Cómo superar el miedo a la confrontación con los demás
Evitar el temor al conflicto con otros y actuar con resiliencia
El miedo al conflicto es un temor muy habitual, sin embargo, cuando este se cronifica y se convierte en un modo de actuar en el que la persona evita a toda costa decir lo que realmente piensa o pasa por alto ataques directos, puede poner en peligro las relaciones con los demás, así como provocar frustración y falta de autoestima en la persona.
Si te sientes reconocido y haces encaje de bolillos con tal de evitar una discusión con alguien, es hora de trabajar esto y superar el miedo a la confrontación con los demás.
Ver también: Los miedos en la adolescencia más comunes
Por qué se instala en alguien el miedo a la confrontación
Las personas que sienten temor al conflicto con los demás, suelen permanecer en silencio en aquellas situaciones que encuentran delicadas, para evitar tener que discutir o enfrentarse con otros. Sin embargo, ese estado de falsa paz, les lleva a la incomodidad, la frustración y, sobre todo, a ser diana de muchas otras personas que se aprovechan de esa actitud.
Estas personas se suelen justificar con frases como "si digo algo podría hacerle sentir mal", "se va a enfadar conmigo si respondo", "no sé cómo expresar que lo que hizo no me sentó bien", "no quiero crear mal ambiente", "prefiero evitar las consecuencias si me enfrento a esa persona".
También es frecuente que a las personas que no les gusta discutir, cuando estalla el conflicto, recurran a actitudes como desviar la atención, cambiar de tema o hacer todo lo posible para apaciguar y mantener la tranquilidad. Han desarrollado una especial habilidad para hacerlo y disponen de estrategias que les ayudan a salir del conflicto.
Ver también: Cómo superar una pelea con un amigo
Si bien es cierto que, a la mayoría de las personas no les resultan cómodos los desacuerdos, no dudan en reclamar algo en una tienda si han de hacerlo, se quejan ante el profesor de sus hijos si consideran que han recibido un trato injusto, responden ante una mala contestación o expresan en voz alta su desacuerdo. Esto es diferente para las personas con un gran miedo al conflicto. Quizás han tenido experiencias muy negativas con conflictos en su vida, principalmente en su niñez y esto les lleva a callarse en la mayor parte de los casos, sintiéndose después frustrados, cobardes o inferiores a los demás. Pero, ¿por qué lo hacen?
En muchos casos se debe a traumas relacionados con la infancia, bien sea a situaciones vividas en conflictos con amigos, conflictos con sus padres, o incluso entre sus padres, con profesores u otras personas del entorno. Quizás son personas también con un alto nivel de empatía, que se sienten mal cuando les reprenden la conducta o les recriminan algo y son incapaces de hacer lo mismo con los demás.
Las personas con miedo al conflicto desarrollan con el tiempo la sensación de que no tienen derecho a opinar o expresar sus sentimientos por temor a dañar, ofender, enfadar o irritar a otras personas. O también, temen la confrontación porque han tenido la experiencia de no poder defenderse o de salir perdiendo.
Ver también: La mejor estrategia para reconciliarse con la pareja
Cómo lidiar con el miedo a la confrontación con los demás
Las consultas de los psicólogos están llenas de personas que no saben defender sus intereses, no se quejan cuando deben hacerlo o no responden ante una crítica por miedo al conflicto. En este caso, se debe trabajar el origen del problema pero, sobre todo, estrategias para poder afrontar los conflictos con asertividad.
Una persona asertiva es aquella que tiene la capacidad de expresar sus opiniones, sentimientos o ideas de forma clara y rotunda, sin ofender a los demás y sin violencia. Es una habilidad social muy especial y es que, se trata de no ser pasivo, ni dejarse comer el terreno por los demás, pero tampoco ser agresivo. Vamos, defenderse y expresarse sin agresividad y no quedarse por miedo en un segundo plano. ¿Cómo lograrlo?
Acéptalo: la confrontación es inevitable
Primero, tenemos que aprender a aceptar que no podemos evitar los conflictos. Si bien es cierto que algunas confrontaciones son evitables, no podemos ir poniendo paños calientes sobre todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Cuando lo hacemos prevenimos un conflicto con otro, pero éste sigue existiendo dentro de nosotros.
La pelea queda interna porque no hicimos cumplir nuestros intereses. Por lo tanto, comienza no evitando hacerte valer en pequeñas situaciones que no supongan o puedan devenir en un gran conflicto. Por ejemplo, si alguien se mete con tu ropa, en lugar de callarte, mira a los ojos a la persona y con educación comenta que es la que te gusta, y que tú también podrías opinar de la de los demás, pero entiendes que el gusto es libre. No te calles, y responde con educación y tranquilidad.
Valora el costo y el beneficio de la confrontación
¿Qué puedes ganar si, a pesar de tu miedo al conflicto, te atreves a hacer o decir lo que quieres?, ¿Tienes algo que perder? En ocasiones, la confrontación es necesaria para evitar que otra persona siga tratándonos de una determinada manera, para evitar sentirnos mal o para hacernos valer. Piensa que el conflicto, en determinadas situaciones, te hace ganar emocionalmente frente a compañeros, jefes, amigos o familia.
Recuerda algún conflicto reciente
Echa la vista atrás y reconoce lo bien que se siente cuando no inclinaste la cabeza o te replegaste cual caracol. Quizás a los demás no les gustó tu opinión, quizás tuviste que llamar la atención a alguien pero después, te sentiste mejor, ¿no es cierto? Quizás no fuera para tanto.
Nadie tiene más o menos derecho a expresar sus deseos y representar intereses. Sí, no solo tenemos el derecho sino también el deber de cuidarnos bien y prestar atención a las expresiones de nuestras necesidades.
¿Por qué crees que es tan malo el conflicto?
Confrontar a los demás ante una situación que consideras injusta o te está haciendo daño, no es sinónimo de peligro o amenaza. El conflicto no tiene por qué terminar con amistades, trabajos o relaciones.
Incluso si a la otra persona no le gusta nuestra solicitud u opinión, esto no significa que vayamos a perder esta relación, sobre todo si nos estamos expresando con educación y tranquilidad.
Es bueno para ti
Es importante decir lo que piensas de forma clara, educada y objetiva. ¿Acaso ese compañero que tanto te molesta mide sus palabras contigo?, ¿tu hermano se lo piensa dos veces cuando ha de criticarte?, ¿esa enfermera tan antipática tiene reparos en reprenderte en voz alta ante otros pacientes?...
Hay casos que es necesario afrontar el conflicto y evitar comentarios destructivos que puedan hacer daño a nuestros intereses o a nuestros seres queridos. Nos sentiremos mejor con nosotros mismos cuando lo hagamos, ya que la sensación de inferioridad o de actuar de forma cobarde, nos dañará aun más emocionalmente.
Evitar algunos conflictos es positivo, evitarlos todos es dañino tanto para nuestro estado emocional, como para nuestra imagen ante los demás.