Cómo se transfieren los virus de animales a los humanos
Cómo actúan los virus y por qué pueden pasar entre especies distintas
En general, los animales enfermos no suelen contagiar a las personas, pero esto no significa que no ocurra nunca. A veces, los virus que tienen los animales llegan hasta los humanos, este fue el caso de la gripe porcina, o es lo que está ocurriendo con la crisis del coronavirus.
Cuando ocurre, estas infecciones cruzadas, que pasan de una especie animal a los seres humanos, o incluso cuando se dan infecciones entre distintas especies de animales, porque saltan de una a otra, pueden producir epidemias devastadoras, tanto que pueden llegar a convertirse en pandemias. Pero, ¿cómo ocurre?, ¿cómo pasan los virus de animales a los seres humanos?
¿Cómo actúan los virus para provocar infecciones?
Los virus son parásitos orgánicos, son microorganismos infecciosos que, para sobrevivir, necesitan multiplicarse dentro de las células de otros organismos. Para que un virus pueda seguir existiendo, debe reproducirse y para ello ha de pasar por tres etapas:
- Entrar en contacto con un huésped, bien sea animal o ser humano.
- Infectar al huésped y multiplicarse dentro de él.
- Transmitirse de un huésped a otro para lograr sobrevivir.
Los virus son los responsables de enfermedades como la gripe, el resfriado, el ébola, el SARS, el coronavirus o el sarampión.
Estas enfermedades son virales y, en todas ellas, el virus entró en contacto con el huésped generalmente a través del tracto respiratorio (por las gotitas de saliva o secreciones nasales de otra persona). Esta es la parte relativamente fácil para el virus, porque para poder sobrevivir dentro del huésped debe desatar una infección que le permita evitar el ataque de los anticuerpos del organismo y su destrucción por parte de las células del cuerpo.
Y es que, el cuerpo dispone de su propio sistema de defensa, es el sistema inmunológico que trata de frenar el ataque de los virus y bacterias que hay en en el entorno.
Pues bien, el virus, intenta atacar las células del huésped, es más, disponen de la capacidad de desarrollar un ataque específico para cada huésped.
Por ejemplo, si tomamos el virus de la gripe, esté penetra en las células atacándolas y multiplicándose haciendo que, en muchos casos, los anticuerpos no puedan con ellos. Así, una vez infectada la persona con la gripe, puede llegar hasta otra persona a través de un simple estornudo o una tos.
Pero esto no queda aquí, además, esas gotitas procedentes de un estornudo de una persona infectada, quedan en suspensión y pueden caer sobre las plantas, las mascotas o la comida. De esta manera, los virus están en contacto constante con otras especies, vegetales o animales.
Estos parásitos son capaces de infectar casi cualquier forma de vida, de hecho, están en constante búsqueda de un cuerpo al que atacar e infectar. Muchos de sus ataques son inútiles y el virus no logra infectar a su víctima, pero en ocasiones muy concretas, pueden llegar a ser devastadores.
Cómo pasan los virus de los animales a las personas
Pero, ¿cómo es posible que los patógenos pasen de una especie animal a otra o de los animales a los seres humanos?, ¿Cómo se produce esa infección y qué la hace tan peligrosa?
Los seres humanos interactuamos entre nosotros, y ya hemos visto que ese contacto social es el que nos expone a un contagio. Pero además, estamos en contacto con algunas especies de animales (los granjeros en las granjas, los dueños de mascotas, los criadores de caballos...) y, si tocas a un animal que está enfermo con fiebre y secreción nasal, el virus puede penetrar en tu organismo de igual manera que lo hace entre humanos.
La buena noticia: es que en muchos casos, debido a la diferencia genética tan grande entre dos especies, por ejemplo, una lechuga y un gato, los virus no logran infectar a células tan distintas. Así hay muchos virus de plantas o animales que no logran penetrar en seres humanos y viceversa, porque son entornos demasiado inhóspitos para un virus.
La mala noticia: es que existen miles de virus a nuestro alrededor y todos ellos tienen la capacidad de entrar en un nuevo ser para infectarle. Y además, dada su elevada capacidad para multiplicarse, también tienen otra capacidad: la de mutar. Muchas mutaciones son inocuas, pero otras pueden lograr entrar en una especie distinta, por ejemplo, de animales a personas, con mayor eficacia que el virus antes de mutar.
Así, un virus que suele estar presente en una especia animal, en concreto, en algún tipo de mamífero, que era inocuo para las personas, puede mutar e infectar a un ser humano. Y, a medida que se multiplican y mutan los virus, aumentan las posibilidades de contagios.
Conclusión
No todos los virus contagian pero, aquellos que han logrado superar la barrera de los anticuerpos y provocan un contagio, son los más peligrosos. Un virus contagioso, pasa de un huésped a otro, pudiendo provocar inicialmente un brote, posteriormente una epidemia y, finalizar con un escenario devastador, una pandemia que afecte a miles de personas en lugares muy distintos del planeta.
Los virólogos andan siempre buscando nuevos virus y detectando nuevas mutaciones, ya sea de virus que se transmiten entre humanos o los que nos llegan de animales. De esta manera, pueden detectar con rapidez un brote y pueden desarrollar vacunas que logran proteger a la población de esa nueva mutación del virus.
Porque, en definitiva, hoy en día, venga de donde venga el virus, la única forma que conocemos para luchar contra ellos es un compuesto llamado vacuna. Las vacunas contra un determinado virus pueden salvar millones de vidas. Así lo han hecho con anterioridad para acabar con la gripe porcina (que llegó desde los cerdos), el sarampión o el SARS.