Cómo afrontar el día cuando has dormido poco y mal
¿Noche sin dormir? Lo que debes y no debes hacer para sobrevivir al día siguiente
¿Quién no ha pasado una noche en blanco y ha tenido que enfrentarse a un duro día de trabajo al día siguiente? No dormir lo suficiente puede provocar un estado como de resaca, incluso aunque no hayas bebido ni una copa de vino.
Afrontar el día cuando has dormido mal puede ser un auténtico reto, sin embargo, no queda más remedio que sobrevivir unas horas hasta que por fin, llegue la noche y puedas intentar descansar y cobrarte esa deuda de sueño. Para que puedas hacerlo de la mejor manera posible, te explicamos qué puedes hacer y qué debes evitar.
Ver también: soluciones para conciliar el sueño
¿Has dormido mal? Trucos para afrontar el día siguiente
Lo ideal sería descansar durante 8 plácidas horas por la noche y despertarte fresco y descansado, listo para afrontar un nuevo día. La realidad es que, muchas veces, es complicado lograr esas ocho horas, bien sea porque tienes un problema al que no paras de dar vueltas y no te deja descansar, porque por alguna razón el sueño no te invade o porque has pasado una noche de juerga.
Sea como fuere, al día siguiente se pagan las consecuencias: te cuesta prestar atención a tu trabajo o a tus estudios, la memoria te falla, vas cometiendo fallos, no paras de bostezar y tu cuerpo y mente solo pide un descanso.
Ver también: por qué el bostezo es tan contagioso
Desafortunadamente, en el ajetreado mundo actual, tener que pasar el día habiendo dormido muy poco es un problema muy común y además, que puede repetirse con frecuencia. Si es tu caso, quizás estos trucos pueden ayudarte a afrontar el día:
Un poco de cafeína no viene mal... ¡un poco!
Tomar algo de cafeína puede ayudarte a sentirte con más energía. Una taza de café al levantarte puede hacerte sentir más despierto. Eso sí, si te pasas con los cafés o los refrescos con cafeína, habrás entrado en bucle ya que te costará dormir esa noche.
Ver también: alternativas a la cafeína
Asimismo, intenta mantenerte bien hidratado a lo largo del día, bebe agua de forma frecuente, sobre todo, si la falta de sueño se debe a una de esas juergas en las había alcohol de por medio.
Una pequeña siesta siempre ayuda
Si tienes oportunidad, echa una pequeña siesta de entre 20 y 30 minutos. Se trata de dar al cuerpo y a la mente un ligero descanso para que puedas seguir rindiendo hasta que llegue la noche. Si te descuidas y la alargas, de nuevo puede que te impida dormir cuando llegue la hora.
Practica algo de ejercicio para afrontar el día si no has dormido bien
Puedes sentirte tan fatigado que el simple hecho de practicar ejercicio aeróbico ya es agotador en sí mismo. Sin embargo, hacer ejercicio, particularmente cardiovascular, puede ayudarte a sentirse más despierto y alerta. Hacer algún tipo de entrenamiento es una excelente manera de despertar. El ejercicio aumenta los niveles de energía y adrenalina a través de la circulación y acelera el metabolismo.
Ver también: cómo madrugar con energía
Evita conducir si tienes una deuda de sueño
Dado que la falta de sueño puede afectar a tu coordinación, debes tener en cuenta si realmente es seguro para ti conducir. Opta por el transporte público o, por alguna alma caritativa que pueda llevarte a tu destino.
Evita comer copiosamente, te entrará más sueño
¿Qué ocurre tras una comida abundante? Sí, la sensación de sueño parece invadirnos y el momento pide una pequeña siesta. Por lo tanto, si tienes una deuda de sueño, evita comer demasiado, tampoco tomes comida basura o muchos carbohidratos. Opta por alimentos ligeros, frescos y con proteínas.
Haz algún descanso a lo largo del día y sal al exterior
Si trabajas sentado en un ambiente cerrado y no te mueves, cada vez sentirás más fatiga y más sueño. Intenta hacer pausas para moverte y, si en ellas puedes salir a que te dé el aire o a pasear al exterior, te sentirás menos somnoliento.
Reorganiza tu día y ejecuta lo más sencillo
Si has pasado una noche en vela, el día siguiente no es el más adecuado para llevar a cabo tareas mentales que requieran de cierta complejidad. Reorganiza tus prioridades y dale salida a aquellas que sean más sencillas de ejecutar. Deja las ecuaciones cuánticas para otro día en el que estés más fresco.
Antes de quedarte dormido en el trabajo... ¡toma un chicle!
Si notas que estás comenzando a cerrar los ojos en tu trabajo, toma urgentemente un chicle. Los investigadores han descubierto que masticar chicle puede reducir la somnolencia, probablemente porque mejora la actividad cerebral. Si además optas por un chicle de menta, será más refrescante y estimulante. Eso sí, solo es un estímulo temporal, así que déjalo para esos momentos de sueño extremo.
Lávate la cara y sal del letargo
Cuando te notes demasiado espeso, ve al baño y lávate la cara con agua fría. Este truco será un estímulo repentino que te ayudará a despertarte. Puedes realizar este acto varias veces al día y, si puedes y te atreves, toma una ducha fría antes de salir de casa.