4 estrategias para negociar con tu hijo adolescente
Aprender a negociar con un hijo adolescente y dejar de discutir por todo
Puede que durante unos años hayas manejado la situación con tu hijo, a pesar de las dificultades. Pero, si pensabas que la anterior etapa fue difícil, prueba a pasar por la adolescencia. Una fase en la que la rebeldía y la necesidad de tomar decisiones propias, pueden ponerte a prueba. Si quieres pasar de la discusión y el conflicto constante a tener una mejor relación, aprende a negociar con tu hijo adolescente.
Por qué es bueno negociar con tu hijo adolescente
El modelo autoritario no encaja en absoluto con el carácter y disposición ante la vida a la que se enfrenta un adolescente, por lo que si intentas imponer tu criterio a toda costa y “porque lo digo yo”, estás abocado a un sinfín de reproches, enfados y discusiones.
Puede no resultarte fácil tener que dejar de controlar y mandar sobre absolutamente todo lo que concierne a tu hijo pero es hora de empezar a ceder algo de terreno en la toma de decisiones.
Aprender a negociar con tu hijo le ayudará a tomar decisiones, a pensar por sí mismo lo que le conviene, lo que necesita y lo que no es bueno para él. La negociación le encaminará hacia la vida adulta mejor preparado y, en definitiva, siendo más feliz, ya que su día a día no será un continuo reproche.
La negociación ayuda a los hijos adolescentes y también a los padres, ambos aprenderéis a entender otros puntos de vista y otras formas de hacer las cosas.
Negociar os permitirá encontraros en un punto común, en lugar de alejaros cada día más.
4 técnicas para negociar con un hijo adolescente
La negociación será tu mejor baza si ha llegado la hora en la que tu hijo demanda más independencia y capacidad de decisión, os ayudará a ambos a tener una relación más positiva.
1. Prepararte antes de la negociación con tu hijo adolescente
Puede que en ocasiones la negociación te pille desprevenido, pero otras muchas podrás preparar el terreno. Es posible que haya estado hablando de un concierto al que quiere ir y es aquí donde has de plantearte cuál será tu postura. Puedes hablar con tu pareja sobre cuál será vuestra decisión al respecto, si es un no rotundo porque supone viajar, si es un sí con condiciones de horario o de recogida… En una negociación, todo es negociable.
En caso de que la propuesta o la petición de tu hijo adolescente te pille sin tiempo para pensar, no te precipites ni te comprometas en algo que no vas a poder cumplir. Puedes decirle que te deje valorarlo y que en breve habláis de ese tema y, por supuesto, cumple tu palabra.
2. En una negociación con un hijo adolescente se habla y se escucha
Antes de decir que no a todo lo que tu hijo te pide o te propone escucha, pero escucha de forma activa, mírale a los ojos y lo le interrumpas. Cuando haya terminado de explicarte su idea, hazle las preguntas que necesites para entender del todo cuál es su plan: “a ver si entiendo lo que me pides, quieres tatuarte el nombre de una chica para el resto de tu vida. ¿Sabes que ese tatuaje será para siempre? ¿Y que si dejas de estar con esa chica, aunque hoy te parezca imposible, otras parejas tuyas verán siempre ese nombre ahí?”
Se trata de escucharles en primer lugar, quizás no estén pidiendo algo tan descabellado o difícil de realizar. Y, si crees que lo que quiere hacer no es bueno para él, en lugar de discutir, gritar y decir dar un simple no por respuesta, es más conveniente dirigirle hacia tu punto de vista a través de una charla tranquila y racional.
Si crees que el diálogo está derivando en discusión, es preferible ponerlo en pausa y seguir cuando ambos estéis más calmados.
3. Llegar a una decisión aceptable para los padres y los hijos adolescentes
Sea lo que sea que plantee tu hijo, es cierto que, mientras sea un menor la última decisión la tienes tú, por lo que debes explicarle lo que es negociable y lo que no. Y este campo es difuso, todo dependerá de la madurez y responsabilidad de tu hijo y de la confianza que tengas en él.
Una vez aclarados los puntos que no vas a negociar, abre un diálogo fructífero en el que tu hijo adolescente logre algunos objetivos: “No me gusta que cubras todas las paredes de tu habitación con pósters, va a quedar muy oscura y tétrica, qué te parece si destinas una pared a tus pósters y en el resto pones otras cosas, ¿tienes alguna otra sugerencia?”.
Negociar con tu hijo adolescente de forma positiva es llegar a un común acuerdo en el que ambos habéis cedido en algunos puntos y habéis logrado otros.
Habrás de demostrar a tu hijo que puedes comprometerte y él que toma decisiones responsables.
4. Ya hemos negociado, ¿y ahora qué?
Repite en voz alta y para que ambos lo tengáis claro cuál es el acuerdo al que habéis llegado: “puedes usar el móvil cuánto quieras, pero siempre después de hacer tus tareas, ¿de acuerdo?”
En ocasiones, a tu hijo no le gustará el acuerdo al que hayáis llegado y puede que intente romperlo, en esos casos habrá una consecuencia “dejas tus tareas sin hacer y estás todo el día con el teléfono, este mes no te pagaré la factura”.
Para terminar de forma positiva, incluso aunque la negociación con tu hijo fue difícil y no satisfactoria has de recordarle que te gustó hablar con él, “gracias por venir a preguntármelo, me demuestras que eres una persona de confianza y madura”.