Dolor en las articulaciones: ¿por qué surge y cómo aliviarlo?
Remedios caseros para el dolor articular cuando no es artritis o reuma
Nuestro cuerpo está compuesto por músculos, huesos, ligamentos y tendones. Todos ellos unidos y en buena sintonía es lo que nos permite realizar un sinfín de movimientos: caminar, correr, saltar, levantarnos, agacharnos y mucho má.
Y es que, nuestros huesos están conectados por articulaciones. Son como bisagras que permiten que no seamos un palo rígido y podamos doblar y girar distintas partes del cuerpo. No nos damos cuenta de la cantidad de movimientos que realizamos gracias a las articulaciones hasta que, un buen día, comienzan a fallar y notas que te duele la rodilla, la muñeca, el codo o la cadera. Una lesión puede ocurrir en cualquier momento y por muy distintas razones, veamos por qué puedes tener dolor en las articulaciones y cómo aliviarlo.
Qué son las articulaciones
Los extremos de los huesos se juntan en una articulación. Están acolchados por una capa de cartílago que absorbe el impacto y el peso que interviene cuando realizamos distintos movimientos.
Además las articulaciones contienen un líquido, el líquido sinovial, una membrana, una envoltura que las protege llamada cápsula y bandas de tejido fibroso, que son los ligamentos. Son éstos últimos los que unen a los huesos y ayudan a dar estabilidad a la articulación.
Dolor articular: no siempre es artritis
Si estás leyendo esto es probable que estés sufriendo de dolor en alguna articulación, bien sea el hombro, la rodilla, el codo o la muñeca. No tenemos que decirte pues lo molesto y doloroso que puede ser y cómo puede interferir con tu calidad de vida.
Si lo que te molesta es la rodilla, puedes notar dolor al levantarte o agacharte, al subir escalones o al realizar un movimiento inesperado; el dolor articular en el hombro provoca rigidez, en el codo dificultad para realizar labores simples cotidianas y la cadera dificulta el caminar.
Ver también: Dolor en las rodillas
No siempre es artritis la enfermedad que provoca estos molestos síntomas, en realidad será un médico quien tenga que diagnosticarlo después de realizar distintas pruebas. En muchos casos, el origen del dolor articular se encuentra en nuestro estilo de vida.
Muchas personas pasan horas y horas sentados en la oficina, no siempre adoptando una postura saludable. La vida sedentaria y el escaso movimiento afecta también a las articulaciones que van perdiendo elasticidad. Y, por supuesto, los años también influyen.
Por lo tanto, si te pasas el día frente a tu ordenador y te preguntas por qué te duele el hombro derecho, quizás la causa está en esa postura que sostienes durante horas, tecleando y usando el ratón; y así con el resto de articulaciones. Nuestro modo de vida estresa a nuestro sistema articular que, con el tiempo, comienza a dar señales de ese sobreesfuerzo.
Ver también: Reducir el dolor muscular por trabajar sentado
Sin embargo, no solo se sufre de dolor articular por falta de movimiento, algunos tipos de entrenamiento físico o practicar deporte sin calentar, estirar o forzando demasiado las articulaciones pueden dar como resultado un atrofiamiento y debilitamiento del sistema musculoesquelético.
Por último, no debemos olvidar que aquellas personas que sufren de sobrepeso no se librarán del dolor en las articulaciones a no ser que cambien sus hábitos alimentarios.
Los medicamentos no siempre son útiles para el dolor articular
Los analgésicos no siempre ayudan si sientes dolor en las articulaciones ya que aunque se suelen utilizar para minimizar la inflamación articular, se recomienda usarlos solo e forma limitada y no a largo plazo. Además, los antiinflamatorios no combaten las causas que provocan esa inflamación, simplemente ayuda para paliar el dolor.
Sin embargo, el dolor, por muy incómodo que sea, es en realidad algo útil. Es una alerta que nos envía nuestro organismo para avisarnos de que algo no va bien. Si escondes el dolor con medicamentos, realmente no estás atajando el problema.
Tan pronto como dejes de tomar el medicamento, el dolor regresará. En algún momento, el remedio en la dosis original ya no ayuda, puedes llegar a tomar dosis más altas y convertirse en un problema a medio o largo plazo.
