16 anécdotas graciosas de la historia para contar a tus amigos

Anécdotas muy interesantes de personajes históricos

Alba Caraballo - 2021-11-25 11:53:00 - Ocio

El novelista alemán Goethe dijo una vez: una colección de anécdotas y máximas es el mayor tesoro para el cosmopolita, que las intercala en un lugar adecuado en la conversación, y sabe recordarlas en el caso apropiado.

Las anécdotas son relatos breves, curiosos, ingeniosos u ocurrentes que suele contar una persona durante una conversación. Estas anécdotas pueden ser propias o históricas. Y es que, los personajes históricos han dejado una serie de vivencias, frases o sucesos muy ingeniosos que te pueden servir para contar en cenas con amigos, cuando hables en público o en reuniones de trabajo. Te harán ganar puntos en la conversación.

Si buscas relatos breves ingeniosos y divertidos que intercalar en el lugar adecuado en la conversación, echa un vistazo a estas 16 anécdotas graciosas de la historia que puedes contar a amigos y conocidos para dejarles con la boca abierta.

Ver también: 15 anécdotas cortas de la historia 

Anécdotas graciosas de la historia

Anécdotas graciosas de Sócrates

Una persona cierta vez le pidió dinero prestado a Sócrates:

- Préstatelo tú mismo, respondió el sabio griego.

- ¿Cómo puedo yo mismo hacerme tal préstamo?

- Ahorrando un poco cada día.

Conclusión: no solo tenía una lógica aplastante, sino que además Sócrates tenía mucha retranca.

__________________________________________

Otra vez le preguntaron por qué todos los días daba largos paseos.

- Voy en busca del mejor condimento para la comida - dijo Socrates - voy en busca del apetito.

Conclusión: no le faltaba razón al sabio griego que para hacer hambre hay que mover el cuerpo.

Anécdota divertida de Esopo

Caminaba lentamente un día el fabulista Esopo por los pedregosos caminos de la Antigua Grecia. Otro caminante veía tras él a paso apresurado, y le preguntó al pasar:

- ¿Cuánto tardaré en llegar a la aldea próxima?

Esopo no contestó y el caminante pensó para sí, "debe ser sordo".

Pero apenas había caminado unos minutos cuando Esopo le gritó: 

- ¡Eh, tú, caminante apresurado! Tardarás una media hora en llegar al primer poblado.

- ¿Y por qué no lo dijiste antes, cuando te lo pregunté?, dijo el caminante contrariado.

- Porque entonces no sabía a qué velocidad caminabas, dijo Esopo. ¿Acaso puede saberse lo que una persona tardará en recorrer cierta distancia desconociendo la ligereza de su paso?

Conclusión: el fabulista le dio una lección al caminante con bastante acierto.

Anécdotas curiosas sobre Diógenes "el cínico"

Reinaba Dionisio, cuando un día, mientras Diógenes lavaba las hierbas que pensaba comer, le dijo un caminante:

- Si adularas a Dionisio, no te verías obligado a comer hierbas.

- Y si tú te contentaras con comer hierbas no tendrías que adular a Dionisio, le contestó el filósofo.

Anécdota de Filipo, padre de Alejandro Magno

El rey Filipo de Macedonia, padres de Alejandro Magno trató un día mal a una mujer en un banquete. Esta se revolvió contra él y le dijo: 

- Reclamaré justicia.

- ¿A quién?

- A ti, replicó la mujer, cuando no estés borracho.

Anécdota graciosa de Demóstenes

Una vez, los atenienses enviaron embajadores a ver al rey Filipo de Macedonia. A su regreso, ponderaron las cualidades de aquel rey, calificándole de hermoso, elocuente y un bebedor formidable.

- ¿Qué cualidades son esas para un rey?, dijo Demóstenes. La belleza es cosa más propia de mujeres, la elocuencia de abogados y el beber es de esponjas.

Anécdotas curiosas de Zenón

El célebre filósofo Zenón de Cízico, que vivió en Grecia en el siglo III a, de J.C., instaló su escuela bajo los pórticos de Atenas. Zenón además de otras muchas bellas cosas, enseñaba que cada uno de nosotros está sujeto a un propio destino, fatal e insalvable, contra el que es completa mente inútil luchar.

- ¡Ah! ¿Sí? - pensó entonces uno de aquellos discípulos - De modo que es inútil resistir a las tentaciones. Pues cederé a la tentación de robar a Zenón.

Así lo hizo, y el maestro, reprendiéndole, le preguntó:

- ¿Por qué me has robado?

- No es culpa mía, maestro - replicó el ladrón, sino de mi destino, que ordenó que yo robase.

- Eso es cierto - repuso Zenón-; pero, ¿no sabes que tras el destino de robar hay otro destino?

- ¿Qué destino es ése?

- El de ser apaleado.

Y dicho esto, hizo que le diesen un saco y una cesta y que saliese de los pórticos.

______________________________

En su propia escuela, bajo los pórticos de Atenas, Zenón exigía absoluto silencio de sus discípulos, y razonaba la exigencia en estos términos:

- Puesto que tenemos dos oídos y una sola boca, debemos, por lo menos, escuchar doble de lo que hablamos.

