¿Existió realmente Troya? La verdad sobre la Guerra de Troya
Troya: ¿mito o realidad?
La Ilíada es un poema épico atribuido a Homero y compuesto por 15.693 versos que narra los hechos ocurridos durante los 51 últimos días de Troya. Esta obra que data de hace casi 3000 años narra la Guerra de Troya y las aventuras de Héctor, Aquiles, Ulises y la hermosa Helena pero, ¿es cierta esta historia?, ¿escribió Homero, un poeta del que en ocasiones se pone en duda su existencia, sobre un hecho real? En Quonomy.com analizamos si realmente existió Troya o si tan solo es una leyenda fruto de la imaginación de uno o varios autores.
La historia de Troya
En ocasiones es fácil discernir entre lo que es mito y lo que no, pero otras veces, no lo es tanto. Este es el caso de Troya y todos sus protagonistas.
Hace 3000 años, el poeta Homero escribió sobre Troya. Según los versos del poeta, el enamoramiento del príncipe Troyano París por la bella Helana, esposa de Menelao de Esparta, fue el germen de la caída de la próspera ciudad situada a la entrada del Mar Negro.
París, el príncipe de Troya secuestró a Helena, y la llevó tras los muros de su reino. Los griegos juraron venganza por esta desgracia y, bajo el liderazgo de Agamenón, rey de Micenas y hermano de Menelao, llegaron hasta Troya con una enorme flota. La guerra que se inició, duró diez años.
El rey Príamo de Troya, sus hijos Paris y Héctor resistieron ferozmente al asedio de los griegos bajo el mando del rey Agamenón, apoyados por el guerrero más grande de su tiempo, Aquiles. Pero los muros de la ciudad eran infranqueables. Sin embargo, los griegos finalmente lograron la victoria con un truco: le dieron al enemigo como regalo el famoso "caballo de Troya". Treinta guerreros se escondieron en el vientre de la bestia de madera, lograron entrar tras los muros y conquistaron la ciudad.
Troya: ¿realidad o leyenda?
Estas gestas y las aventuras que vivieron los protagonistas de La Ilíada: Paris, Helena, Aquiles o Ulises fue considerada en el siglo XIX por muchos académicos como un relato ficticio. Sin embargo, de entre los muchos expertos que estudiaban los textos de Homero y lo catalogaron de fantasía hubo un disidente: Johann Ludwig Heinrich Julius Schliemann.
Heinrich Schliemann fue un millonario prusiano que dedicó gran parte de su fortuna y su vida a su gran pasión: la arqueología. Schliemann estaba convencido de que los hechos que narró Homero existieron en realidad y pasó años indagando y buscando restos de lo que fue Troya.
Predijo que la ciudad de Troya se encontraba en Turquía y, aunque fue menospreciado por otros investigadores, el mundo se sorprendió cuando Schliemann la encontró tras realizar excavaciones en Hisarlik, la colina donde una vez estuvo Troya.
Schliemann empezó a excavar, en 1870, aunque años antes el arqueólogo Frank Calvert ya había realizado excavaciones preliminares y le había sugerido que ese era el emplazamiento de la mítica ciudad. Los arqueólogos, sin embargo, vieron horrorizados como al realizar sus trabajos, destrozó varias capas superiores para poder llegar a las más antiguas.
De este emplazamiento, Schliemann extrajo el conocido como tesoro de Príamo, una serie de numerosos objetos que, en su entusiasmo asignó a Príamo, aunque estudios posteriores afirman que el tesoro de Príamo fue estaba en la capa de Troya II, mientras que Príamo, según la tradición homérica, habría sido habitante de Troya VI o VII, que fueron ocupadas cientos de años después.
La existencia de Troya es ampliamente reconocida.
