Questorming o lluvia de preguntas, ¿qué es y cómo se realiza?

Brainstorming vs questorming para llevar a cabo una idea o proyecto

Alba Caraballo - 2022-03-24 13:15:00 - Trabajo

Questorming o lluvia de preguntas es una práctica que surge a partir de la clásica lluvia de ideas o brainstorming. Sin embargo, ambas se basan en conceptos opuestos.

Mientras que el brainstorming plantea ideas, el questorming plantea preguntas. Te explicamos en qué consiste la lluvia de preguntas, qué lo diferencia de la lluvia de ideas, cómo se realiza y cuáles son sus ventajas e inconvenientes.

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Brainstorming vs Questorming

Tras la Primera Guerra Mundial, Alex Faickney Osborn (1898-1966) fundó una agencia de publicidad, poco después se fusionó con otra empresa de publicidad, la Georges Batten Company para crear una mayor, la BBDO. En esta etapa, llena de nuevas oportunidades Osborn escribe el libro Imaginación aplicada: principios y procedimientos de solución creativa de problemas (1940). En él propone lo que llama "creative problem solving" es decir, pautas para solucionar problemas de forma eficaz. Es el germen de lo que se conoce como brainstorming o lluvia de ideas.

Así, brainstorming es un método sencillo que se basa en que para tener una buena idea, han de surgir otras tantas malas. Esto sucede cuando un equipo se reúne a pensar en torno a un proyecto. En esta reunión idealmente no es necesario que todas las ideas que se gesten sean geniales, ni tampoco se debe juzgar o reprender a quien no ha tenido una idea brillante. Se trata de despejar la mente para intentar aportar soluciones o ideas entre todos hasta encontrar la más adecuada. Este brainstorming de Osborn fue adoptado inmediatamente por otras muchas agencias, inicialmente de Nueva York, después de Estados Unidos y, finalmente, del mundo entero, en todos los sectores que imagines.

Pues bien, el questorming también es una práctica utilizada en muchas empresas para lograr que la solución aportada sea la mejor posible. Si bien en este caso, no hay una lluvia de ideas, sino una lluvia de preguntas. Y estas preguntas, pueden ser más importantes que la idea en sí.

Qué es el questorming

Questorming no es otra cosa que una lluvia de preguntas. Se basa en la suposición de que tras una buena o mala idea, siempre hay una pregunta. Esta pregunta puede ser más importante y crucial que la propia idea. 

De nuevo, para llevar a cabo una lluvia de preguntas, se ha de reunir a un grupo, y las personas que lo conforman, han de encontrar soluciones creativas en torno a un tema.

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En resumen, es una lluvia de ideas en la que el problema que tiene el grupo es encontrar la respuesta a la pregunta: ¿Cuáles son las mejores preguntas que debemos hacernos en este momento?".

El objetivo del método es hacer tantas preguntas como sea posible, de forma fluida, teniendo en cuenta, al igual que con la lluvia de ideas, que no hay malas preguntas, todo vale. 

Por ejemplo, si quieres lanzar un producto a la venta, se pueden realizar distintas preguntas, partiendo de la más simple: 

  • ¿Cómo puedo lanzar este producto?
  • ¿Hay espacio en el mercado para este producto?
  • ¿Necesito de ayuda para elaborar el producto?
  • ¿Es posible lanzarlo sin ayuda de nadie?
  • ¿Serán los beneficios de la venta superiores a los gastos de producción?
  • ¿Cuánto se tarda en fabricar?
  • ¿Puedo hacer algo para aligerar los procesos de fabricación?
  • ¿Qué canales de venta tengo disponibles?
  • ¿Es un producto estacional?
  • ¿Cuáles son mis potenciales compradores?
  • ¿Puedo hacer algo para abaratar los costes?

Cómo organizar un questorming o lluvia de preguntas

Para organizar un questorming es necesario reunir a. una serie de perfiles profesionales que representen distintos ámbitos del negocio y puedan aportar diferentes visiones. Lo ideal es que el grupo sea variado y tenga conocimientos en materias diversas. 

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La técnica también implica que el convocante puede de guiar la discusión con una lista de preguntas genéricas que se consideran dadas con las que arrancar.

Una vez convocadas a las personas, lo recomendable es que conozcan las normas del questorming, que son: 

- No se trata de encontrar ideas, sino preguntas. 

- Cada persona puede tener un turno para la reflexión sobre el tema a tratar y las preguntas que considera importantes. 

- No se puede contestar "no" a las preguntas, solo se puede contradecir proponiendo una pregunta diferente.

- No se aportan respuestas a las preguntas, tampoco ideas, solo se plantean preguntas.

- Éstas deben formularse de forma breve y concisa.

- Si al escuchar una pregunta, a alguien se le ocurre otra, se debe plantear.

- Las preguntas se irán recogiendo y se pueden clasificar según la temática.

El resultado del questorming será un documento, este puede ser digital o analógico: 

- Analógico: en una pizarra se pueden anotar en columnas temáticas cada una de las preguntas. También se puede usar una gran cartulina e ir pegando póstits.

- Digital: elaborando un excel, word, ppt... que recoja todas estas preguntas y se comparta entre los integrantes.

Qué beneficios ofrece el questorming

En cuanto a las ventajas, questorming se basa en el reconocimiento de que si las personas pueden hacer las preguntas correctas, las respuestas suelen ser fáciles. 

Parte de lo que se busca con esta práctica es determinar si las personas integrantes en un proyecto tienen preocupaciones o percepciones en torno al mismo, así como cuáles son esas preocupaciones para poder caminar a una meta común.

Además, plantea un escenario para resolver todas las dudas o problemas que pueden surgir en torno a una idea.

Incluso permite poder ir solventando cada una de ellas tras el questorming para obtener un mejor proyecto o un mejor producto. De esta práctica se puede obtener información muy valiosa.

Da la oportunidad a los integrantes en un proyecto a no dar por sentado lo que marca la dirección y sintiéndose libres para preguntar sobre todo lo que no entiende.

Inconvenientes de la lluvia de preguntas

Por el contrario, este método todavía no es muy popular en muchas empresas porque puede resultar impopular dirigir la atención hacia el problema y no hacia la solución. Es decir, preguntar y cuestionar puede dejar poco campo a la forma de afrontar el problema y solo a demostrar que no es una buena idea.