Cómo hacer una limpieza facial profunda de puntos negros y espinillas
Cómo eliminar granos e impurezas de la piel de forma casera
¿Te han hecho alguna vez una limpieza facial profunda? Si has pasado por ella sabrás que, además de que no es un tratamiento de belleza barato, tampoco vas a pasar por un agradable y relajante masaje facial.
Y es que, una buena limpieza facial en una clínica de belleza, supone pasar por una hora u hora y media de exfoliantes, mascarillas y extracción de puntos negros que puede llegar a ser incómoda para las pacientes más sensibles. Saldrás de la clínica con la cara roja y llena de marcas, eso sí, unos días después, cuando la piel esté menos irritada, apreciarás lo que significa tener una piel rejuvenecida, luminosa y realmente limpia.
Si necesitas realizarte una limpieza facial profunda de puntos negros y espinillas y no puedes o no quieres invertir una gran cantidad de dinero en ella, te enseñamos a realizarla en casa controlando tu todo el proceso. Así se eliminan todas las impurezas de la piel paso a paso.
Limpieza facial de puntos negros y espinillas paso a paso
Paso 1 para una buena limpieza facial: limpia tu cara
Puede parecer obvio, pero eliminar todos los restos de maquillaje, cremas, grasa y contaminantes diarios del entorno que reposan sobre tus poros es esencial, es el primero paso para preparar tu piel.
Si vas maquillada, retira el exceso de maquillaje con tu producto habitual y un algodón. Utiliza tanto la crema desmaquillante como el tónico limpiador después. Verás, al utilizar el tónico que, por mucho que pasaste el algodón, aun quedan restos de maquillaje.
En cuanto al tipo de productos, no te recomendaremos ninguna marca en especial, pero sí que te fijes bien en el que sea adecuado a tu tipo de piel. Incluso, si quieres, puedes fabricar uno casero. ¿Cómo?
Para hacer un limpiador facial casero mezcla 3 cucharadas de zumo de manzana fresca, 6 cucharadas de leche entera y 2 cucharadas de miel. Mezcla todos estos ingredientes hasta obtener una masa homogénea, aplícalo en tu cara y enjuágala con agua templada.
Paso 2: exfolia tu cara para eliminar impurezas
Aunque algunos expertos en belleza son contrarios a los exfoliantes porque irritan la piel, si no abusas de ellos y los utilizas correctamente, ayudarás a eliminar las células muertas de la piel. Son las que están obstruyendo tus poros, impiden que respiren correctamente y van formando pequeños puntos blancos que, con el tiempo y al oxidarse se convierten en puntos negros, mucho más difíciles de extraer.
De nuevo, busca el producto que mejor se adapte a tu tipo de piel. Muchos expertos recomiendan productos con ácido salicílico en caso de tener la piel grasa o con propensión a tener acné.
Incluso, puedes fabricar el tuyo propio y controlar así que esté hecho con productos naturales y no químicos. Para hacer un exfoliante casero mezcla 1 plátano triturado, un cuarto de taza de azúcar, 1 cucharada de zumo de limón, una cucharadita de vitamina E. Aplica el exfoliante casero de forma circular incidiendo en nariz, barbilla y frente, pero no lo apliques con demasiada fuerza para evitar irritar la piel.
También puedes utilizar un cepillo facial redondo después de la ducha, cuando los poros están más abiertos, pásate el cepillo por la cara de forma circular y con suavidad para arrastrar impurezas.
Paso 3: haz una limpieza facial usando vapor
El vapor facial ayuda a abrir los poros, un paso necesario para poder extraer puntos blancos, puntos negros y espinillas con más facilidad. Además ayuda a hidratar la piel.
En los centros de estética disponen de aparatos especiales para ello pero tu puedes simplemente hervir un poco de agua, verterla en un recipiente y acercar la cabeza manteniendo una toalla sobre ella para que no se escape el vapor.
Mantén tu cara frente al vapor durante 5 minutos, ya tienes la cara preparada para el siguiente paso.
Paso 4: extraer puntos negros y espinillas
Puedes hacerlo de dos formas: usando una mascarilla especial para puntos negros o con los dedos.
Las mascarillas ayudan a limpiar las impurezas de la piel, las hay hidratantes, refrescantes y cuya acción está dirigida a extraer los puntos negros y blancos. El trabajo con los dedos es más laborioso pero, si lo haces bien, muy efectivo.
Para los puntos blancos puedes adquirir un peeling en tu tienda de cosmética. Se trata de extender una capa del peeling por toda la cara, excepto labios y ojos, esperar que seque y después levantarla con cuidado para que no quede ningún punto blanco en los poros.
Para los puntos negros, los peeling no llegan a ser efectivos por lo que se requiere una mascarilla negra o de arcilla. Si quieres fabricar tu una similar en casa puedes hacerlo mezclando, media cucharadita de aguacate machacado, media cucharadita de miel, media cucharadita de yogur, una pizca de levadura de cerveza y media cucharadita de arándano rojo o zumo de manzana. Mézclalo todo hasta que esté cremoso, aplícalo en la cara evitando ojos y boca, deja que seque durante 15 minutos y elimínala con agua tibia.
Tanto con la mascarilla de arcilla como con la casera puedes notar una sensación de ardor en la piel, sobre todo al principio, si es excesiva la sensación, elimínala.
Si, prefieres eliminar los puntos negros con los dedos, primero lava bien tus manos, prepara un papel secante y, ponte a trabajar poro a poro. Aprieta con la yema de los dedos, no con las uñas y realiza un movimiento desde dentro hacia afuera para ayudar a que el punto negro salga de raíz. Sí, es doloroso y te dejarás la cara un poco marcada, intenta no hacerte sangre o pellizcarte en exceso la piel, aunque para sacar algunos puntos negros muy enquistados, no habrá más remedio.
Paso 6 para una buena limpieza facial: hidrata tu piel
Has limpiado, exfoliado, extraído los puntos negros, blancos y las espinillas y tu piel está limpia pero todavía no has terminado. La hidratación es fundamental para terminar tu limpieza facial.
Hidratar tu piel es esencial para que las células de la piel puedan renovarse, para mantener la piel tersa, suave y luminosa y ayuda a proteger la piel contra la sequedad y el envejecimiento.
Al finalizar tu sesión de limpieza facial hidrata tu piel para reponer la humedad y evitar que comience a fabricar grasa de nuevo de forma autónoma que vuelva a obstruir los poros.
Es conveniente aplicar una hidratante adecuada a tu tipo de piel y, preferiblemente, con factor de protección solar. Aplícala con un suave masaje sobre toda la cara, evitando ojos y boca y no olvides del cuello.
Y, no utilices maquillaje hasta pasadas unas horas, preferiblemente hasta el día siguiente. Tus poros están muy abiertos y podrías estropear todo el trabajo realizado.
Ahora tu piel está radiante, solo has de seguir manteniendo una rutina de limpieza para no volver a acumular demasiada suciedad en tus poros.