Remedios para aliviar el dolor articular
Lo primero que has de hacer es encontrar la causa al dolor articular para poderle poner una solución, de lo contrario, tu dolor no cesará e incluso podría ir a más. En cualquier caso, si te está molestando la rodilla, el codo, el hombro, etc. puedes aplicar alguno de estos remedios caseros
Aplica aceites esenciales en la articulación dolorida
El aceite de menta es un remedio casero natural para el dolor articular. Contiene mucho mentol y activa los receptores de frío de la piel, esto provoca un efecto refrescante y analgésico. Para aplicarlo masajea con aceite de menta la zona dolorida.
También funciona bien el aceite de romero ya que se considera antiinflamatorio, analgésico y estimulante. Has de masajear en la piel alrededor de la articulación.
También puedes usar aceite de eucalipto para el dolor muscular y articular y el reumatismo y frotarlo en las áreas doloridas.
Lleva una dieta adecuada para el dolor articular
Los médicos recomiendan a los pacientes con reumatismo que eviten los alimentos ricos en ácido araquidónico si es posible, ya que favorece los procesos inflamatorios. Podemos encontrarlo en productos de origen animal, como la carne, los huevos y los productos lácteos. Se pueden encontrar niveles particularmente altos también en la manteca de cerdo, hígado de ternera y yemas de huevo.
Por el contrario, te puede ayudar tomar productos ricos en ácidos grasos omega-3 ya que tienen propiedades antiinflamatorias. Los encontramos en pescados como el salmón, así como en las semillas de lino, chía, etc.
Ver más alimentos ricos en ácidos grasos omega 3
Los alimentos antiinflamatorios también incluyen cebollas, ajo y cerezas.
Por otro lado, un sistema inmunológico fuerte puede prevenir la inflamación en el cuerpo y combatirla de manera efectiva. Una flora intestinal sana es fundamental para ello, y una dieta rica en fibra es importante para fortalecer la flora intestinal.
También se ha demostrado que los probióticos tienen efectos antiinflamatorios pero no nos referimos a los llamados productos "probióticos" del supermercado, sino a suplementos dietéticos de alta calidad en forma de cápsulas.
Vitaminas y minerales para el dolor en articulaciones
Los pacientes con enfermedades articulares dolorosas, como la artritis reumatoide, a menudo tienen una concentración muy baja de oligoelementos importantes como el cobre, hierro o zinc. Esto se debe en parte a que muchos medicamentos reumatoides provocan una deficiencia de zinc.
Entre los alimentos que contienen mucho zinc está el marisco, las nueces de Brasil, copos de avena, lentejas o judías blancas. En caso de que tu médico te realice análisis y tengas el zinc muy bajo, podría recetarte un suplemento.
Entre las vitaminas, la más recomendable para el dolor en articulaciones es la vitamina E. La vitamina E se encuentra principalmente en los aceites vegetales (especialmente el aceite de germen de trigo) y en las nueces; la cantidad diaria recomendada es de alrededor de 12-24 mg.
Ejercicios para el dolor articular
Si el dolor te impide realizar actividades normales o es molesto durante todo el día, conviene que acudas a un fisioterapeuta. Podrá reconocer qué parte de tu sistema musculoesquelético tiene una sobrecarga y cómo puedes contrarrestar el efecto de una mala mostura.
Puede recomendarte plantillas, si te duelen tobillos o rodillas así como realizar ejercicio bajo supervisión profesional. Si practicas ejercicio físico y esto tiene un impacto sobre tus articulaciones, pueden recomendarte otros deportes como la natación o los aeróbicos acuáticos para reducir la tensión de las articulaciones.
Las terapias de ejercicio físico controlado por un profesional tienen ofrecen un buen resultado para eliminar el dolor en las articulaciones debido a malas posturas, sedentarismo o la mala práctica en algún deporte.
Frío local
Si sientes mucha molestia puedes aplicar una compresa fría en la zona durante 15 minutos y realizar este procedimiento cuatro o cinco veces al día para minimizar la inflamación y así reducir el dolor que estás sufriendo en la articulación. En cualquier caso, el dolor se verá aliviado pero, de nuevo, tendrás que revisar tus hábitos posturales y acudir a un fisioterapeuta.