Cómo limpiar la nevera de forma rápida y eficaz
Tips para mantener la nevera y el congelador súper limpios
Si tienes invitados a casa y te toca correr hacia la nevera para ofrecer un refresco, evitando que los demás vean el estado de su interior, es un claro síntoma de que ha llegado la hora de limpiarla. Y es que, es fácil que caiga líquido de algún tarro, que se rompa un huevo o que el cajón de la verdura esté llena de restos de piel cebolla, ajo u otras porquerías. Por no hablar de ese envase que dejaste hace mese al fondo de la nevera y cuando te das cuenta, ha crecido una plantación de moho en su interior.
Limpiar la nevera no solo es importante desde un punto de vista higiénico, sino que además hasta tiene un día: El Día Internacional de Limpiar la Nevera (15 de noviembre). Te sonará absurdo pero no está de más que, de vez en cuando algo nos recuerde que el refrigerador también se limpia por dentro, y sobre todo, prepararla para las fiestas que se avecinan: la comida de navidad, la cena de nochevieja... Así es como puedes hacerlo de forma rápida y eficaz.
Trucos para limpiar tu nevera de forma rápida y eficaz
Limpiar la nevera puede resultar abrumador, lo que nos lleva a muchos a abandonar o posponer la tarea. Sin embargo, cuanto más tardes en limpiarlo, más porquería y mugre se acumulará poniendo en riesgo los alimentos que en ella se conservan y, por lo tanto, la salud de nuestra familia.
Ver también: trucos de limpieza para la cocina
Además, con una buena planificación y organizando la limpieza, podemos tardar la mitad de tiempo, ¿te interesa saber cómo? Estos consejos pueden venirte bien:
Crea un ambiente de trabajo agradable para limpiar la nevera
Despeja un espacio en la encimera de la cocina y la mesa de comer para ir dejando todas las cosas que vas a sacar de la nevera. Te ayudará a realizar el proceso con mayor celeridad.
Deja a mano el cubo de basura, seguramente lo vayas a necesitar. Uno no sabe todo lo que hay en su nevera, hasta que comienza a vaciarla, te sorprenderá.
Además, para ayudarte en la tarea, puedes ponerte un podcast interesante en tu móvil o un poco de música alegre.
¿Está vacía? Elimina lo que no valga
Aprovecha para clasificar todos los alimentos que tienes dentro, agrupa lácteos, embutidos, aderezos, verduras, etc. Ya que te has remangado y estás limpiando la cocina, lo ideal es crear un orden en ella.
En este proceso, comprueba la fecha de caducidad de los distintos ingredientes. Es posible que tengas que tirar cosas como un bote de nata caducado, jamón de York con olor a vinagre, unas zanahorias arrugadas y encogidas. Sí, da asquito lo que puede salir de una nevera.
Busca también productos a los que les haya salido moho o aquellos que casi están vacíos y que nadie va ya a consumir.
Deja fuera aquello que no necesita de una nevera
Piensa que todo lo que guardas en la nevera hace que el motor trabaje más para enfriarla al nivel programado, por lo tanto, consumirás más energía.
Revisa qué productos podrían estar fuera de la nevera y no necesitan de la cadena de frío para mantenerse y busca un lugar en la despensa para ellos.
¡Toca limpiar la nevera!
Retira las bandejas, las repisas, cajones, contenedores y todo aquello que sea extraíble para limpiarlo en el fregadero.
Mira todo ese espacio vacío, ahora lo tienes más fácil para limpiarlo. Basta con que prepares un balde con un agua y jabón de lavavajillas. Con un estropajo o bayeta limpia y rasca aquella porquería que haya quedado incrustada (los huevos, restos de tomate o aceite pueden dejar costra). Con otra bayeta, enjuaga y, con un poco de papel de cocina, seca la humedad que haya quedado.
Si tienes un frigorífico que dispensa agua y hielo, piensa... ¿cuándo fue la última vez que cambiaste el filtro de agua? Echa un vistazo a la nevera, ¿alguna bombilla necesita ser reemplazada? Es el momento ideal para hacer unas cuantas mejoras.
En cuanto a todo lo que has extraído, puedes limpiarlo en el fregadero. Si lo llenas con agua y jabón o incluso colocas el balde que usaste dentro, puedes frotar más cómodamente todas las bandejas y cajones.
Limpia también el exterior de la nevera
No se trata solo de limpiar todos los rincones, grietas y superficies de su refrigerador y congelador, se trata también de limpiar el exterior de la nevera. Las huellas dactilares, las salsas, grasa y otra porquería se acumulan en las puertas exteriores con la misma facilidad que en el interior de su electrodoméstico.
¿Y el congelador?
Para limpiar el congelador habrás de descongelarlo, por lo tanto, o tienes otro recipiente de congelado donde guardar los alimentos o tendrás que aprovechar antes o después de las vacaciones cuando hay menos productos dentro.
Tendrás que desenchufarlo para que pare el proceso de congelado y dejar unas horas la puerta abierta para ayudar a deshacer el frío, sobre todo en aquellos donde se ha formado una capa de nieve dentro del congelador. Después puedes limpiarlo con la misma solución de agua y jabón de lavavajillas.
Ver también: cómo congelar y descongelar alimentos correctamente
En caso de que tu congelador siempre esté lleno. Puedes ir cambiando los productos de bandeja en bandeja para fregar fuera la que ha quedado libre. Utiliza unos guantes para evitar tocar el frío del cajón de congelado directamente.
También hay que limpiar debajo de la nevera
Si estás agotado, puedes dejar esta parte para otro día, pero recuerda que bajo la nevera, tras de ella y en los laterales también se acumula gran cantidad de mugre.
Para limpiar por detrás de la nevera, tendrás que mover la nevera, sobre todo si está empotrada. Saca suavemente el refrigerador como para entrar en el hueco que deja el electrodoméstico y poder operar bien dentro de él. Para mayor seguridad, puedes desenchufarlo unos minutos.
Aspira primero todos los restos de suciedad que hay, te sorprenderá ver restos de comida, algún que otro juguete de tus hijos, trocitos de cristales, etc. Aprovecha que tienes la aspiradora encendida para aspirar las rejillas y bobinas de la nevera por la parte de atrás, de esta manera, funcionará de forma más eficiente.
Utiliza una solución de limpieza suave para limpiar el propio electrodoméstico, tanto por detrás, como las paredes y la parte de arriba. Seca bien después con un paño.
Pasa de nuevo la aspiradora por si ha caído algún resto más, y ya solo te queda fregarlo para rematar el trabajo.
Vuelve a meter los alimentos en la nevera... ¡aprovecha para organizar!
Una vez que tu nevera esté limpio, reluciente... ¡y oliendo a limpio!, coloca de nuevo cajones, baldas, bandejas y demás elementos dentro. Ahora es momento de planificar la colocación de los alimentos.
Piensa en lo que funciona para tu familia: ¿pueden acceder fácilmente a productos comunes como la leche?, ¿Se pueden colocar las verduras de manera diferente para que no queden mohosas en poco tiempo? Esta es la oportunidad perfecta para organizar la comida y los frascos de la manera que mejor funcione para todos.
Mantén la nevera al día
Te acabas de dar una paliza limpiando, si no quieres que vuelva a pasarte dentro de unos meses, intenta mantener la limpieza al día, así como el orden dentro de tu nevera. No esperes a limpiar si se ha roto un huevo o ha caído salsa de un tupper. De esta manera, en la próxima limpieza, tendrás que hacer la mitad de esfuerzo.