Cómo clavar un clavo correctamente (y sin dañar la pared)
Clava un clavo a la primera y sin que se doble
Puede parecer que la tarea de clavar un clavo es harto sencilla: un martillo, un clavo y con unos golpecitos está hecho, ¿verdad?
La realidad, sin embargo, puede ser otra bien distinta, sobre todo, si eres novato. Una mala práctica puede hacer que el clavo se doble, la pared reciba algún daño o incluso quede como un queso gruyere cuando lo único que querías era colocar un simple cuadro. Por no hablar de las veces que puedes golpearte el dedo y no la punta.
Si no se te suela dar muy bien la tarea de clavar un clavo correctamente, sigue este tutorial para conocer los trucos que puedes poner en práctica para lograrlo.
Consejos para clavar un clavo correctamente (explicado con fotos)
1. Aunque parece que lo adecuado es introducir los clavos rectos, si lo introduces sesgado, en muchos casos vas a tener una mejor fijación de las piezas. El clavado sesgado consiste en introducir los clavos con una ligera inclinación alternada.
2. Si vas a trabajar con chapeados de madera, los expertos recomiendan cortar la punta de los clavos, ya que, de esta forma, el clavo romo machacará las fibras de la madera mientras entra en lugar de abrirlas, evitando que se raje el chapeado, algo que puede suceder con más facilidad de la que piensas. También puedes dar un golpe seco con el martillo a la punta del clavo.
3. El clavado doble con clavos inclinados es una buena técnica para unir piezas que son perpendiculares, de esta forma, se evita su desplazamiento.
4. Puedes utilizar un botador, o una broca o la cabeza de otro clavo, para enterrar por completo los clavos sin cabeza dentro de la madera. Es una forma perfecta para disimular un clavo. El orificio se puede rellenar con masilla o cera.
5. Otra técnica muy utilizada en carpintería y restauradores de madera, consiste en levantar una viruta de madera con un formón. Una vez clavado el clavo, pegas la viruta con cola blanca y, de esta manera, nadie sabrá que ahí había un clavo.
Trucos para clavar un clavo sin dañar la pared
Si bien los ebanistas o restauradores se causan algún daño en los dedos o incluso pueden fallar a la hora de clavar un clavo, imagínate el que es novato. Para evitarlo, te proponemos estos sencillos trucos:
Ayúdate de una pinza
Si no tienes muy buen pulso y, tienes miedo de que, al intentar clavar un clavo en la pared o en un mueble, termines golpeándote el dedo con el martillo causando una herida, puedes recurrir al viejo truco de la pinza de la ropa.
Agarra el clavo con a pinza dejando la cabeza fuera, te ayudará, a evitar tener que sujetar el clavo directamente con los dedos, así como a que se doble la punta.
Solo tendrás que sujetar la pinza con tus dedos y golpear con el martillo directamente sobre el clavo. Fácil, ¿verdad?
Utiliza un tapón de botella como guía
Con un tapón de plástico de los que traen las botellas de agua, puedes elaborar una guía casera que te permitirá clavar la punta sin hacerte daño en los dedos y sin doblarla.
Primero agujerea el tapón para que pueda pasar la punta, a continuación, coloca el tapón con la punta ya dentro en el lugar deseado y, golpea con el martillo. Recuerda hacer un agujero más grande que la cabeza del clavo en el tapón, para que luego puedas extraerlo fácilmente.
Marca el agujero con un punzón
Utiliza un punzón para marcar el punto exacto donde irá el clavo y presiona ligeramente con él para comenzar a realiza la abertura.
Después coloca el clavo sobre esa hendidura y, con cuidado golpea con el martillo hasta que la punta entre correctamente.
Otros trucos
Puedes utilizar otros muchos objetos que te servirán de escudo entre el clavo y tus dedos como una goma de borrar, un peine, una horquilla, n cuadradito de cartón o un trozo de bandeja de verduras de supermercado.
Cómo arreglar un desperfecto al clavar un clavo
Si te has equivocado a la hora de clavar la punta y quieres sacarla sin dañar la pared, utiliza unos alicates. Agarra con los alicates el clavo y haz palanca apoyando la punta del alicate en el mueble o la pared. Saldrá fácilmente.
Y, recuerda que para clavar una punta o un clavo pequeño, no necesitas tanto de fuerza como de maña. Da pequeños pero firmes golpecitos. Es posible que caiga un poco de polvillo de la pared.
Si has ejercido demasiada presión y has hecho un desconchón en la pared, que no cunda el pánico, puedes arreglarlo con masilla y una lija.
Ver también: cómo arreglar un desconchón de la pared
Más consejos a tener en cuenta para clavar un clavo en la pared
Si vas a clavar un clavo en una pared de ladrillo y el objeto es pesado, ya no te valdrá solo con un martillo y un clavo, necesitarás un taladro. También alcayatas, hembrillas, tacos y un nivel.
Ver también: consejos para clavar un cuadro sin daña la pared
Dependiendo del tamaño del agujero que vas a realizar, habrás de colocar un tipo de broca u otra. Antes de taladrar calcula bien el lugar donde vas a introducir el clavo y con decisión, taladra la pared. Después introduce el taco en el agujero, ayúdate del martillo para terminar de meterlo, coloca la alcayata y… ¡cuelga el cuadro!