Qué aprenden los niños con la jardinería: una actividad muy beneficiosa en la infancia
Cuidar sus propias plantas: un aprendizaje muy ventajoso para los niños
Los aprendizajes que los niños realizan en la infancia asientan su carácter, su personalidad y sus valores. De hecho, en ninguna otra etapa como en la infancia se aprenderá tanto y de forma tan constante.
Es por ello importante, no solo los conocimientos que adquieren en la escuela, sino todas esas enseñanzas no académicas que les ayudarán a desarrollarse y a evolucionar. Uno de esos aprendizajes que pueden resultarles no solo ilusionantes, sino verdaderamente útiles está relacionado con las plantas y el medio ambiente. Descubre qué aprenden los niños con la jardinería y por qué es una actividad tan beneficiosa para ellos.
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9 aprendizajes que hacen los niños con la jardinería
1. Los niños aprenden el valor de la responsabilidad
Cuando un niño cuida una planta, está en contacto con un ser vivo, que necesita recibir nutrientes, agua, sol, etc. Por lo tanto, desarrollará el concepto de responsabilidad, ya que para garantizar la supervivencia de la planta, el niño ha de estar pendiente de sus necesidades de agua, temperatura, poda, abono, trasplante, eliminar hojas mustias y otros cuidados relacionados con la jardinería.
Si cuida bien la planta, ésta le devolverá el cariño prestado creciendo sana, saludable, con frondosas hojas y, si tiene floración, con unas bonitas flores en temporada. Por el contrario, si la abandona o no la presta la atención necesaria, la planta terminará muriendo. Es una práctica muy útil para enseñar a los niños a adquirir responsabilidades.
2. Con la jardinería los niños aprenden el cuidado del medio ambiente
El respeto a la naturaleza debería ser una asignatura obligatoria en nuestros días, ya que el hombre es en gran parte responsable del calentamiento global, lo que lleva a la deforestación y desertización de grandes áreas del planeta. Los padres y educadores hemos de enseñar a los niños a cuidar la naturaleza y a respetarla y además, podemos hacerlo no solo con el ejemplo, sino también con actividades enriquecedores como puede ser la jardinería.
Realizar tareas que supongan cuidar plantas, respetarlas y garantizar su supervivencia, es un aprendizaje muy beneficioso para los niños y también, para las generaciones futuras.
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3. Cuidar una planta les ayuda a ser más perseverantes
Los niños aprenden con la jardinería a ser perseverantes, y es que, una planta no requiere cuidados tan solo un día o una semana. Es una tarea sostenida en el tiempo, que requiere de paciencia y de perseverancia. El niño habrá de ser constante en el cuidado de sus plantas para que puedan seguir viviendo. De esta manera, se dará cuenta que cuando deja de regarla, la planta no tendrá nutrientes que absorber por sus raíces para llevarlas hasta las hojas y, poco a poco, irá muriendo. Por el contrario, si se mantiene firme y persevera en su cuidado, la planta crecerá y le durará muchos años.
4. Los niños aprenden las funciones y ciclo de una planta
En el libro de ciencias naturales viene explicado qué es la fotosíntesis. Mediante dibujos y esquemas, tienen la información disponible para después poderla exponer en un examen. Sin embargo, la práctica es la mejor forma de aprender y además, la más divertida. Cuando el niño tiene una planta de la que hacerse cargo, sabrá no solo cuáles son sus partes, sino cómo logran alimentarse absorbiendo los nutrientes del agua y de la tierra.
Además comprenderán mejor el proceso de la fotosíntesis, por el que las plantas convierten sustancias inorgánicas (agua y dióxido de carbono) en sustancias orgánicas desprendiendo oxígeno. Para realizar este proceso requieren de la energía que les proporciona el sol.
5. Una tarea relajante para los niños
¿Quién dice que los niños no están estresados? También se sienten abrumados y angustiados por distintas circunstancias por lo que la jardinería puede ser una actividad espectacular para aliviar su estrés. De hecho, varios estudios han probado que el estado de ánimo de las personas mejora sensiblemente ante esta tarea.
De hecho, la jardinería es una tarea que favorece la práctica de la atención plena o mindfulness, ya que requiere de una concentración en lo que se está haciendo en ese momento. Y lo mejor, al mismo tiempo, el niño puede disfrutar de la belleza de las plantas.
6. La jardinería es una tarea que fomenta la felicidad en los niños
Los científicos han descubierto hace mucho tiempo que la naturaleza y los espacios verdes son buenos para el cuerpo y el alma. El verde, los olores y los sonidos relajantes de la naturaleza tienen un efecto antiestresante. Pero además, cuidar del jardín, de un huerto o de una planta, también provoca un estado de felicidad a los enamorados de la jardinería. Por lo tanto, es una actividad con la que podemos transmitir positivismo e ilusión a los niños, lo que mejorará su estado de ánimo.
Es más, los niños han de utilizar sus sentidos del olfato, la vista y el tacto para ocuparse de sus plantas, por lo que practicarán un ejercicio de equilibrio corporal y entrarán en armonía consigo mismos.
7. Alimentarse de su propia cosecha
Los niños pueden aprender a cuidar plantas de las que nos alimentamos como tomateras, albahaca, fresas, menta, orégano, cebollinos u otras frutas y verduras. Así no solo se sentirán orgullosos de haber cultivado sus propios alimentos, sino que además podrán alimentarse con ellos aprendiendo a apreciar así los alimentos de origen vegetal (algo que suelen rechazar muchos niños). Mejorarán su conocimiento sobre los alimentos y sobre la alimentación saludable.
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8. La jardinería es un buen ejercicio físico para los niños
Si tienes la suerte de contar con un jardín o una huerta en casa, sabrás que además de todo lo anterior, puede ayudarnos a estar en forma. Y es que, actividades como llevar macetas, cavar hoyos, quitar la maleza, sembrar o recolectar puede hacer trabajar todos los músculos del cuerpo.
Por lo tanto, los niños que practican la jardinería tienen entre manos una actividad que les hace huir del sedentarismo y les ayuda a quemar calorías, a mejorar su destreza, su equilibrio y su fuerza.
9. La jardinería es una buena alternativa a las pantallas para los niños
Si bien es cierto que no podemos cerrar las puertas a las pantallas ya que las utilizan incluso para estudiar, sí podemos limitar su uso y ofrecer otras alternativas de actividades que les van a resultar igual de divertidas y muy enriquecedoras.
Aunque inicialmente muestren desagrado o pereza ante ella, es probable que poco a poco se ilusionen con esta nueva actividad con la que aprenderán valores y realizarán aprendizajes que les servirá para toda la vida.