Cuál es la leyenda del Holandés Errante: resumen y curiosidades
La historia del barco fantasma que inspiró a autores como Richard Wagner o Edgar Allan Poe
El Holandés Errante (Der fliegende Hollander) fue la primera ópera que compuso Richard Wagner cuando tenía 28 años tras un viaje en barco que le marcaría y que estreno en Dresde en 1843.
Cuenta la historia de un barco fantasma condenado a surcar los mares por siempre. Está capitaneado por el holandés Willem van der Decken acompañado de sus tripulantes, marineros que han estado muertos durante siglos y buscan de forma desesperada comunicarse con los barcos que encuentran en el mar para poder enviar mensajes a sus seres queridos en tierra.
Sin embargo, este relato era conocido antes de que Wagner u otros autores como Edward Fitzball o Edgar Allan Poe le dieran forma. De hecho, esta historia formaba parte del folclore popular de los marineros desde hacía décadas ya que muchos afirmaban haber visto un barco fantasma que centelleaba en la oscuridad en medio del océano. ¿Quieres saber más? Conoce cuál es la leyenda del holandés errante y qué historia pudo crear este relato.
Te invitamos a leer un resumen de la leyenda del Holandés Errante recogida por Richard Wagner para su ópera, así como otras curiosidades de este relato.
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La leyenda del Holandés Errante: resumen
De regreso a puerto, el barco del capitán Daland se enfrenta a una violenta tormenta por lo que decide recalar en una bahía cercana. Allí tiene lugar un encuentro que no olvidará jamás: puede contemplar con sus ojos el barco fantasma del Holandés Errante. Tras siete años navegando sin rumbo, se le había permitido desembarcar en tierra.
El Holandés era Willem van der Decken, un capitán de barco bastante arrogante que vivió muchos años atrás. Un día quedó atrapado en una fuerte tormenta e hizo un pacto con el diablo para poder sobrevivir a aquel peligro y cualquier otro que se le presentara. Dios, al enterarse de ello, le castigó a vivir eternamente surcando los mares, siempre sin rumbo y sin poder tocar tierra firme.
Tan solo una vez cada siete años, puede recalar en tierra. Esta es su oportunidad para romper la maldición, para lograrlo, debe encontrar a una mujer que le prometa amor eterno.
Y aquí regresamos al momento en que Daland se encuentra con el barco fantasma. Tras su encuentro con el holandés errante, este le enseña todos los tesoro que tiene en su barco y le dice que puede quedárselos todos si tiene una hija con la que pueda desposarse.
Daland rápidamente le promete su mano y le asegura al holandés que ella es una criatura leal que lo amará para siempre. Hoy en día puede parecernos extraña esta práctica, pero hace siglos los padres prometían a sus hijas a cambio de una dote o posición económica. Y así, con este trato, la maldición se rompe.
Senta, la hija de Daland, no muestra problemas ante el enlace, por un lado, debe fidelidad a su padre, y por otro, el holandés errante resulta ser el hombre de sus sueños. Ella había estado enamorada durante mucho tiempo de una pintura que se parecía a la del holandés errante. Y, para desesperación de su novio Erik, Senta cae rendida ante el holandés.
Sin embargo, el holandés escucha una conversación entre Senta y Erik en la que él la culpa por traicionarlo y duda de los sentimientos de ella.
El holandés pierde toda esperanza, y no cree en la mujer que le había prometido amor eterno. El holandés abandona la costa noruega mientras Senta ve el barco del holandés a lo lejos.
Ella, desesperada al ver partir a su enamorado, se arroja al mar, y al hacerlo, salva el alma del marinero. La muerte de Senta provoca la salvación del holandés.
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Qué tiene de real la leyenda del holandés errante
Esta historia está basada en la vida de Bernard Fokke, un marinero que vivió a comienzos del siglo XVII. Era un navegante experimentado que siempre surcaba la mar con las velas desplegadas. Tenía postes de hierro en los mástiles para evitar que los fuertes vientos los destrozaran y llegó a realizar la proeza de viajar de Batavia, al noroeste de la isla de Java, hasta Holanda en 80 días. Esta velocidad sorprendió a las gentes de su época que lo achacaron a causas sobrenaturales. Esto sumado al hecho de que Fokke tenía una imponente apariencia y un comportamiento deplorable, hizo crecer los comentarios y la leyenda en torno a él.
Fokke desapareció tras zarpar de puerto en un lugar entre el cabo de Buena Esperanza y el extremo sur de América. Jamás nadie le volvió a ver. Las gentes dijeron que el diablo lo había apresado en castigo por sus pecados.
Los marineros, gentes muy supersticiosas, comenzaron a contar historias sobre un barco errante que se aparecía en la oscuridad de la noche, esto contribuyó a alimentar la historia.
En la isla de Kuiper, un lugar destacado entre los barcos que hacían rutas por las indias orientales, se erigió una estatua de bronce en recuerdo al barco Fokke. El monumento fue eliminado por los ingleses cuando conquistaron Java en 1811.
La leyenda del Holandés Errante en la música y la literatura
Esta antigua leyenda marinera ha inspirado a diferentes artistas para componer sus obras. Además de Wagner, el escritor Edgar Alan Poe recoge esta historia en su novela La narración de Arthur Gordon Pym (1838).
También encontramos este relato en The Flying Dutchman (1826), del dramaturgo inglés Edward Fitzball, y en la novela El buque fantasma (1837) de Frederick Marryat,
La película de Ava Gardner y James Mason: Pandora y el Holandés Errante (1951) también recoge este relato, así como la más moderna Piratas del Caribe de Johny Depp.
Incluso aparece en los dibujos animados, el Holandés Errante es un personaje recurrente en Los Simpsons, donde aparece como un ser brillante de color verde.
Los grupos musicales Jethro Tull, Von Thronstahl o Rammstein también se han basado en esta leyenda del holandés errante para algunas de sus canciones.