Cómo detectar a un jefe tóxico y qué hacer para sobrevivir a su toxicidad
Síntomas que indican que tienes un jefe o jefa tóxicos y cómo actuar ante él
Se habla mucho de las personas tóxicas, son aquellas personalidades que nos absorben la energía, las ganas o el ánimo. Su forma de ser nos impide estar cómodos y relajados, siempre estamos alerta sobre su próximo comentario y nos hace sacar lo peor que llevamos dentro.
Están por todas partes, hay profesores tóxicos, padres tóxicos, amistades tóxicas y sí, también hay jefes tóxicos. Estas son las señales que indican que te enfrentas a un jefe tóxico y lo que has de hacer para combatir su toxicidad.
Síntomas que delatan a un jefe tóxico
Las personas tóxicas, con su comportamiento y actitud, nos sacan de quicio de tal manera, que acabamos poniéndonos a su nivel. Intoxican nuestra forma de ser y nos empujan a tener actitudes que no corresponden con nuestro ser.
A lo largo de la vida hemos de lidiar con diferentes personas tóxicas en los diferentes ambientes en los que nos movemos, uno de ellos es el entorno laboral. Puede ser un compañero o, peor aun, tu jefe o jefa. A estos últimos no puedes quitártelos de encima tan fácilmente… ¿o sí? Antes de saber cómo hacerlo, reconozcamos cómo es un jefe tóxico:
- Un jefe tóxico espera que siempre seas tú el que des y aportes a la empresa, y nunca pensará que ha de dar nada a cambio (aparte de la nómina, por supuesto). Partimos de una base en la que hay una jerarquía y tu estás por debajo, te lo hará saber constantemente y querrá tenerte a su entera disposición, sin esperar halagos, bonus extra o una palmadita en la espalda. Más bien será todo lo contrario, aprovechará cualquier momento para recordarte lo mal que gestionas según qué cosas.
- Un jefe o jefa tóxica aprovechará tus problemas personales en tu contra. Si cuentas que has estado cuidando a tu madre el fin de semana, te echará en cara que no has descansado y estás torpe en el trabajo. Si has pasado la noche en vela con una gastroenteritis, no valorará que acudiste al trabajo, sino que te recordará lo “flojo” que estás trabajando. Es más, si puede, criticará tu modo de vida y a quién te rodea porque es culpable de tu situación laboral.
- Los jefes tóxicos suelen decepcionarnos: quizás te prometan un ascenso si logras algunos objetivos o piden que trabajes más horas a cambio de un extra pero, llegado el momento, todo cae en saco roto. Las promesas se las lleva el viento.
- Una jefa tóxica o un jefe tóxico poco a poco, intentará mermar tu autoestima. Con su trato ofensivo e insultante intentará hacer mella en ti, no te dejará creerte bueno en lo que haces, más bien todo lo contrario, terminarás pensando que haces mal aquello que se te daba bien. Te sentirás frustrado y dudarás de tus propias capacidades.
- Sientes angustia cada vez que te toca lidiar con tu jefe tóxico. Es como un combate de boxeo, en el que te enfrentas a sus ataques y, por más que intentes defenderte, no escucha ni atiende a tu defensa. Tiene algo que decirte, pero no tiene que escucharte. Su actitud hace que no te sientas cómodo cuando anda cerca.
- Los jefes tóxicos logran que te lleves los problemas a casa, tengas un solo tema de conversación con quien quiera escucharte, padezcas problemas de sueño, te duela el estómago e incluso termines teniendo algún trastorno de ansiedad y estrés.
Cómo actuar ante un jefe tóxico
1. Todos necesitamos trabajar para vivir, sin embargo, no se puede vivir eternamente bajo el yugo de un jefe tóxico. Si la situación está en un punto sin retorno en el que solo sufres y ya no disfrutas tu trabajo, piensa en ti y cambia de empleo. Solo tienes que creerte que tu puedes y vas a encontrar ese trabajo que mereces. Inténtalo con empeño y no pares hasta lograrlo. Cuando te vayas, mirarás atrás y pensarás por qué no lo hiciste antes.
2. Nunca hables con tu jefe tóxico de tu vida privada, no cuentes tus problemas o miserias. Lo aprovechará en tu contra, por lo que a ti respecta, todo está fenomenal siempre y en todo momento. Estás descansado, has dormido, no tienes problemas de pareja, tus hijos sacan unas notas estupendas…
3. Cuando salgas del trabajo, cierra la puerta tras de ti. No sigas hablando en casa con tu pareja, por teléfono con tu madre o WhatsApp con tus amigos de lo último que te ha hecho tu jefe. Tu vida no es solo el trabajo, permítete que no te persigan esos fantasmas hasta tu vida personal.
4. Nunca permitas que ese comportamiento tóxico se contagie. No trates a tus compañeros como te están tratando a ti tus jefes. No asumas esa forma de ser con nadie más. Emplea la empatía con tus jefes, aunque ellos no la tengan contigo. Al menos te irás a la cama sabiendo que tu no tienes un comportamiento tóxico.
5. No te dejes humillar. Por mucha jerarquía que exista en un entorno laboral, tu dignidad está por encima de todas las cosas. No hay que agachar la cabeza ante todo ataque. Defiéndete de forma firme y contundente y deja claro que no dejarás que se te denigre como trabajador de esa manera nunca más. Marca unos límites y no dejes que los supere.
6. Jamás dejes que te hagan sentir mediocre ni que baje tu autoestima. Confía en tus valores y tus habilidades e intenta mejorar allí donde fallas. Pero no te creas todo lo que dice un jefe tóxico, solo intentará dejar claro que es quien más sabe y tú estás por debajo, pero que eso sea cierto, no vale con decirlo, hay que demostrarlo y, lamentablemente, no suelen hacerlo… ¡recuerda, son tóxicos!
7. Piensa en esto: las personas tóxicas acaban muy solas.