Cómo ayudar al adolescente a afrontar sus miedos

Todas las personas convivimos con cierto tipo de miedos, forman parte de nuestra vida y muchos de ellos nos protegen del peligro. Sin embargo, hay miedos que pueden resultar paralizantes e interferir en nuestro día a día.

Si crees que tu hijo sufre algún tipo de miedo, ya sea a hablar en público, al rechazo, al fracaso o a la muerte, puedes ayudar al adolescente a afrontar sus miedos poniendo en práctica algunos de estos estos consejos.

Consejos para ayudar al adolescente a combatir sus miedos

Detectar el miedo adolescente

Los adolescentes pueden ser muy herméticos y les cuesta hablar de aquello que les preocupa o les atemoriza. Por ello es importante estar pendiente de posibles síntomas o cambios en su carácter como verles con ansiedad, angustiados, uraños, más aislados o malhumorados.

Si pensamos que nuestro hijo adolescente está pasando por algún tipo de bache emocional, como pueden ser miedos, es importante que hablemos con ellos y creemos un clima de confianza para saber a qué le está temiendo. Es difícil poder atajar el problema o darles armas para poder superar el miedo en la adolescencia si desconocemos cuál es el problema.

Hablar con el adolescente sobre el miedo

Explicar a los adolescentes qué es el miedo, qué tipo de emociones e incluso cambios físicos pueden experimentar (sudores, palpitaciones, dolor de estómago, pinchazos en brazos y piernas o respiración agitada) les ayudará a comprender lo que les está sucediendo. De hecho, el miedo que sienten les puede provocar ansiedad que, puede ser buena cuando nos prepara para el peligro, pero mala el cuerpo emite esas señales de peligro cuando no las hay.

Deben saber cuál es la diferencia entre un miedo normal y racional, que nos ayuda a protegernos del peligro, de un miedo irracional que se convierte en fobia. Hablamos de fobias cuando interfiere en el día a día de una persona.

Escucha a tu hijo adolescente

No solo hemos de dar armas a nuestros hijos, hablar con ellos, sincerarnos y hablarles de nuestros miedos, es importante escuchar. Pregúntale sobre su miedo, si cree que está interfiriendo en su vida, cómo se siente cuando le acecha el miedo. Ya sea que tiene miedo a los animales, a la muerte o al rechazo de sus compañeros, expresar en voz alta esas sensaciones emocionales y físicas le ayudará a reaccionar cuando note los síntomas del miedo. Comprender y aceptar el miedo es el primer paso para afrontarlo.

Afrontar la ansiedad provocada por el miedo

Una vez que el adolescente comprende bien su miedo y qué ocurre en su cuerpo cuando lo siente, es momento de enseñarle a combatir y controlar la ansiedad. Para ello, es importante saber relajarse en los momentos de angustia y para ello puede utilizar dos herramientas:

Respiración diafragmática: es una técnica muy eficaz para controlar el estrés y la ansiedad. Se trata de realizar una respiración profunda y lenta aguantando un poco el aire antes de expulsarlo, después se ha de expulsar muy lentamente. Esto ha de repetirse varias veces.

Relajación muscular de Jacobson: se trata de contraer y después relajar uno a uno los músculos del cuerpo, de forma controlada y consciente hasta sentirse como un muñeco de trapo.

Enfrentarse de forma gradual al miedo en la adolescencia

Tratar de esconder el miedo en un imaginario cajón bajo siete llaves no funcionará, antes o después vendrá para atraparnos, por lo tanto, el adolescente habrá de enfrentarse a aquello que le causa miedo. Es importante que se exponga a aquello que le da miedo, por ejemplo, si le da miedo hablar en público, puede comenzar realizando alguna pregunta en clase o contestando a las que hace el profesor.

Experimentará ansiedad y angustia la primera vez, y poco a poco, irá desapareciendo, es cuando estará preparado para dar el siguiente paso, quizás presentarse voluntario para resolver un problema de matemáticas ante la clase. No será fácil habrá de trabajar duro, pero enfrentarse poco a poco y dar pequeños pasos es un buen camino hacia la superación de los miedos.

Refuerzo positivo al adolescente

Recuérdale lo importante que es lo que está haciendo, felicítale si hace progresos, por pequeños que sean, empújale para que no se desanime si tiene alguna regresión y ayúdale a que tu hijo adolescente vuelva a levantarse para seguir intentando enfrentarse a sus miedos.