Cómo convertir un dormitorio infantil en la habitación de un adolescente
Pequeños detalles para transformar un cuarto de niño en el de un adolescente
A medida que los niños crecen van cambiando sus intereses, sus aficiones o sus gustos, es por ello frecuente, que su divertido o tierno dormitorio infantil resulte demasiado aniñado para un adolescente. Si quieres darle una sorpresa, toma nota de estas sencillas ideas para convertir un dormitorio infantil en la habitación de un adolescente.
Consejos transformar un cuarto infantil en la habitación de un adolescente
Lo primero antes de ponerte manos a la obra es lograr la implicación de tu hijo adolescente, al fin y al cabo, ya no es un niño y le estás dando la oportunidad de elegir qué cosas le parecen prescindibles, cómo quiere organizar su espacio y qué detalles le gustarían. Podéis pactar entre los dos hasta llegar a un acuerdo intermedio ya que lo que le gusta a él, es posible que te horrorice a ti. Cede en algunos puntos y deja que se exprese en otros.
Después es importante hacer una planificación antes de poneros a comprar o a tirar, ya que algunos elementos o muebles antiguos quedarán perfectos si se pintan. Pensad en el color predominante de la habitación o si queréis cambiar la disposición de los muebles.
Cuanto tengáis claro el estilo de la habitación y cómo vais a proceder, habréis de poneros manos a la obra. No hace falta gastar mucho dinero, en ocasiones, unos cuantos detalles y un poco de trabajo por vuestra parte, marcarán la diferencia, podéis seguir estos consejos:
Detalles que cambiarán la habitación de tu hijo
Retira lo infantil: antes de comenzar a poner, hay que quitar, entre los dos podéis decidir qué tipo de decoración y elementos son para niños pequeños y no tienen cabida en su nuevo espacio. Quizás una antigua cenefa de ositos, cestos de juguetes infantiles, algún cuadro infantil… Decid adiós a las cosas de niño, para dar la bienvenida a las de adolescente.
La cama: es posible que tengas que actualizar el colchón, ya que a medida que los niños van cumpliendo años, la firmeza habrá de ser mayor para cuidar su espalda. Si tu hijo o hija es muy alto, es posible que haya que adaptar también las medidas de la cama, a nadie le gusta que los pies se escapen por debajo de las sábanas.
Los muebles: si los muebles de su habitación, escritorio, mesilla, silla…, son de un tono neutro y están en buen estado, será más fácil hacer el cambio ya que solo habréis de enfocaros en los detalles, serán los que marcarán la diferencia entre un cuarto infantil y una habitación adolescente. Si los muebles están antiguos o viejos podéis optar por decaparlos y pintarlos, una tendencia decorativa muy de moda que divertirá y entretendrá a tu hijo o hija ya que ellos mismos estarán creando y participando en su espacio.
Las paredes: es posible que haya llegado el momento de darle una mano de pintura a la pared o incluso colocar papel pintado, una solución muy sencilla, práctica y limpia ya que muchos papeles se pueden limpiar con un paño humedecido. Deja que escoja el papel o el color, pero intenta asesorarle si no estáis de acuerdo o está intentando ser extremadamente transgresor.
Estanterías: no es necesario gastar mucho dinero, encontrarás baldas y estanterías muy asequibles que permitirán a tu hijo guardar sus cosas más importantes, ya sea juegos, libros, cómics o cualquier otro elemento. Asegúrate que dispone de espacio de almacenaje ya que
Ropa de cama: es posible que ese edredón de ositos o hadas, ya no tenga cabida en la habitación de un adolescente, compra un par de fundas de edredón o una colcha nueva para darle a la habitación un aspecto más juvenil.
Los detalles: son los que marcarán la diferencia y harán de su habitación un dormitorio de un adolescente. Puedes poner cuadros de temas afines a él, música, videojuegos, cómics o viajes; un vinilo en la pared con un mando de la Play, un mural de fotografías, un puf mullido para que se tire en el suelo a escuchar música, una cómoda con espejo para las adolescentes que comienzan a maquillarse, un busto para dejar collares, bufantas o gorros… Las opciones son innumerables.