Dónde se deben guardar los huevos: ¿nevera o despensa?
¿Es correcto guardar los huevos en la nevera?
¿Qué haces cuando llegas a casa con el cartón de huevos? Casi todo el mundo tira la caja y guarda los huevos en la puerta de la nevera, justo donde está el recipiente para ellos, que para esto lo fabrican, ¿no? Pues bien, puede que no lo hayas estado haciendo bien todo este tiempo. Descubre dónde se deben guardar los huevos para conservarlos correctamente, si en la nevera o la despensa.
¿Se deben guardar los huevos en la nevera?
La respuesta es no, no se deben guardar los huevos en la nevera aunque queden perfectos en los recipientes habilitados en las neveras. La realidad es que el mejor lugar para guardar los huevos es en la caja en la que vienen. ¿Por qué? Hay varias razones por las que debes guardar los huevos en la despensa:
El cartón de los huevos protege
El cartón que sirve como base y, en ocasiones tapa, sirve para proteger a los huevos de golpes, ya que como sabes son muy frágiles. Pero además evita que absorba olores y sabores que pueden transferirse al huevo si los guardas en la nevera ya que la cáscara del huevo es porosa.
El cartón incluye la fecha de caducidad
Además, la caja de cartón incluye la fecha de caducidad, algo necesario para garantizar la frescura de los huevos ya que, en muchos casos, los huevos no incluyen de forma individual la fecha de caducidad.
La temperatura de la nevera no es lo más adecuado para los huevos
¿Dónde están los huevos cuando los compras en tu supermercado?, ¿Los has visto alguna vez en las cámaras refrigeradoras? La realidad es que en cualquier superficie los encontrarás apilados a temperatura ambiente y no en las neveras. Esto tiene una razón bien lógica que los supermercados conocen: los huevos deben mantener una temperatura fresca y constante. Para que el huevo no se estropee no debe cambiar de forma brusca de temperatura, algo que ocurre cuando lo almacenamos en la nevera.
De hecho, si te gusta cocinar, sabrás que antes de realizar muchas recetas con huevos, el libro de cocina te recomienda que esté a temperatura ambiente.
El cambio de temperatura deteriora el huevo
Someter el huevo a cambios de temperatura deteriora su calidad. Pasarlo de temperatura ambiente, para luego llevarlo a la nevera y finalmente sacarlo hace que le sometamos a varios cambios de temperatura.
¿Cuándo se deben guardar en la nevera los huevos?
Si has elaborado una receta en la que has separado yemas de claras de huevo, habrás de guardarlas en recipientes herméticos y, estos, han de ir dentro de la nevera. De esta forma garantizarás que no se estropeen ya que han perdido su protección habitual: la cáscara.
Si has cocido huevos: guárdalos también en la nevera aunque al abrirla se escape ese fuerte olor que a algunos les resulta desagradable. Está causado por el sulfuro de hidrógeno que se forma al cocinar los huevos. Aunque parezca algo “gaseoso”, es inofensivo.
En qué lugar de la casa almacenar los huevos
Deben estar alejados de las fuentes de calor como la caldera, la cocina, el motor de la nevera o el horno.
Lo más adecuado es guardarlos dentro de su propia caja de cartón en un lugar fresco y seco de la casa, a temperatura ambiente. En un estante o armario donde no varíe la temperatura.
Cuánto tiempo puedo almacenar los huevos
No dura lo mismo un huevo cocido que una mayonesa o los huevos sin abrir, ¿cuánto tiempo se puede almacenar cada uno?
Huevos frescos sin abrir: según fecha de caducidad
Sobras de yemas o claras: entre dos y cuatro días
Huevos cocidos: una semana
Mayonesa casera: entre dos y tres días
Un plato que contenga huevos (ensalada, tortilla): entre dos y tres días
Postres caseros con huevo: de cuatro a cinco días.
La conservación correcta del huevo es fundamental para evitar una intoxicación alimentaria.
¿Se pueden congelar los huevos?
Algunos alimentos elaborados con huevo o huevos crudos pueden congelarse siguiendo estas sencillas instrucciones:
Congelar huevos enteros: si ves que se acerca la fecha de caducidad y no vas a usarlos, bátelos, viértelo en un recipiente que pueda cerrarse herméticamente. Etiquétalo indicando la fecha y congela.
Congelar yemas crudas: si has usado las claras de los huevos para hacer un postre y no quieres gastar las yemas, pueden congelarlas. Eso sí, puede que al hacerlo la yema se espese y se vuelva tan gelatinosa que sea difícil usar después. Para evitarlo, agrega media cucharadita de sal por un cuarto de tazas de yema de huevo. Etiqueta el recipiente con el número de yemas y la fecha.
Cómo se descongelan los huevos
Para descongelar unos huevos que metiste al congelador, basta con pasarlos a la nevera durante una noche. Eso sí, te recomendamos que los uses cuanto antes y no dejes que pasen varios días hasta emplearlos en alguna receta.
Pautas para comer huevos con seguridad
Un huevo en mal estado puede provocar una intoxicación alimentaria por lo que, es importante manipular correctamente los huevos para cocinalos, sigue estos consejos para evitar problemas alimentarios:
- Toma los alimentos preparados con huevos nada más cocinarlos o mételos en la nevera un máximo de cuatro días.
- No utilices huevos que tengan alguna fractura o estén rotos.
- Antes de comprar la caja de huevos en el supermercado revísala bien y asegúrate que no tiene ninguna abertura o está rota. Verifica también la fecha de consumo.
- Para separar la clara de la yema evita utilizar la cáscara del huevo porque podrías transferir bacterias hacia el propio huevo.
- La forma más fácil de saber si los huevos son frescos es comprobar la fecha de caducidad, por lo que es mejor mantener siempre sus huevos almacenados en su caja original.
- Para diferenciar entre huevos duros y huevos crudos, simplemente gíralos. Un huevo duro girará más que un huevo crudo. El centro líquido en un huevo crudo evita que se acumule el impulso suficiente para seguir girando.
- Para acabar con cualquier bacteria que pueda estar presente en el huevo has de cocinar a temperatura lo suficientemente alta como para que el calor pueda acabar con ella.
Conclusión
Entonces, ¿donde guardamos los huevos? Lo ideal es mantenerlo en un estante de la despensa que tenga una temperatura ambiente constante, fresca y no húmeda para no someter a este alimento a cambios de temperatura, lo que deterioraría su calidad.
Si no dispones de una alacena que tenga una temperatura constante y fresca, no tendrás más remedio que recurrir a la nevera.