Se mueve y tiembla el músculo solo, ¿por qué?

Por qué suceden las contracciones involuntarias de los músculos

Alba Caraballo - 2021-04-15 12:09:00 - Salud

¿Has experimentado alguna vez el movimiento involuntario de algún músculo? Estás tranquilamente sentado viendo la televisión, leyendo un libro, trabajando en tu ordenador o viajando en autobús y, de repente, un músculo del cuerpo comienza a contraerse solo, ¿qué está pasando?, ¿por qué se mueve el músculo solo? Veamos qué puede ocurrir en nuestro cuerpo para que estas contracciones involuntarias se produzcan. 

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Por qué se me mueve el músculo de forma involuntaria

por qué se mueve solo el músculo

Un músculo en el hombro, el párpado, la pierna o el antebrazo... De repente, te das cuenta que el músculo se está moviendo solo provocando una especia de espasmos involuntarios. No puedes controlarlo, y de hecho, si te fijas en la zona donde sucede, puedes verla moverse por sí misma. 

La contracción repentina e involuntaria de los músculos se conoce como fasciculación y son más probables en brazos, piernas o la cara. En el interior del músculo se localizan todas las fibras musculares que forman parte de cada fascículo. Estos fascículos se tensan involuntariamente y provocan una especie de temblor. Dentro de estas fasciculaciones se distinguen dos de ellas: 

Fasciculaciones benignas: se trata de espasmos musculares que no tienen una relación con ninguna patología que afecte a la salud. Son de corta duración y desaparecen por sí solas después de unos minutos. Son inofensivas, aunque sí pueden indicar algún tipo de desequilibrio. Son muy frecuentes en los párpados, piernas y brazos.

Fasciculaciones patológicas: sus causas suelen estar relacionadas con problemas que afectan a la salud. Suelen ser más intensas u ocurren con mayor frecuencia. Además de en la cara, piernas y brazos, pueden aparecer en todo el cuerpo. 

En ninguno de los casos los movimientos musculares provocan dolor.

Qué provoca los espasmos musculares involuntarios

Para entender por qué se contrae un músculo, primero es importante saber cómo funciona un músculo:

Nuestro cerebro da la orden para realizar una contracción muscular, cuando esto sucede, el impulso eléctrico viaja a través de nuestros nervios hasta las células musculares que, realizan se tensan. 

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Para realizar este proceso tan habitual y constante, el cuerpo necesita de los suficientes nutrientes. Por ejemplo, necesitamos minerales como el sodio, potasio, calcio y magnesio, para formar los llamados electrolitos, que transmiten las señales nerviosas a las células musculares, haciendo que se contraigan o se relajen.

Por lo tanto, si no tenemos los suficientes nutrientes, el sistema muscular se ve afectado. Así, la falta de líquidos o minerales o una dieta poco nutritiva, conduce a la transmisión defectuosa desde el cerebro a los nervios y, por extensión, a los espasmos musculares. 

Así, estos factores contribuyen a la contracción de músculos de los brazos, dedos, calambres en piernas o contracción en los párpados: 

Déficit de minerales: una mala nutrición o una sudoración excesiva pueden provocar un desequilibrio de minerales y esto conduce a que se muevan músculos por sí solos.

Falta de líquidos: la deshidratación o las personas que beben sufren más esta característica ya que al tener el cuerpo menos líquidos, la sangre se espesa y hay una transferencia de nutrientes más lenta. 

Sedentarismo: las personas que no se mueven demasiado pueden padecer de problemas de circulación. El resultado es un suministro insuficiente de sangre a los músculos.

Estrés y ansiedad: cuando sufrimos de un estrés sostenido en el tiempo o vivimos una situación que nos provoca una angustia, el cerebro no puede relajarse adecuadamente y se sobrecarga. El resultado de ello es una transmisión de la señal a los músculos defectuosa que termina en contracciones musculares. 

Resfriado o hipotermia: los vasos sanguíneos se contraen en estas circunstancias e inhiben la transferencia de nutrientes. 

Consumo de drogas o bebidas estimulantes: los estimulantes como las bebidas energéticas o refrescos de cola, así como las drogas, pueden provocar cortocircuitos responsables de las contracciones musculares.

Sobrepeso u obesidad: estas condiciones provocan una sobrecarga sobre los órganos y el corazón (nuestro principal músculo). 

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Hipoglucemia: cuando el nivel de azúcar en sangra baja demasiado, también pueden provocarse estos espasmos involuntarios. 

Malas posturas: si tienes una mala higiene postural, pueden provocarse pellizcos en los nervios que conducen a una transmisión defectuosa a los músculos. 

En casos muy raros, las causas pueden ser enfermedades neuromusculares, intoxicaciones o efectos secundarios de medicamentos.

¿Qué hacer si se mueve el músculo solo?

Los espasmos musculares son molestos y, por lo general, son una clara indicación de un desequilibrio en el cuerpo. Sin embargo, si aparecen muy de vez en cuando y desaparecen solos en unos minutos no debes preocuparte. 

Por el contrario, si sufres a menudo de contracciones musculares involuntarias y se prolongan durante un largo período de tiempo, es conveniente que consultes a tu médico.

Mientras tanto, para evitar estas molestas contracciones, sobre todo cuando son en el párpado o algunos músculos que resultan más visibles y quieres evitarlo puedes: 

1. Asegúrate de consumir suficientes vitaminas y minerales. De lo contrario, es probable que sufras de una falta de nutrientes y una actividad muscular defectuosa.

2. Evita el sedentarismo, si no te mueves, tus músculos se atrofian y tu corazón se debilita, favoreciendo así numerosas enfermedades musculoesqueléticas como dolor de espalda, pero además diabetes, trastornos circulatorios y problemas circulatorios.

3. Evita o controla el estrés con: ejercicio físico, ejercicios de relajación mental y muscular, apoyo de la familia y amigos, práctica de la meditación y, sobre todo, tratar de definir qué te está estresando para poderle poner solución.

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4. Bebe abundantes líquidos, asegúrate la ingesta de agua suficiente al día para evitar la deshidratación. 

5. Mejora tu postura: si pasas sentado muchas horas, vigila tu postura y ayúdate con una silla ergonómica, un respaldo para las lumbares o un reposapiés. Organiza tu escritorio para que la posición de piernas, espalda, cabeza y brazos sea la adecuada.

Resumen

Todos hemos sufrido de contracciones musculares involuntarias en alguna ocasión. En la mayoría de los casos, cuando el músculo se mueve solo de forma repentina, no es motivo de alarma. Suele deberse a algún desequilibrio en el cuerpo, bien sea estrés, falta de minerales y líquidos, sedentarismo o abuso de bebidas energéticas entre otros factores. 

Sin embargo, con los consejos que te hemos aportado, puedes identificar qué desequilibro se está produciendo en tu caso para poder combatir la causa de los espasmos musculares. Y, como siempre, ante la duda, consulta con tu médico para poder descartar alguna patología.