Anecdotas de la historia: Dante Alighieri

En una ocasión Dante escuchó a un herrero canturrear sus versos, deformándolos. Entró en la herrería y comenzó a romper lo que hallaba a mano.

- Por qué destrozas mis obras, protestó el herrero.

- Y tú, ¿por qué destrozas las mías?, contestó Dante.

______________________________

Para dar idea de la fabulosa memoria que se le atribuía a Dante, sus contemporáneos referían este relato:

Cierto día el gran poeta se encontró con un desconocido que le preguntó a quemarropa:

- ¿Cuál es el alimento mejor?

- El huevo.

Y Dante prosiguió su camino.

Años después volvió a cruzarse con aquel desconocido, que le preguntó otra vez:

- ¿Con qué?

- Con sal, respondió Dante, sin volver la cabeza siquiera.

Anécdota divertida: el fabulista Nasreddin y la luna

Nasreddin fue un fabulista turco del siglo XIV, que era muy conocido en su época.

Una vez sacaba agua de un pozo cuando vio en el fondo, reflejada en el agua tranquila, la faz de la luna.

- Es la luna, que se cayó al pozo exclamó Nasreddin. Ahora me la voy a llevar. Echó el cubo al agua, y comenzó a tirar fuertemente pero el cubo no subía, pues había quedado enganchado en una piedra.

- ¡Cuánto pesa el cubo! - dijo Nasreddin la luna! ¡No cabe duda de que sube la luna!

Y tira que tira, siguió tirando hasta que, de pronto, se rompió la cuerda, y como consecuencia el fabulista cayó con las piernas al aire, yendo a dar de espaldas contra el césped. Entonces vio a la luna en el cielo, y exclamó consolándose: ¡Menos mal! La he vuelto a poner en su sitio.

Anécdota corta de Vasco de Gama

Una vez, durante su segundo viaje a la India, el navegante portugués Vasco de Gama, hubo de afrontar una fuerte tempestad. Los marineros estaban aterrorizados.

- ¡No es nada!, les dijo Vasco de Gama. Ee el mar que tiembla de miedo ante nuestra decisión.

Anécdota graciosa: el huevo de Colón

Una vez realizado con éxito su primer viaje, todos los que antes le tachaban de iluso, se esforzaban en demostrar su gran consideración. Los más encumbrados magnates de la Corte rivalizaban para agasajarle. Y, ccurrió día que, invitado a la mesa del duque de Medinaceli, uno de los comensales le preguntó:

- De no haber descubierto vos las Indias, ¿no creéis que lo hubiera hecho muy pronto otro navegante cualquiera? Después del descubrimento de la brújula, la cosa era ya muy fácil.

- Si, dijo Colón, muy fácil. 

A continuación mandó que trajesen un huevo, y preguntó:

- ¿Alguien de vuestras mercedes es capaz de colocar este huevo derecho?

Todos los reunidos probaron de lograrlo uno tras otro; pero sin resultado. Cuando todos hubieron fracasado, Colón tomó el huevo, aplastó un poco con gran cuidado la cáscara por uno de los extremos, sin romper la película interior, y el huevo quedó derecho, sobre la mesa, mientras Colón decía con sorna al magnate que antes le interpelara:

- Facilísimo; pero nadie lo hizo antes.

Anécdota ingeniosa del escritor Rebelais

Rebelais, fue un escritor satírico francés, autor de Gargantúa y Pantagruel. Era médico del cardenal Du Bellay. Un día, sirvieron a la mesa del cardenal una magnífica lamprea. Rebelais tocó el plato con su varita y dijo.

- De difícil digestión.

El cardenal, que tenía miedo a las comidas indigestas, mandó retirar el pescado de inmediato. Un momento después, vio como Rebelais estaba comiendo plácidamente su lamprea. 

- ¡Cómo!, exclamó sorprendido. ¿No acabáis de decir que era de difícil digestión?

- Os equivocáis, yo me refería al plato, no a la lamprea.

Anécdota divertida de Chopin

Un rico zapatero invitó a comer a Chopin. Después de la comida, rogó al maestro que pusiera al piano. Chopin se excusó; pero el zapatero insistió, rogándole:

- Aunque sólo sea para mostrarme cómo se hace.

Y Chopin tuvo que tocar. Unos días después fue el músico quien invitó a comer al zapatero, y después de comer, hizo que trajeran al centro del cuarto una mesilla con todas sus herramientas de zapatero y rogó a su invitado que le hiciese un zapato.

El zapatero mostró su gran estupor, Chopin se mantuvo inconmovible, repitiendo todas las excusas:

- ¡Oh, por favor! ¡Aunque sólo sea para mostrarme cómo se hace!

Anécdota divertida de Albert Einstein

Las distracciones del sabio Einstein han llegado a hacerse tan famosas como su teoría de la relatividad. Se cuenta que un día, el célebre matemático iba en el tranvía. Distraídamente dejó las gafas en el asiento, y cuando quiso volver a ponérselas para leer un periódico, registró inútilmente todos sus bolsillos, mientras una niña que iba a su lado cogió las gafas, que habían caído al suelo, y se las entregó al sabio. Éste, muy amable, dijo a la pequeña:

- Gracias niña, eres muy amable, ¿cómo te llamas?

La niña sorprendida respondió rápidamente.

- Me llamo Clara Einstein, papá.