Cómo evitar que los alumnos se rían del profesor
Cómo mantener el control de la clase y evitar las burlas de los estudiantes
A algunos profesores les cuesta tomar el control de la clase y se convierten en objeto de burlas de sus alumnos. En otros casos, son grupos de estudiantes los que agitan la clase constantemente independientemente de la habilidad del profesor. Y, en otros, el maestro ha perdido el respeto de la clase hasta el punto que se suceden las risas y los ataques al maestro, ¿qué hacer en estos casos?, ¿cómo evitar que los alumnos se rían del profesor?
Burlas hacia el profesor
Algunos profesores son objeto de burlas mientras que otros son respetados y queridos, ¿qué marca la diferencia? Esto da para un artículo en sí mismo pero, si nos centramos en aquellos que suelen ser objeto de risas seguro que encuentras la razón. Si haces memoria recordarás algunos “motes” que ponías a tus profesores por determinadas circunstancias cuando eras estudiante o cómo te reías de ellos en pequeños corrillos.
Sin embargo, en algunos casos, esas burlas pasan de los corrillos a la clase, es entonces cuando el maestro ha de enfrentarse a situaciones como que le tiren papeles, suenen ruidos extraños, aparezcan dibujos en la pizarra, todos de repente se pongan de pie para aplaudirle o comiencen a dormir sobre la mesas.
Si esta es la dinámica en tu clase, es hora de tomar medidas para que, una simple broma de un día, no se convierta en la forma de proceder de tus alumnos en clase a diario. Cualquier resquicio de falta de autoridad o control de la clase, será aprovechada por los estudiantes para hacer de ella, un tiempo de risas y burlas.
Qué hacer si los alumnos se ríen del profesor
En todas las clases hay algunos estudiantes que, simplemente, no pueden tomarse las clases en serio. Puede que no quieran reírse de ti, tan solo quieren pasar un tiempo de risas con sus compañeros y no les interesa mucho la materia. Son esos estudiantes que no suelen prestar atención y puede que sus notas vayan en consonancia con su comportamiento.
Sin embargo, estos estudiantes pueden arrastrar a los demás a las risas y las burlas, por lo que, es fundamental saber controlar a la clase y fomentar su motivación y atención. Pero, ¿cómo reaccionar cuando los alumnos se ríen del profesor?
Habla con el o los alumnos causantes de las bromas
En lugar de reprenderlos ante la clase, algo que puede volverse aun mas en tu contra y a favor del estudiante que incluso, puede recibir palmaditas en la espalda por los pasillos por sus ocurrencias y por haber aguantado la regañina del profesor, es preferible hablar con él a solas. Intenta tener una charla productiva en la que te ganes al alumno. En lugar de lanzarle todo tipo de reproches y regañinas, utiliza la empatía y trasládasela al estudiante. Intenta que se ponga en tus zapatos e intente pensar cómo se sentiría si ha de hablar ante 20 o 30 personas que se ríen de él.
Pide a un colega que observe la clase
Pide a un compañero que pase a la clase como observador y vea con sus propios ojos cuál es el motivo de las risas. Quizás tengas algo que corregir como profesor, a la hora de explicar el temario. Determinados acentos, cadencias al hablar, palabras o formas de expresarse causan hilaridad en los demás. También puede ocurrir que no se rían de ti sino de ciertos asuntos entre ellos o quizás el propio grupo de estudiantes sea controvertido y haya que plantearse separarles. Encualquier caso, te vendrá bien un punto de vista imparcial.
Si es algo puntual, ríete con ellos
La clase no es un lugar donde las risas hayan de estar prohibidas, de hecho, es posible que captes mejor la atención de tus alumnos en un ambiente positivo donde, de vez en cuando, surgen algunas situaciones o momentos en los que reírse.
También puedes cambiar de táctica, y en lugar de gritar, castigar o mandar al jefe de estudios al alumno, no te tomes muy en serio las risas y deja de sentirte objeto de burla, únete a ellos y ríete, en definitiva, aplica el sentido del humor para salvar la situación. Ya sabes, ejerce un poco de psicología inversa y lograrás desarmarles, sobre todo, si lo que intentan algunos alumnos es ofenderte y hacerte sentir mal.
Silencio o consecuencia en el aula
Uno de los métodos que utilizan muchos profesores con buenos resultados es colocarse ante la clase y mirarles en silencio, uno a uno, manteniendo un contacto visual directo. Puede que, durante unos minutos la clase siga revolucionada pero, poco a poco, verán tu actitud e irán pidiendo silencio entre ellos. En caso de que, tras unos minutos no haya reacción ninguna, habla firmemente y plantéales una consecuencia: “como veo que no tenéis nada que hacer, haremos un examen sorpresa”, “ya que queréis hablar, quiero que salga uno a uno a la pizarra a explicar el tema” o, finalmente “sal de la clase y vete a dirección”.
No te dejes llevar por tu estado de ánimo
Un profesor llega a clase como cualquier otro trabajador, con sus problemas, sus tristezas, su cansancio o sus conflictos. Sin embargo, no debes dejar que tu estado de ánimo te lleve a ver las cosas peor de lo que son. Mira lo que ocurre en tu clase con distancia, aplica las enormes dosis de paciencia que necesita un profesor y siempre intentar dejar una huella positiva en tus alumnos aunque fuera del aula estés sufriendo.
Habla con el jefe de estudios
Si lo has intentado todo en tu clase y tus alumnos, día tras día, convierten tu clase en un lugar de bromas y risas y no te toman en serio, es momento de pedir consejo al supervisor o al jefe de estudios. Explícale la situación y pídele que te ayude a dar con una una solución y así poder dar tu clase sin las interrupciones constantes de los alumnos.