Grandes mentiras de la historia que mucha gente sigue creyendo
Mentiras históricas que te sorprenderán
El cine y los falsos rumores que vienen desde antiguo, han creado en el colectivo la imagen de una Cleopatra que era la reina más bella de la antigüedad, un Napoleón realmente pequeño o un Julio Cesar que tocaba la lira mientras contemplaba el incendio de Roma.
Sin embargo, ninguna de estas historias es cierto, por más que hayan repetido de generación en generación. Los historiadores han contribuido, hoy en día, a desmitificar algunos acontecimientos. Aquí recogemos algunas de estas mentiras de la historia que mucha gente sigue creyendo y que te sorprenderán. ¿Cuántas de ellas seguías dando por válidas?
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Grandes mentiras de la historia que mucha gente sigue creyendo
El nombre de la cesárea no proviene de Julio César
Todavía se puede leer en algunos libros, artículos y noticias que la palabra cesárea procede de Julio César quien nació con este procedimiento. Sin embargo, hoy se sabe que cuando nació ya se realizaba. Sin embargo, en aquellos tiempos todas las madres a las que se le practicaba esta operación morían, pero, la de Julio César falleció con más de 70 años.
Ni Copérnico, ni Galileo, el heliocentrismo lo planteó un astrónomo griego
La persona que planteó la teoría heliocéntrica por primera vez lo hizo mil setecientos años antes que estos dos astrónomos. Se llamaba Aristarco de Samos. Era profesor y un osado astrónomo que supuso que los eclipses lunares se producían porque la Tierra se interponía entre el sol y la luna, por lo tanto, no había duda, el sol estaba en el centro del sistema solar.
Las ruinas del Partenón no son debidas al paso del tiempo
No fue hasta el siglo XVII que el Partenón quedó destruido. Y no fue por dejadez o por una escasa intención por mantener en buen estado los vestigios del pasado. En realidad, lo que dejó al Partenón como lo vemos hoy en día fue una guerra. Los austriacos, rusos, polacos y venecianos estaban en guerra contra los otomanos. El ejército veneciano lanzó una bomba contra el edificio que había sido una joya arquitectónica desde época de Pericles, para atacar a los turcos y así, el 28 de septiembre de 1686, gran parte del Partenón voló en pedazos
Nicolas II no fue el último zar ruso
El último zar fue Miguel Alexandrovich, hermano menor de Nicolás. El zar Nicolás II se vio forzado a abdicar debido a la oposición del pueblo y la jerarquía política. Poco antes de morir firmó su documento de abdicación en el que se puede leer "... de acuerdo con la Duma, reconocemos como un bien abdicar la corona del Estado y desposeernos del poder supremo... Legamos a nuestro hermano gran duque Miguel nuestra herencia, y le bendecimos en su advenimiento al trono del Estado ruso". Aunque Miguel firmó el documento, la presión existente fue tal que también abdicó. Murió poco después que su hermano, se cree que los soldados acabaron con su vida y lo enterraron en un lugar nunca localizado.
Cleopatra no murió envenenada por la picadura de un áspid
Muchos historiadores creen que esto no es más que un mito. Y es que, si bien es cierto que Cleopatra se suicidó, no creen la versión extendida de que ella misma se dejara morder por esta serpiente. Y no lo creen por varios motivos: la muerte que provoca esta serpiente es lenta, dolorosa y la desfiguraría, ¿qué suicida pretendería una muerte así? Según cuentan, murió ella y otras dos sirvientas, pero el veneno que contiene el áspid solo puede acabar con una persona. Se barajan varias teorías para su muerte: la picadura de varias víboras, aunque estaríamos en un caso similar, la posibilidad de que se administrara algún tóxico y también se lo diera a sus dos esclavas.
Tampoco Cleopatra fue la Liz Taylor de la época, es otra de las grandes mentiras de la historia. En realidad, los escritos hablan de una mujer que atraía por su gran personalidad, su inteligencia o su capacidad de oratoria, y no tanto por su belleza que debía ser mundana.
Nerón no quemó Roma
Aunque así nos lo ha mostrado el cine, Nerón no quemó Roma, ni tocó la lira mientras contemplaba cómo se destruía la ciudad. Aunque sí se aprovechó la coyuntura para levantar su Domus Aurea, un magnífico palacio, en este terreno despejado ya de otros edificios. Culpabilizar al emperador del gran fuego que arrasó Roma durante 6 días y que comenzó el 19 de julio del año 64, fue obra de los políticos hostiles a Nerón. Nerón a su vez, culpabilizó a los cristianos en un intento desesperado de que se pusiera el objetivo en otro lado. Sin embargo, los rumores fueron tan convincentes que los contemporáneos del emperador y generaciones posteriores, siguieron señalando a Nerón, que hoy queda aclarado, no fue el responsable de tamaño incendio.
Ana Bolena no tenía seis dedos
Este rumor fue inventado tras su muerte por el sacerdote Nicholas Sanders que tenía un especial interés en difamar a la reina. Ningún otro contemporáneo de Ana Bolena mencionó seis dedos, algo que hubiese sido reseñable desde que fuera dama de honor de Catalina de Aragón.
Las pirámides no fueron construidas por esclavos
El cine también ha contribuido a crear una idea en nuestra mente de esclavos maltratados mientras arrastraban las pesadas piedras de las pirámides. Sin embargo, no fueron esclavos, sino trabajadores que recibían una paga los responsables de levantar estos majestuosos edificios. De hecho, tenían atención médica y algunos de ellos contaban con días libres.
Thomas Alva Edison no inventó la bombilla
No fue el responsable de este invento, lo que hizo fue comprar los planos de dos hombres, Woodward y Evans, y pagó a otras tantas personas para terminar de perfeccionarlo. En realidad, Edison fue un buen negociante.
Mentiras de la historia: Napoleón no era tan bajito
Solemos tener en mente la imagen de un pequeño emperador, no en vano se le conoce como el pequeño corso. Sin embargo, no era tan pequeña. La autopsia que se le realizó determinó que medía 1,69 cm. Si tenemos en cuenta que la estatura media de los franceses de la época era de 1,64 y la de los ingleses 1,68, resulta que incluso era alto para la época.
Salieri no fue el gran enemigo de Mozart
Si has visto la película Amadeus (1984), pensarás que Salieri era un hombre envidioso y el gran enemigo de Mozart. Nada más lejos de la realidad. La famosa Cantata K477a, hallada por Hermann en el Museo Checo de la Música de Praga, demuestra que, aunque tuvieran una rivalidad profesional, en realidad se llevaban bastante bien.
María Antonieta no dijo "¡Déjalos que coman pastel!"
En realidad, parece haber surgido de una anécdota en una autobiografía publicada por el filósofo Jean-Jacques Rosseau y con frecuencia se le atribuye erróneamente, ya que pudo incluso haber sido dicha por otra aristócrata mucho antes que ella. Probablemente los revolucionarios utilizaron esa cita para echar más leña al fuego.
Bibliografía
- Viaje por las mentiras de la Historia universal, Santiago Tarín
- Mentiras históricas comúnmente creídas, José Luis Vila-San-Juan
- 30 personas analizan las mentiras de la historia