Lo que hizo James Lind para encontrar la solución fue realmente revolucionario en aquel entonces, ya que llevó a cabo lo que puede ser el primer ensayo clínico, y lo hizo a bordo del barco Salisbury en 1747.

Cuando llevaban dos meses en alta mar, el escorbuto comenzó a aparecer. Lind tenía 12 pacientes y los dividió en pares.

Todos los hombres recibieron  la misma comida y bebida y además uno de los seis posibles remedios con los que contaba Lind:

  • A la primera pareja se le dio sidra. 
  • A la siguiente ácido sulfúrico diluido.
  • Otra tomó vinagre.
  • La siguiente agua de mar.
  • La quinta, extractos de hierbas.
  • Y, la sexta, tomó dos naranjas y un limón cada día.

Este ensayo fue lo que permitió encontrar la cura para el escorbuto. James Lind tenía la respuesta ante sus propios ojos, solo la pareja que tomó cítricos se recuperó inmediatamente. 

Sin embargo, tendrían que pasar unas décadas más para que el tratamiento se aplicara en marineros y otras personas afectadas de escorbuto. ¿Por qué?

James Lind publicó sus averiguaciones en un informe conocido como "Tratado sobre el escorbuto" que se publicó en 1753. Pero, en todo este tratado, 450 páginas trataban sobre tratamientos como hacer ejercicio o tomar aire fresco, y solo dedicó 4 páginas a relatar la verdadera solución: tomar cítricos. 

A esto se sumó que Lind propuso tomar estos cítricos hirviendo el jugo, ya que en los barcos de aquel entonces, no había medios para conservar limones durante tantas semanas, pero esto destruye la vitamina C.

Por lo tanto, la causa del escorbuto y su remedio quedaron diluidos.

Gilbert Blane confirmó el tratamiento propuesto por James Lind para tratar el escorbuto

Más de 20 años después, nos encontramos ante otro médico, Gilbert Blane, quien estaba convencido de que el experimento de Lind con los cítricos era la respuesta. Por lo tanto, solo había que encontrar la forma de almacenarlos. Lo que determinó era que, si añadía un 10% de alcohol etílico destilado al jugo de limón, no se destruían sus propiedades y se podía almacenar fácilmente. La flota en la que viajaba en 1779 pudo curarse de escorbuto gracias a este brebaje de limón y fue la razón que necesitaba el Almirantazgo para introducir un suplemento diario de zumo de limón en la dieta de los marineros. 

Aunque otras flotas, como la francesa, la española o la estadounidense no vieron con buenos ojos esta medida, con el tiempo, se demostró que era el limón podía curar el escorbuto. 

Gilbert Blane fue nombrado Comisionado de la Junta de Enfermos y Heridos del Almirantazgo y más tarde obtuvo un título nobiliario. En cuanto a James Lind es considerado hoy en día como el padre de la medicina naval.