Qué hacer cuando otra persona te decepciona
Cómo lidiar con la decepción y el disgusto que te causan otros
A lo largo de la vida, nos sentiremos inevitablemente decepcionados por los demás. Serán conocidos, profesores, jefes, compañeros de trabajo, amigos, familiares o el amor de tu vida. Un amigo te dejará tirado en el último momento, tu pareja nunca te pregunta cómo estás, tu madre no te llama en ese día tan importante para ti… Es prácticamente imposible evitar que ocurran esas cosas, lo que sí puedes hacer es aprender a gestionarlo. Esto es lo que puedes hacer cuando otra persona te decepciona.
Estrategias cuando otra persona te decepciona
Nunca dejes que la decepción que te causan los demás en un momento determinado pueda acabar con un momento feliz. Esto es lo que puedes poner en práctica para conseguirlo:
No te pongas en el papel de víctima: es fácil caer, sin embargo, en este camino y pensar “yo nunca lo habría hecho”, “siempre fui considerado con esa persona”, “por qué a mi y por qué ahora”. Ser la víctima de las situaciones, sin embargo, es una actitud negativa, que no te dejará disfrutar de lo bueno que estás viviendo y te quedarás anclado solo en lo negativo, en la decepción que te ha causado alguien. El victimismo consiste en buscar culpables, en lamentarse constantemente y, en cierta manera, en deformar la realidad.
Réstale importancia: llevamos una vida llena de estrés, prisas y tareas, quizás ese amigo o familiar no pudo atenderte porque había otra prioridad más urgente o porque si te dejan, estarías constantemente demandando su atención. Deja que se diluya sin rabia, enojo o ira esa decepción, minimiza su importancia y no dejes que las emociones negativas puedan contigo.
Habla con esa persona: si realmente esa persona te ha fallado, no te quedes dentro la decepción y explícale por qué era importante para ti. Eso sí, elige tus batallas, no se trata de realizar un listado de reproches constante a los demás, ni de ser el azote de otros. Valora cuándo podía haberse evitado y si realmente causó un daño en ti, y si así lo fue, háblalo tranquilamente.
No generes muchas expectativas sobre los demás: no esperes que el mundo viva a tus pies, que tus amigos estén para ti siempre y en todo momento, que tu pareja “intuya” cuándo algo no va bien, o que tu madre sepa en qué momento ha de hacer esa llamada. Piensa si has creado unas ideas demasiado elevadas o muy personales sobre la amistad o el amor y piensa que no todo el mundo actúa como tu y, aun sin hacerlo, seguro que te valoran, te quieren y no desean decepcionarte.
Evita las relaciones tóxicas: si una persona tiende a decepcionarte constantemente y, por más que vuelves a confiar en ella, te la juega una y otra vez, es probable que no te interese tener amistades o parejas así. Quizás sea hora de pasar página y entrar en otro tipo de relaciones más sanas, relaciones que no se fundamenten en la decepción y la amargura que ello te causa. Si ya has dado demasiadas oportunidades, no des una más y relaciónarte con quien te quiere bien.