¿Se te ha quedado dormido un brazo o pierna? Explicación fácil

Parestesia: hormigueo en una extremidad y sensación de tenerla dormida

Ernesto Díaz - 2021-04-18 18:22:00 - Salud

¿Se te ha quedado dormida una extremidad alguna vez? A todos nos ha pasado que, de pronto, tras un rato en una determinada postura, comenzamos a sentir una sensación de hormigueo bastante molesta, de hecho, incluso puede producir dolor y, cuando intentas moverla parece adormecida

Esta sensación de tener dormido un brazo o una pierna tiene una explicación muy sencilla, es debido a lo que se conoce como parestesia. Veamos con más detenimiento a qué es debido ese cosquilleo en una extremidad y al dolor cuando intentas utilizarla de nuevo.

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Parestesia: ¿por qué se duermen los brazos o piernas?

por qué se duermen brazos o piernas

El término parestesia lo utilizan los médicos para referirse a esa sensación poco habitual de hormigueo o adormecimiento en alguna zona del cuerpo. Es más frecuente en manos, brazos y piernas y suele ocurrir cuando te levantas después de haber estado tumbado en el sillón un rato, o si estás sentado sobre un pie o una pierna o llevas un rato en una posición extraña en la que el brazo o la pierna está apretado o presionado de alguna manera. 

Y es que, cuando estás apoyado durante un determinado tiempo sobre un punto concreto del cuerpo, puede que estés presionando algún nervio. Esto provoca que no esté transmitiendo correctamente las señales habituales al cerebro. Ese hormigueo ocurre porque el cerebro entiende que hay un problema con esa extremidad y trata de avisarte de lo que ocurre. 

Cómo se siente cuando se duerme una extremidad

Cuando presionamos un nervio del brazo o la pierna, de pronto sentimos como mil pequeños pinchazos de aguja o un hormiguero que recorre la zona.

En este momento es cuando solemos comentar que se nos ha dormido un brazo o una pierna y, aunque es un efecto pasajero y breve, puede ser una molestia que se vuelve particularmente incómoda cuando la extremidad se va despertando lentamente de nuevo, pudiendo incluso sentir dolor mientras se desentumece. 

Cuando se nos adormece la mano, la pierna o el brazo puede costarnos moverlo de nuevo y, hemos de tener cuidado de no caernos porque no parece que tengamos un control absoluto de la extremidad. Si la tocamos incluso parece que podemos pellizcarla sin toda la sensibilidad sobre ella. Es como un anestésico leve y pasajero.

Y es que, cuando alguna parte del cuerpo está dormida, se altera la conductividad de los nervios, esto significa, que ya no pueden transmitir información correctamente en el cuerpo. 

¿Por qué nos duele cuando la extremidad cuando está entumecida?

Mientras el pie o brazo esté dormido no sentimos prácticamente dolor. La típica sensación de hormigueo que se produce es una señal de advertencia, nos sirve como alerta para saber  que una parte del cuerpo no se puede abastecer completamente y que, por lo tanto, es necesario un cambio de posición. Aunque esta sensación de hormigueo es incómoda, desaparece rápidamente cuando corregimos la postura. 

Ver también: Hormigueo en manos y pies, ¿a qué se debe?

Con la reanudación del flujo sanguíneo, hay una sobreestimulación por un corto tiempo, que la persona afectada siente como pinchazos. Es decir, tan pronto como el nervio se ha liberado de la carga de presión que provocó el entumecimiento, reacciona con una actividad excesiva. Inicialmente envía los estímulos de una manera incontrolada y sin filtrar. Entonces lo que sentimos es una hipersensibilidad en esa zona.

Por el brazo o la pierna nos recorren pinchazos y esto será así durante los minutos que el nervio necesita para reorganizarse. En este sentido, no hay forma de hacer este momento menos incómodo, solo hay que aguantarlo mientras dura, que en general, suelen ser unos segundos. No es algo peligroso ni puede dañarnos, más allá de si intentamos andar con un pie dormido y nos caemos al suelo, claro está.  

Cómo desentumecer un brazo o pierna dormidos

Aunque este tipo de parestesia postural no suele revestir gravedad y hemos de sufrir unos segundos la incomodidad mientras los nervios se reorganizan, puedes ayudar a agilizar este proceso realizando sencillos movimientos con la extremidad.

Por ejemplo, si se te ha dormido la mano o el antebrazo, puedes abrir y cerrar el puño para ayudar a que la sangre fluya más rápido y se recupere antes; también puedes hacer círculos con la muñeca o con el pie, si es este el que se ha dormido.Un poco de movimiento favorecerá la recuperación.

¿Cuándo puede ser peligroso el entumecimiento de alguna extremidad?

Si los brazos, las piernas u otras partes del cuerpo se duermen con regularidad, puede haber una causa médica:

Derrame cerebral: cuando a esta sensación se une un trastorno del habla, la incapacidad para agarrar objetos o parálisis es de vital importancia acudir a urgencias.

Neuropatía: en algunos pacientes, los nervios están dañados y hay una presión de los nervios periféricos (fuera del cerebro y la médula espinal) que provoca esta sensación de entumecimiento y adormecimiento de una zona del cuerpo. Suelen estar causados por infecciones, diabetes mellitus, enfermedad autoinmune, adicción al alcohol o el uso de algunos medicamentos. 

Síndrome del túnel carpiano: un estrechamiento o pellizco de los nervios metacarpianos en el túnel de la muñeca provoca entumecimiento recurrente en la mano y los dedos. Este dolor a veces se irradia al antebrazo y el hombro.  

Síndrome de piernas inquietas: quien lo sufre tiene la necesidad de mover las piernas incluso cuando duerme.

Hernia de disco: no solo se manifiesta con dolor intenso, sino también puede haber alteraciones sensoriales. 

Migrañas: algunos ataques de migraña pueden causar entumecimiento en la cara. 

Deficiencia de vitamina B12: puede provocar parálisis, trastornos de la memoria, depresión y confusión, entre otras cosas.

Resumen

Todos hemos tenido alguna vez esa sensación de hormigueo cuando de repente la pierna se duerme o cuando has estado acostado sobre un brazo por la noche y está entumecido por la mañana.

La causa de esto es el alteración de la transmisión de estímulos en el sistema nervioso. Por ejemplo, si te sientas en el suelo en posición de indio, la flexión de las piernas interrumpe la transmisión de los estímulos a los nervios de esta región. El cerebro no recibe información de las piernas, el cerebro nos alerta a través de esos pinchazos u hormigueo y, cuando nos movemos de nuevo, el cerebro se satura de estímulos de las piernas y puede resultar un poco molesto.

Suele deberse a una mala postura la mayor parte de las veces, por lo que no reviste de gravedad y tan solo debemos espera a que pase. En cualquier caso, si esto sucede muy a menudo o en situaciones en las que no hay ninguna presión sobre la extremidad, conviene consultar al médico.