Cómo eliminar la condensación en ventanas
Trucos para evitar el exceso de humedad en las ventanas
La condensación en ventanas puede llegar a ser un problema en el hogar ya que no solo daña al cerramiento de las ventanas sino que puede dañar el yeso, la moldura de madera o provocar humedades alrededor de las ventanas.
Si cada mañana tus ventanas aparecen empañadas como si hubieras organizado una sauna en tu habitación, es hora de ponerse manos a la obra para evitar las irritantes condensaciones interiores.
Por qué se produce condensación en mi ventana
Los cristales de las ventanas se empañan porque en la casa hay un exceso de humedad. Es una incidencia que ocurre sobre todo en invierno, cuando el aire exterior es frío y el interior cálido. Es más frecuente que ocurra en dobles ventanas, si el sello entre ambos paneles se rompe o no está bien sellado.
Sea como fuere la causa, es posible que estés deseando no tener que limpiar cada mañana el exceso de humedad de tus ventanas. No desesperes, hay varias soluciones que pueden ayudarte.
Consejos para evitar la condensación en ventanas
Para evitar que tus cristales se llenen de vaho y estén escurriendo agua que termina en la pared o las juntas de la ventana, toma nota de estos trucos:
Evita tener encendido un humidificador: si utilizas este producto en casa es preferible evitarlo en la medida de lo posible en la temporada de invierno, para que no libere más humedad al aire de la que ya tienes.
Compra un deshumificador: hace el trabajo opuesto al humidificador, evita el exceso de humedad en la vivienda. Puedes colocarlos allí donde la condensación del aire sea mayor.
Cuando cocines o te duches ventila la estancia: si tienes ventanas al exterior, deja que escape el aire tras haberte duchado o cocinado. Si no lo tienes, acciona el extractor de aire para evitar que esa humedad se disperse por toda la casa.
Utiliza los ventiladores de techo: si tienes en casa ventiladores, habrás comprobado que tienen dos posiciones, la de invierno y la de verano. En invierno girar en sentido contrario para empujar el aire caliente desde el techo hasta el suelo, así ayudas a que circule mejor el aire y evitas que se condense en las ventanas.
Ventila la casa: intenta ventilar al menos una vez al día para que circule bien el aire. Y, si no entra demasiado frío, abre un poco la ventana en momentos de gran condensación para liberar la humedad.
Evita que las plantas estén junto a tus ventanas: de esta manera evitarás que la humedad que liberan también las plantas se una a la que ya tienes en casa.
Limpia bien las ventanas: no esperes a que el sol seque la humedad, retírala cada vez que se forme para evitar que dañe tus paredes.
Productos antihumedad: existen productos que se vaporizan sobre las ventanas y ayudan a que no se forme condensación en los cristales.
Reemplaza las ventanas: es posible que veas como las ventanas de tus vecinos no tienen condensación mientras que la tuya sí, es posible que tus ventanas tengan ya unos años. Actualmente existen productos que evitan este tipo de condensaciones. Si puedes permitírtelo, quizás sea hora de renovar tus cerramientos.