5 aspectos positivos de tener un hijo mandón
¿A quién le gusta que le manden constantemente? ¿A quién le gusta qué le digan todo lo que tiene que hacer, cómo y cuándo? Muchas veces en la vida no tenemos más remedio que acatar órdenes, sobre todo si vienene de nuestros jefes pero, ¿qué ocurre cuando el que nos manda es nuestro hijo?
En ocasiones es total y absolutamente molesto, es más, nos revelamos ante esa conducta dejando claro que ?aquí mando yo?. Pero, ¿te has planteado qué hay de bueno en que un niño sea mandón?
Educar a un hijo mandón y sacarle partido
Está claro que, como padres, debemos corregir ciertos comportamientos infantiles. Si tu hijo tiende a ser demasiado autoritario, mandón e incluso tirano y consigue lo que desea a base de rabietas y llantos, es hora de ponernos manos a la obra para corregir esa conducta.
Sin embargo, podemos acabar con lo negativo y conservar lo bueno de ser un hijo mandón y potenciarlo. Esto es lo bueno de los niños mandones:
- Son líderes: no son niños que siguen a otros como corderos que van al matadero. Opinan y deciden y son respetados por los demás. Mejor aun, cuando sean adolescentes y los demás hagan cosas estúpidas, no les dará por seguirlos. Seguirá su propio ejemplo basado en sus propios pensamientos.
- Acepta riesgos: suelen ser niños muy seguros de sí mismos, confían en ellos y corre riesgos que le hacen superarse y aprender porque tienen una gran voluntad para tomar decisiones y una voluntad firme.
- Arte de negociar: un niño mandón es su mejor abogado. Son defensores de sí mismos y se hará escuchar cuando necesite que le hagan caso. No será conformista, ni callada, ni asumirá aquello que le pase con la cabeza agachada.
- Tiene la capacidad de hablar por los demás: puede denunciar malas conductas de otros niños o casos de acoso porque no tiene miedo a represalias y confía en lo que hace.
- Un niño mandón puede cambiar el mundo: su capacidad de mandar bien encauzada puede lograr grandes hitos, puede cambiar cosas que están mal y mejorar su entorno.