Cómo superar el miedo al ridículo en la adolescencia
Miedos en adolescentes a hacer el ridículo
El miedo al ridículo es uno de los temores más arraigados en la cultura latina. Lo sufren adolescentes y también adultos. Superar el miedo al ridículo en la adolescencia supone sobreponerse al qué dirán, a las críticas de los demás y al posible rechazo de algunos.
Algo necesario en muchos casos para seguir el camino que trazamos nosotros, y no el que nos imponen los demás o la sociedad. Te planteamos una serie de pautas para ayudar a tu hijo adolescente a superar este miedo a hacer el ridículo.
Miedo al ridículo
Es posible que si viajas a Estados Unidos te sorprenda cómo una persona es capaz de bailar en la calle sin miedo alguno al qué dirán; los estudiantes en las aulas levantan la mano para participar y preguntar al profesor y exponen temas en público sin plantearse el miedo escénico; y los novios hincan la rodilla en el suelo en un restaurante atestado de gente para pedir la mano de su novia.
No son los únicos, si viajas a Japón verás como los karaokes se llenan de personas que, en ocasiones sin una gota de alcohol en el cuerpo, cantan sin dar una sola nota en su sitio mientras todos disfrutan del momento. En Londres puedes ver crestas de colores y vestimentas imposibles sin que nadie se gire para mirar.
Para muchos latinos esto resulta impensable, nos deshacemos en sudor solo de pensar que hemos de enfrentarnos a las miradas de los demás y solo tenemos una pregunta en la cabeza, “¿estaré haciendo el ridículo?”
El miedo al ridículo se gesta desde la infancia, antes incluso de llegar a la adolescencia. No nos preparan para ponernos ante una audiencia y atenernos a las críticas, las buenas y las malas por lo que, en las pocas ocasiones que los niños han de hacerlo, sufren de ansiedad y estrés.
El miedo al ridículo en la adolescencia está asociado al rechazo del grupo, el adolescente se autoafirma dentro del grupo, donde se siente protegido por lo que ser objeto de las burlas o las risas de los demás ante una posible situación de ridículo puede ser una auténtica pesadilla.
Consecuencias del miedo al ridículo
Una adolescente ve a lo lejos al chico que le gusta, y cruza por delante de él y su grupo intentando parecer indiferente pero al mismo tiempo emitiendo señales que indican “mírame”. Y, en el momento más inoportuno, tropieza y se cae aparatosamente provocando las risas del grupo y sí, también del chico que le gusta. Cree haber hecho el ridículo y huye con la cara enrojecida y la sensación de fracaso. Podría haberse reído de sí misma y de su torpeza, quizás se habría ganado las simpatías de los demás, en su lugar toma la decisión de no volver a mirar a ese chico que le gustaba. Es un ejemplo de cómo la sensación de ridículo puede condicionar nuestra forma de actuar.
Cuando un adolescente siente miedo al ridículo, intenta no destacar sobre los demás ni llamar la atención. Quizás le guste llevar el pelo rosa y de punta, pero no encuentre la valentía necesaria para arrojar el miedo al ridículo por la ventana e imponer su propio criterio.
Sucede con la ropa, con la participación en las aulas, con el exponerse ante una audiencia, incluso aunque esa audiencia sean los amigos de siempre.
Por lo tanto, el miedo al ridículo en la adolescencia llevará al joven por el camino que sigue el grupo, sin intentar destacar y evitando situaciones que le expongan a las miradas de los demás. Es un miedo que anula el desarrollo completo de la personalidad de la persona y además le priva de experiencias vitales importantes.
Quizás no baile en la discoteca por miedo al ridículo, ni cuente ese chiste que se sabe en público por si hace el ridículo, no se “soltará la melena” o se dejará llevar por el momento para no exponerse demasiado.
En definitiva, se perderá experiencias vitales que pueden ser valiosas para él y sí, también divertidas.
Síntomas del miedo al ridículo en la adolescencia
Un adolescente con miedo al ridículo cuando haya de enfrentarse a una situación que considere pueda ponerle en una situación ridículo puede:
- Comenzar a sudar.
- Sufrir palpitaciones.
- Sentir angustia.
- Falta de saliva.
- Bloqueo mental.
Consejos para combatir el miedo al ridículo
Sé tu mismo: el miedo al ridículo es un obstáculo enorme a mostrarnos tal y como somos. Sin embargo, hemos de luchar contra ello y aceptar que, habrá quien le guste y quien le disguste. Los amigos forman parte del primer grupo y ellos aceptarán al adolescente tal y como es.
Pequeños esfuerzos: el miedo al ridículo puede vencerse, solo hay que intentarlo. Un buen día puedes levantar la mano en clase para hacer una pregunta, otro día puedes contar un chiste a tus amigos, intentar bailar, cantar, ponerte una camisa fosforita… Un pequeño gesto que signifique un primer paso hacia lograr vencer el miedo al ridículo e imponer tu criterio, a pesar de las miradas y del rechazo de algunos.
Relativiza: todo el mundo hace el ridículo en algún momento, todos nos equivocamos. Esa chica que se cayó delante del chico que le gustaba es una situación muy frecuente. Todos metemos la pata, los políticos, los presentadores de informativos, los cantantes… Cuando pases por una situación así, acuérdate de la caída de Jennifer López en un escenario que dio la vuelta al mundo.
Afronta el miedo al ridículo con una sonrisa: si te enfrentas a una situación en la que te sientes ridículo o los demás se ríen, ríete con ellos. Sufrirás menos y te habrás ganado a los demás.