Cómo detectar una amistad tóxica. Falsos amigos
Signos que indican que tienes un mal amigo
Los amigos son un pieza fundamental en la vida de una persona, son quienes nos entienden, escuchan y nos acompañan. Los amigos nos ponen en nuestro sitio cuando lo hacemos mal y nos empujan hacia delante cuando lo necesitamos. Sin embargo, desafortunadamente no siempre tenemos buenos amigos, en ocasiones esa, en apariencia buena amistad, esconde una amistad tóxica, son los falsos amigos. Estos son los síntomas que indican que tu amigo, no te quiere tan bien como parece.
La buena amistad versus la amistad tóxica
Un buen amigo es capaz de sacar lo mejor de nosotros mismos, nos aporta alegría, motivación, diversión y consuelo. Los amigos que nos quieren bien y de verdad, nos ayudarán a lo largo de la vida en los malos momentos, y estarán para disfrutar de nuestros éxitos. Es uno de los mejores tesoros que puede tener una persona, un amigo.
Un mal amigo, una amistad tóxica, provoca el efecto contrario. No deseará nuestro bien y es posible que sienta envidia y emociones negativas que le impulsarán a hacernos tomar malas decisiones.
¿Crees que hay alguien así en tu vida? Echa un vistazo a estos signos que indican que tienes una amistad tóxica:
Siente celos de los demás: quiere ser el primero y único amigo, si tienes otros amigos te pondrá en la disyuntiva de tener que elegir o te pondrá problemas si quedas con alguien que no es él. Te verás obligado a ocultarle esas otras relaciones para evitar dar explicaciones que para ti, no tienen sentido.
Nunca te escucha: la conversación siempre está desequilibrada, todo el tiempo habláis de sus problemas o sus conflictos. Cuando intentas explicarle algún contratiempo, te cortará para contarte el suyo, que es más importante y difícil.
Suele ser muy crítico contigo: no parece alegrarse por tus éxitos, de hecho incluso parece molesto si algo te va bien, sin embargo, en cuanto te equivocas en algo, le encanta recordártelo. Tiende a la crítica destructiva.
Te hace sentir mal: no sabes muy bien por qué, pero después de una tarde o una comida con tu falso amigo, tienes una sensación de tristeza e incluso de estrés o ansiedad. No sales contento y feliz como deberían terminar todas las reuniones con buenos amigos.
No es de fiar: si le has contado algún secreto, falta a tu palabra, lo divulga y además, cuando se lo echas en cara, se enfada porque cree que eres demasiado hermético, piensa que no es para tanto.
Es aprovechado: la generosidad no es su fuerte, se aprovechan de la tuya hasta que se agota, después es posible que acudan a otra víctima de la que aprovecharse.
Te critica a tus espaldas: puede que incluso llegues a saber que, cuando no estás critica tu forma de ser, tu forma de vestir o tu forma de vivir.
Suelen mentir: a medida que le vas conociendo, sus historias parecen cada vez más inconsistentes, le pillas en mentiras, a veces insignificantes, otras absurdas y, muchas veces, las utilizan para quedar por encima de ti.
Intimidan emocionalmente: suelen ser grandes manipuladores, utilizan las emociones para llevarte donde ellos quieren, usan el chantaje emocional y acaban haciendo un daño psicológico.