIII de William Shakespeare

¿Por qué igualarte a un día de verano
si eres más hermoso y apacible?
El viento azota los capullos mayos
y el término estival no tarda en irse;
si a veces arde el óculo solar,
más veces su dorada faz se nubla
y es norma que, por obra natural
o del azar, lo bello al fin sucumba.
Mas no se nublará tu estío eterno
ni perderá la gracia que posee,
ni te tendrá la muerte por trofeo
si eternas son las líneas donde creces:
Habiendo quien respire y pueda ver,
todo esto sigue vivo y tú también.

Mañana al alba, poesía romántica de Victor Hugo

Mañana, al alba, cuando blanquea el campo,
Yo partiré. Mira, sé que me esperas.
Iré por el bosque, iré por la montaña.
No puedo permanecer lejos de ti más tiempo.

Caminaré, los ojos fijos en mis pensamientos,
Sin ver nada alrededor, sin escuchar ningún ruido,
Solo, desconocido, la espalda encorvada, las manos cruzadas,
Triste, y el día para mí será como la noche.

No miraré ni el oro de la tarde que cae,
Ni las velas lejanas descendiendo hacia Harfleur,
Y al llegar, pondré sobre tu tumba,
Un ramo de acebo verde y de brezo en flor.

Louis Aragon: Dormiremos juntos

Ya sea domingo o lunes
Sea de tarde, mañana, medianoche o mediodía
Así sea en la gloria o el infierno
Los amores a los amores se asemejan
Y fue tan sólo ayer cuando te he dicho
Que dormiremos juntos

Fue solamente ayer y ya es mañana
No tengo más que a ti como camino
Coloqué mi corazón entre tus manos
Para que deambulara al paso tuyo
Por todo cuanto hay de tiempo humano
Dormiremos juntos

Lo que ha sido mi amor seguirá siendo
El cielo nos cubre como un manto
Me aferro a ti encerrándote en mis brazos
Porque te amo tanto que hasta tiemblo
Y así por todo el tiempo que tú quieras