Como resultado de las excavaciones llevadas a cabo por los arqueólogos de Schliemann, se descubrieron diez capas de asentamiento en Hissarlik, que datan entre el siglo 3000 a. C. y el siglo XIV d. C. Por lo tanto, queda ampliamente reconocido entre la comunidad científica que sí hubo una ciudad conocida como Troya asentada en la actual Turquía.
Schliemman también realizó excavaciones en Micenas en busca de los restos del rey Agamenon. En un cementerio micénico, cerca de la famosa puerta de Micenas, en el círculo funerario que descubrió en 1876, encontró varias tumbas. Llevado por una pasión sin límites y, para los arqueólogos, con poca ética, comenzó a demoler todas las capas y paredes que encontraba a su paso para llegar a niveles inferiores. El gobierno griego se horrorizó con sus métodos e intentó oponerse, pero Schliemann recurría a trampas para seguir excavando.
Encontró una cabeza de toro tallada en plata y oro, así como máscaras doradas, anillos y objetos preciosos. Y, más tarde, anunció eufórico el hallazgo de la máscara del rey Agamenón. Esta máscara está actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, aunque hay quien la mira con incertidumbre.
Muchos dudaron que se tratara de la máscara funeraria de Agamenón y llegaron a pensar que fue un hallazgo "fabricado" por Schliemann por qué es la única máscara encontrada con vello facial, y demás, el bigote de la misma era extrañamente similar al de los alemanes del siglo XIX.
La palabra fraude comenzó a surgir entre sus coetáneos, sin embargo, años después se analizaron los los diarios del supervisor de Schielmann y en ellos dejó constancia como le vio desenterrar una máscara de oro de mayor belleza de los demás. Se cree que este hombre no tenía razón para apoyar los delirios de Schliemann, por lo que se ha dado por válida la opinión de este hombre.
Sin embargo, los análisis de la máscara posteriores, afirmaron que es 300 años más antigua que el rey Agamenón de Homero, por lo tanto, Schliemann desenterró al rey equivocado y hoy en día se desconoce a quién representa.
¿Existió la guerra de Troya?
En cuanto a si la guerra de Troya fue real, así como los protagonistas de ella, es un tema que sigue generando controversia. Los científicos suponen que los eventos de la Guerra de Troya, si los hubo, pudieron ocurrir alrededor del año 1200 a.C., en la séptima fase del asentamiento de Troya (Troya VII). Por lo tanto, los científicos asumen que en sus epopeyas, Homero se basó en tradiciones orales de los cinco siglos anteriores.
En cualquier caso, también reconocen que los versos del poeta no se pueden interpretar literalmente. Las circunstancias sugieren que no fue la bella Helena, a la que se puede considerar como una licencia poética, sino a las cuestiones económicas las responsables de la batalla de que se produjo entre griegos y troyanos.
De hecho, la ruta comercial más importante de la época pasaba por el Mar Negro y los Dardanelos, pasando directamente por Troya. Es muy posible que los griegos quisieran incorporar este punto de importancia estratégica. El poeta podría haber utilizado el "caballo de Troya" como metáfora de una estratagema estratégica.
Conclusión
No hay evidencia del 100% de que esa Troya de la que nos habló Homero existiera tal cual. Pero sí se han encontrado los restos de Troya aunque hemos de distinguir entre el sitio arqueológico que fue encontrado en Turquía y las historias que se cuentan sobre la antigua Troya.
En cualquier caso, se cree que los hechos narrados en las epopeyas de "Ilíada" y "Odisea" de haber sucedido, lo hicieron siglos antes de que Homero las pusiera por escrito y este poeta griego, dio forma de verso a aquello que se había transmitido de generación en generación de forma oral.
La cuestión de la historicidad de la guerra de Troya sigue siendo controvertida en la actualidad. Aunque los acontecimientos de la guerra no han sido confirmados por los hallazgos arqueológicos, muchos científicos asumen que el mito se basa en hechos reales que pudieron suceder durante la época de la colonización micénica en Asia Menor (en el siglo XIII a.C.).