La higiene: primordial para la sociedad del futuro
Las medidas de higiene son clave para mantener la buena salud
El cambio climático es un problema que nos afecta a todos, pero, sin duda, quienes se verán más perjudicadas son las sociedades menos avanzadas, sobre todo, aquellas que no cuentan con agua potable o sistemas de saneamiento eficientes. En los países más evolucionados contamos con medios para higienizar de todo tipo, desde productos de limpieza hasta detergente para malos olores, sin olvidar fórmulas para la desinfección tanto del entorno como de nosotros mismos. A esto se añade que disponemos de sistemas de WASH eficaces, lo que nos permite superar problemas derivados de la falta de agua e higiene como las enfermedades y la desnutrición, al contrario de lo que sucede en zonas más vulnerables.
¿Qué significa WASH y cómo ayuda a las poblaciones más vulnerables?
El término WASH por sus siglas en inglés hace referencia a los sistemas de agua, saneamiento e higiene. Con el cambio climático, algunas comunidades se verán más afectadas por él, debido a la escasez de recursos relacionados con estos aspectos. Esto se debe a que el cambio climático puede ocasionar desde daños materiales que se ven reflejados en hogares, estructuras de trabajo y transporte público; daños culturales y educacionales por impedir el acceso a estos, hasta problemas de salud.
Las diarreas o el cólera, una enfermedad bacteriana que provoca estos síntomas, son algunos de los problemas de salud a los que deben enfrentarse las poblaciones sin sistemas de saneamientos deficientes o en contacto con agua contaminada. Además, en lugares donde es más probable que se produzcan sequías, están expuestos a fatigas, falta de sueño y estrés, derivados del cansancio por la búsqueda de agua, debido a la escasez de este bien para el consumo, la limpieza, etcétera.
Por tanto, los sistemas WASH se antojan muy necesarios para las poblaciones más vulnerables, lo que significa que se debe de realizar una mayor inversión en la sostenibilidad, las energías verdes y, por supuesto, la higiene.
La higiene, clave para la resiliencia de las comunidades más afectadas
La higiene es un factor fundamental para mantener una buena salud, sin embargo, en muchos países, acceder a una higiene adecuada resulta muy difícil por las condiciones de vida y, como ya hemos mencionado, por la escasez de agua y sistemas de saneamientos óptimos.
La sobrepoblación es otro problema al que deberemos enfrentarnos en un futuro, y la higiene incide de manera directa en la lucha y control contra enfermedades que son un riesgo para la salud. De esta manera, las comunidades con menos recursos y sin acceso a la higiene se vuelven más vulnerables al desarrollo de enfermedades que pueden afectar al resto de la población mundial, aunque hablemos de sociedades más avanzadas. Es necesario, por tanto, invertir en este aspecto, por el bien de todos.
La construcción de retretes o sistemas de saneamiento eficiente, una buena higiene y disponer de agua limpia son muy importantes a la hora de lograr un aumento de la resiliencia de las zonas con menos recursos. Los sistemas WASH en definitiva permiten subsistir de manera digna, pues no solo afectan a las cuestiones de salud, sino también del hogar, porque promueven una mayor riqueza y, por tanto, un mayor bienestar que, a su vez, tiene efectos positivos en el rendimiento de trabajo y en el desarrollo, por consiguiente, de la vida.
Asimismo, disponer de agua limpia promueve una mejor higiene, que junto a la concienciación de hábitos higiénicos puede lograr la reducción de enfermedades e incluso de muertes. De hecho, estudios recientes demostraron que en comunidades donde se mejoró la higiene, por ejemplo, con el uso de sistemas de saneamientos mejorados por hasta el 80% de sus integrantes, las muertes infantiles se redujeron, así como otros problemas como los de crecimiento.
Además, las diarreas también disminuyeron hasta en un 60% junto con la desnutrición que suele acompañarlas. Si a ello le añadimos una mayor concienciación en la higiene de manos para el tratamiento de pacientes y enfermos, las condiciones de vida mejoran, un hecho fundamental ante la incertidumbre que supone el cambio climático y las estrategias que habrán de adoptarse para enfrentarse a él.
Apostar por energía verde, la higiene y un mundo sostenible para afrontar el futuro
Una vez vista la importancia de los servicios de WASH, hay que subrayar que este panorama nos afecta a todos, no solo a las comunidades más vulnerables. Es cierto que estas son las que se verán más afectadas por el cambio climático, junto con la superpoblación, pero en un mundo globalizado por completo, su futuro incidirá en el de las sociedades más avanzadas.
Por esta razón, resulta fundamental la inversión en servicios y sistemas que puedan proporcionarles agua potable y agua limpia, así como saneamientos decentes y un acceso digno a la higiene. Además, aparte de la construcción de dichos sistemas, también es vital apostar por la educación y la capacitación de las poblaciones. Es necesario que aprendan la importancia de una buena higiene, tanto en sus hábitos cotidianos, aportándoles incluso trucos caseros, como a la hora de trabajar y respecto a la higiene personal.
De esta forma, se combatirá de manera efectiva contra enfermedades, sobre todo, de tipo bacteriano y que muchas tienen origen en el agua sucia y contaminada. Con estas medidas se consigue mejorar las condicones de vida de estas sociedades, prepararlas para los retos que el cambio climático traiga consigo y promover su desarrollo.
En canto a las sociedades más avanzadas, se debe apostar por energías verdes, renovables, con el fin de combatir el cambio climático. Asimismo, elegir el consumo sostenible y concienciarnos de lo perjudicial que resulta el que hacemos de manera indiscriminada, así como mantener medidas de higiene y ser consciente de su importancia para evitar enfermedades, son tareas que debemos plantearnos.
La superpoblación y el aumento de temperaturas, con sus consecuencias, son los retos con los que nos tendremos que enfrentar en un futuro, por lo que la responsabilidad y la implicación, tanto para con los demás como para con nosotros son claves a la hora de lograr ser resilientes y, por ende, aspirar a una subsistencia digna, respetuosa con nosotros y el mundo que nos rodea.