Qué hacer si tengo un tornillo en el neumático del coche
¿Continuar conduciendo con un tornillo en la rueda del coche o no?
Todos los que tenemos coche, nos hemos encontrado alguna vez un tornillo clavado en el neumático. La primera impresión suele ser pensar que alguien nos ha querido jugar una mala pasada, sin embargo, consulté con un taller de coches y me comentaron que la mayor parte de las veces eran circunstancias fortuitas. Los tornillos, aunque no te fijes, pueden estar en la calle por donde pasas por el coche o por la carretera, y la forma de la rueda hace que, al pasar por encima, se ponga vertical y se clave en ella.
En cualquier caso, ya sea que tengas un vecino que te tiene manía o que se haya incrustado el clavo de forma fortuita, la pregunta ante un hecho así es clara: ¿qué hacer si tengo un tornillo en el neumático del coche?, ¿se puede seguir conduciendo o he de inmovilizar el coche?
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Conducir con un tornillo en el neumático del coche, ¿si o no?
En muchas ocasiones, no notaremos de inmediato que tenemos un tornillo clavado en la rueda. Y es que, no es del todo infrecuente que la presión del neumático se mantenga estable a pesar del clavo, ya que se mueve limpiamente junto con la goma del neumático. Por lo tanto, puede ser que nos demos cuenta escuchando el sonido que hace al rodar, ya que muchas veces es perceptible ese sonido metálico rítmico si llevas la ventanilla bajada.
Sin embargo, en algunas ocasiones, el tornillo sí puede haber causado un daño mayor haciendo que, poco a poco el neumático pierda presión. La forma en la que debemos actuar si tenemos un clavo en el neumático depende de varios factores, así como decidir si es preferible reparar o comprar un neumático nuevo.
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En cualquier caso, es importante que sigas estos consejos si te has percatado de que hay un tornillo en la rueda de tu coche:
1. Si tienes algún objeto afilado como tornillos o clavos en la rueda, la regla número uno a seguir es... ¡no intentes sacar el objeto que está clavado! En muchas ocasiones, este elemento garantiza que el aire no se escape de la rueda y que el orificio que ha hecho permanezca cerrado. Además, una extracción no profesional del elemento atascado, puede provocar más daños en el neumático aumentando el daño en él.
2. En caso de detectar un elemento punzante clavado en el neumático, incluso si crees que no hace perder presión a la rueda, es necesario programar una cita en el taller para poder proceder, o bien a la reparación del pinchazo, o bien al cambio de neumático (digamos mejor de los neumáticos ya que como sabrás, se suelen cambiar por parejas).
3. En ese intervalo de tiempo hasta que vayas al taller, en el que estás rodando con algo clavado en la rueda, intenta verificar el inflado de los neumáticos, antes y después de la conducción. Un neumático con una baja presión puede desestabilizar el coche, desalinearlo y hacerte perder el control, sobre todo en días de lluvia.
4. Si estás realizando un viaje, todavía te quedan muchos kilómetros por delante y tienes miedo de que pueda perder presión o pueda dañar más la rueda, puedes proceder a pedir una grúa de asistencia en carretera, para que repare el pinchado in situ; puedes cambiarla tú mismo si llevas una rueda de repuesto; o incluso, muchos conductores recurren al kit de asistencia del maletero para sellar el neumático (este caso es recomendable sólo si tienes experiencia a la hora de realizar esta reparación).
El coste de cerrar el orificio de un clavo, por ejemplo, oscila entre los 20 y los 40 €, dependiendo de la rueda y la tecnología empleada.
¿Es preferible cambiar la rueda del coche si tengo un tornillo clavado?
Si la rueda está en buen estado, todavía tiene el dibujo necesario para una buena rodada y no tiene más que el tornillo clavado, te saldrá mucho más económico repararlo. En un taller especializado podrán realizarte este arreglo en cuestión de minutos y podrás seguir rodando sin miedo a que pierda aire.
Si, por el contrario, la rueda ya estaba necesitando un cambio, quizás sea momento para cambiarla por otra nueva. Sin embargo, has de ser consciente que, cambiar un neumático por otro nuevo, supone cambiar el par, es decir, tendrás que "jubilar" las ruedas de 2 en 2 o de 4 en 4 y cambiarlas por otras nuevas.
Sin embargo, en principio, la mayor parte de daños por tornillos en neumáticos se pueden reparar, excepto en casos como:
- La profundidad del daño es limitado y solo se ve afectado el neumático en las áreas externas.
- Los daños en el interior del neumático, las grietas y los agujeros en la banda de rodadura son de más de 5 milímetros.
El tornillo se ha clavado en la pared lateral.
¿Cuándo debo cambiar los neumáticos de mi coche?
Los neumáticos tienen una vida limitada, por más cuidado que tengas el coche y aunque parezca que están como nuevos, es necesario reemplazarlos si llevan años en el coche o en estos casos:
Si la profundidad de las ranuras de la banda de rodadura es inferior a 1,6 mm (según lo que establece el Reglamento General de Vehículos). Esto significa que, el dibujo de los neumáticos ha ido mermando y ya no puede agarrarse de la misma manera al suelo. En cualquier caso, conviene no esperar tanto, es conveniente cambiarlos antes de que lleguen a este punto de "no hay salida".
Si el neumático muestra signos de deterioro como deformaciones, cortes o desgastes irregulares, debido no ya a clavos o tornillos, sino a circular con una presión que no es la adecuada o a una alineación incorrecta del paralelo.
En general, aunque no hayas rodado mucho con el coche, el dibujo esté bien y no presente hendiduras o daños aparentes, se recomienda cambiar los neumáticos cada 10 años de antigüedad. Y es que, aunque no sean visibles los daños, después de tanto tiempo, el neumático ya no puede garantizar su efectividad al 100%. Piensa que los neumáticos, los frenos y las suspensiones, son lo que se conoce como el triángulo de seguridad de un automóvil.
Ver también: Qué hacer si fallan los frenos del coche
Es decir, son elementos que pueden evitar accidentes de tráfico y, asegurar que están en buen estado, pueden evitar que suframos daños severos o incluso la muerte en caso de colisión o accidente.