Tartamudez: ¿qué la causa y cómo se trata?
Cuáles son los signos de la tartamudez y cómo diferenciarlo de un balbuceo puntual
Todos en algún momento determinado tartamudeamos: repetimos una misma palabra varias veces ("eh, "um", "si", "esto"...) o nos atrancamos en una palabra varias veces hasta que por fin la pronunciamos bien. Esto es lo que se conoce como disfluencias.
Sin embargo, el tartamudeo es algo más que disfluencias ya que no solo ocurre de forma más frecuente, sino que además puede provocar sentimientos negativos en quien lo padece. Te explicamos qué es la tartamudez, qué lo provoca y cómo se trata.
Ver también: por qué algunas personas hablan tan rápido
Qué es la tartamudez
El tartamudeo es un trastorno de la comunicación que afecta a menos del 1% de la población, por lo tanto, puede incluso se estigmatizado por el resto de personas. Las personas que tartamudean suelen tener disfluencias al hablar de distintos tipos:
- Pueden repetir partes de palabras.
- Pueden estirar un sonido durante mucho tiempo.
- Pueden tener dificultades para pronunciar una palabra.
Cuando a una persona le ocurre esto de forma frecuente y no circunstancial, acaba afectando a su autoestima e interfiere en la forma en la que se comunica con los demás, en ocasiones, intentando ocultar el tartamudeo no hablando, evitando ciertas situaciones o a ciertas personas si éstas le hacen tartamudear más.
Cuando una persona sufre este trastorno puede sentir que no siempre se desata de la misma manera, es decir, puede tener momentos en los que habla con fluidez, y otros en los que se "atasca" más de la cuenta. De hecho, los nervios, la timidez, el estrés o la excitación pueden desencadenar un mayor tartamudeo.
¿Cuándo surge la tartamudez?
Según los expertos, la tartamudez puede comenzar a desarrollarse entre los 2 y los 6 años. En esta etapa, muchos niños pasan por períodos normales de disfluencia que pueden durar varios meses. Por lo tanto, en la infancia ya pueden distinguirse algunos síntomas, aunque la mayor parte de los niños lo superan antes de llegar a la edad adulta. Sin embargo, en otros casos persiste durante años, siendo necesario un tratamiento de logopedia para superarlo y poder hablar con fluidez.
¿Qué causa la tartamudez?
No existe una sola causa que lleve a una persona a tartamudear, según los estudios hay varios factores que pueden influir:
- Antecedentes familiares: se ha detectado que muchas personas que tartamudean tienen un familiar que también sufre este trastorno del aparato locomotor del habla.
- Diferencias en la forma en la que el cerebro funciona mientras se habla. La neurofisiología muestra que las áreas del cerebro funcionan de manera diferente en las personas que tartamudean y en las personas que no.
- Según los estudios, puede haber un componente de género ya que es más probable que los niños sigan tartamudeando que las niñas.
- Otros factores como el desarrollo del lenguaje, que es la forma en que los niños pasan de usar frases cortas a oraciones grandes durante la educación preescolar, también pueden influir.
- Algunas situaciones o experiencias pueden afectar a la forma en la que una persona se comunica y a su fluidez al hacerlo. La frustración, la tensión, las emociones o las prisas pueden causar más disfluencias. Una persona que tartamudea también puede hacerlo más si otros se burlan de ella o llaman la atención sobre su habla. La tartamudez puede hacer que una persona se sienta avergonzada y nerviosa al hablar.
Cuáles son los síntomas de la tartamudez (con ejemplos)
Antes de llegar hasta lo que se considera tartamudez, es importante descarar lo que no lo es y simplemente se debe a una disfluencia circunstancial:
- Cuando alguien introduce una interjección en una frase: "Tengo que coger... eeeehhh .... las zapatillas".
- Repetir una palabra completa en una oración: "Vale, vale, vale, mañana me apunto al gimnasio".
- Repetir una frase completa: "Tengo el libro, tengo el libro".
- Cambiar una palabra en una oración, es decir, revisar la frase: "Olvidé... perdí el bolso".
- No terminar una frase o un pensamiento: "He dejado en la estantería la.... (no puedo recordar el nombre".
Todas estas circunstancias o situaciones son comunes y pueden ocurrir sin que ello indique un trastorno del habla, sin embargo, estos casos sí son síntoma de tartamudez:
- Repetición de una letra: "Q-q-q-q-quiero ir al cine".
- Repetición de una sílaba: "Si-si-si-siéntate en esa silla".
- Realizar un sonido prolongado: "Sssssssssssuena muy bien".
- Bloqueos o pausas excesivas en oraciones: "Necesito ........ un ordenador nuevo ..... para trabajar".
Este tipo de disfluencias suelen ir acompañadas de determinados gestos, que las personas utilizan como una forma de detener la tartamudez o evitarla. Son gestos con las manos, la cabeza, parpadeo, guiños, etc
Cuándo acudir al terapeuta por un posible caso de tartamudez
En caso de duda acude a tu médico de cabecera para que pueda derivarte con un especialista, ya que el tratamiento temprano de este trastorno suele reducir considerablemente las posibilidades de que perdure en el tiempo. Puedes consultar si notas que:
- El niño tartamudea desde hace 6 meses o más.
- El niño ha comenzado a tartamudear a partir de los tres o cuatro años.
- El tartamudeo se está produciendo con más frecuencia.
- Se pone tenso al hablar o intenta evitarlo porque le cuesta.
- Hay antecedentes familiares.
Para obtener un diagnóstico, el terapeuta valorará qué tipos de disfluencias se produce, el número de ellas, cómo reacciona la persona cuando tartamudea y de qué manera intenta solventar la persona esa falta de fluidez, entre otras consideraciones.
¿Se puede curar la tartamudez?
El tartamudeo no es curable, pero si es tratable y controlable. De hecho, hay varias acciones que se pueden llevar a cabo para ayudar a una persona que tartamudea a comunicarse con los demás con fluidez.
Las opciones de tratamiento pasan por llevar a la persona que sufre el trastorno a un especialista que pueda establecer estrategias para lograr unos objetivos de comunicación, así como para llevar a cabo un tratamiento que pase por disminuir o eliminar las emociones negativas que la tartamudez provoca en quien la padece.
Respecto a los tratamientos con niños, pasan por ayudar al niño, pero también a la familia a entender lo que ocurre y facilitar el habla del niño con paciencia y cariño, nunca con nervios, regañinas, castigos o hablando y terminando las frases por él.
En el caso de pacientes adultos, el tratamiento se centra en controlar la tartamudez. Un especialista en logopedia ayudará con estrategias para que se sientan menos nerviosos a la hora de comunicarse en distintos entornos sociales, así como a afrontar las situaciones que les resultan más paralizantes, como hablar con un extraño, pedir comida en un restaurante, tener una conversación telefónica etc.
Incluso un adulto que tartamudeó de niño, puede necesitar visitar al especialista de vez en cuando para manejar esas situaciones en las que vuelve la tartamudez.