Cómo nos afectaría acabar con el cambio de hora
Qué ocurrirá si cambiamos al horario de verano
La Comisión Europea ha propuesto acabar con el cambio de hora en la Unión Europea y que quede con el horario de verano en adelante, aunque esta medida no parece que vaya a tener efecto por el momento. Terminar con el cambio de hora tiene ventajas e inconvenientes, ¿qué supondría abolirlo?
La noche del sábado 26 al domingo 27 de octubre, si se llegara a un acuerdo, podría tener lugar uno de los últimos cambio de horario desde hace décadas. Un cambio al horario de invierno en el que adelantamos una hora los relojes, para que a las 3.00 de la madrugada vuelvan a ser las 2.00 horas.
Qué votaron los países europeos ante el cambio de hora
Ante la encuesta lanzada por la Comisión Europea realizada entre el 4 de julio de 2018 y el 16 de agosto de 2018 para conocer la opinión de los ciudadanos de la Unión Europa sobre el cambio de hora y si éste debía eliminarse o no. Europa y mayoritarimente los alemanes afirmaron que preferían quedarse con el horario de verano.
Sin embargo, para que salga adelante la propuesta del cambio de horario, ha de pasar por el Europarlamento y los distintos gobiernos ya que cada país de la Unión Europea puede decidir en qué uso prefiere colocarse.
Lo bueno y lo malo de acabar con el cambio de hora
Ventajas de abolir el cambio de hora y permanecer en el horario de verano
- Ahorraríamos problemas de sueño relacionados con afrontar dos cambios de huso horario en un año y el consecuente período de adaptación que implica.
- Habría más horas de luz al final del día lo que amplía el ocio en la calle y las posibilidades sociales.
- Ahorro energético: si las horas en las que estamos despiertos coinciden con los momentos en los que hay más luz, consumiremos menos electricidad, aunque hay quien apunta que el ahorro de luz es muy pequeño.
- Se piensa que el aumento de horas de luz puede tener un impacto positivo en la seguridad vial y por lo tanto evitarse accidentes.
Desventajas de permanecer en el horario de verano
- Amanecería mas tarde por lo que ya no despertaríamos con la luz solar.
- Comenzar la jornada laboral de noche: el horario de verano supone ir dos horas por delante del sol, por lo que en algunos lugares no amanecerá hasta bien entrada la mañana. Niños y adultos iniciarían su jornada escolar y laboral aun de noche.
- Dormiremos menos: en lugares como España en los que, de forma natural se come y se duerme tarde, retrasar aun más este proceso hará que durmamos menos horas.
- El proceso de ir a dormir se complicará: que anochezca más tarde supondrá un problema para muchas personas que necesitan al menos un tiempo de oscuridad antes de poder dormir.
- Es una medida poco natural: hay quien piensa que el cambio de hora lejos de ser una medida artificial es más natural de lo que parece, ya cuando nos ajustemos al horario de verano cada uno intentará adaptarse de forma individual y será un caos.
- Experiencias previas fallaron: hay países, como Chile, en los que tras intentar dejar un horario constante, volvieron al cambio de horario debido a los problemas y desajustes que planteaba lo primero.
Breve historia sobre el cambio de hora
Antes de que existiera tanta preocupación por las horas, en la Edad Media, la costumbre era levantarse al amanecer, no había tantos relojes y alarmas que les regularan el día a día.
La primera vez que se puso sobre la idea de cambiar los relojes de hora cada seis meses fue en el siglo XVIII y la iniciativa la lanzó el presidente americano Benjamin Franklin que propuso aprovechar las horas de sol a primera hora de la mañana para no gastar tanto aceite en las lámparas.
Alemania siguió la idea de Franklin durante la Primera Guerra Mundial y aprobó el cambio de hora para gastar menos carbón.
En España se empezó a aplicar el cambio de hora en 1918 para afrontar la escasez de carbón, pero lo hizo de forma discontinua hasta 1949.
La medida se unificó en 1974 tanto en Estados Unidos como en Europa para sobrellevar la crisis del petróleo.
En cuanto a la forma en la que se organizarían los husos horarios, se decidió en la Conferencia Internacional del Meridiano celebrada en 1884, donde acordaron establecer el meridiano de Greenwich como referencia horaria ya que se solía utilizar en las cartas de navegación. Así se fue implantando un sistema de husos horarios mundial en el que los horarios entre los países difieren en un número determinado de horas a partir de este meridiano, con algunas excepciones como Nepal (que no llega a ser horas enteras) o Venezuela que en 2007 retrasó media hora su reloj para ayudar a los adolescentes a rendir más y mejor académicamente y en 2016 volvió a adelantarlos.
Cada país de la Unión Europea tiene su propia historia relacionada con el cambio de hora. Por ejemplo, Reino Unido fue de los primeros países en pedir una unificación de los horarios a petición de las empresas ferroviarias para las que suponía un verdadero quebradero de cabeza cuadras horarios con tanta dispersión. En Estados Unidos se hizo en 1883 estableciendo cuatro zonas horarias por el mismo motivo. Y, en en España no se aprobó hasta el año 1900 un horario único, tanto es así que antes de esa fecha, Barcelona y Madrid tenían horarios distintos. El 1 de enero de 1901, España se puso en hora con el meridiano de Greenwich.
Hasta el momento en que se decida por mantener un único huso horario, los Estados de la Unión Europea se rigen por estos tres husos:
- Europa occidental (UTC)
- Europa central (UTC + 1)
- Europa oriental (UTC + 2)