Por qué no me puedo concentrar para leer

Técnicas sencillas para concentrarse en la lectura

Alba Caraballo - 2019-09-29 19:53:00 - Psicología

Llevas tiempo queriendo leer un libro que te apetece muchísimo pero, cada vez que abres una página, tus ojos recorren las líneas pero tu mente no está captando ningún tipo de información. Estás pensando en llevar el coche al taller, enviar un email a un amigo y comprar un nuevo ratón para el ordenador.

La dificultad de prestar atención a lo que se lee, es más frecuente de lo que parece. Te explicamos por qué no te puedes concentrar para leer y cómo puedes solucionarlo.

Por qué soy incapaz de concentrarme para leer

No me concentro para leer

Internet tiene mucha culpa de ello. Es muy difícil sentarse, abrir un libro y no distraerse cada vez que suena un mensaje o luce la pantalla. La atracción es demasiado poderosa.

Ya no solo eso, solemos leer informaciones y noticias a través de medios sociales o medios digitales, donde la información es muy compacta, es directa, suele tener un lenguaje fácil y responde rápidamente a lo que buscamos.

Cuando leemos en Internet, muchas veces omitimos información y hacemos una lectura sesgada para obtener la respuestas que buscábamos, lo demás, en muchos casos, nos sobra. ¿No te pasa? Ponte a prueba, buscas 10 consejos para adelgazar y... ¿lees todo el contenido? ¿o solo el titular de cada uno de los consejos?

Este tipo de lectura, y la costumbre que hacemos de ella, junto con el atractivo y llamativo mundo digital que no nos da descanso, hacen que la lectura de un libro, una revista o un periódico en papel sea mucho más complicada.

Nuestros cerebros se vuelven perezosos, y además, el nuevo mundo digital nos facilita tanto la tarea que nos convierte en más perezosos aun. Ya no tenemos que pensar por qué camino llegar a un destino, los mapas gps lo hacen por nosotros, no tenemos que aparcar, los coches lo hacen por nosotros, y así un largo etcétera.

Junto a Internet y todos sus usos, además conviven las cientos de tareas que tenemos e incluso nos creamos al día y que hacen que nuestros cerebros estén en constante movimiento. La multitarea, el estrés la falta de descanso o las distracciones no son los mejores compañeros si lo que buscas es concentrarte en la lectura.

Qué hacer para concentrarme cuando leo

Si tienes una lista de libros esperando para ser leída, te apetece mucho leer pero no consigues concentrarte cuando comienzas la lectura, es hora de solucionarlo. Sin embargo, leer debe ser un placer, no una obligación, por lo tanto, no has de entenderlo como una obligación, sino como una actividad divertida, amena y gustosa. ¿Cómo lograrlo?

No abandones el hábito de leer

Sigue leyendo, no repitas la frase “no puedo leer, no me concentro”, como si fuera un mantra, porque te lo creerás tanto, que te pensarás realmente incapaz de leer ese libro que tanto te apetece. Inténtalo, aparta el móvil, el ordenador y la televisión, crea una atmósfera tranquila y libre de distracciones y abre el libro. Quizás el primer día no consigas leer más de 3 páginas pero, si el libro que tienes entre manos te engancha, querrás repetir al día siguiente.

No es una obligación, es un interés

No leas porque tu vecino lee, lee porque te gusta, porque encuentras placer en la lectura. Busca ese libro que te atrape, ya sea de cocina, una biografía o una novela rosa, qué más da, lo bueno es que las páginas del libro te transporten y te llenen.

Retoma el control de tu tiempo

Tu tiempo no solo es de las tareas de casa, el gimnasio o los deberes de tus hijos, tu tiempo también es tuyo, guárdate un poco solo para ti. Tu, mejor que nadie, sabes lo valioso que es el tiempo, no lo regales.

Recarga energía

La lectura también necesita de una dosis de energía, si gastas toda la tuya a lo largo del día, de noche, exhausto y agotado, te quedará poca que dedicarle a tu libro. Controlar el suministro de energía al cerebro es esencial para mantenerla. Piensa en qué tareas, a lo largo del día, te hacen gastar energía y no te aportan nada y resérvala para poder dedicar esa batería a la lectura.

Dedica un tiempo a mejorar tu capacidad de concentración: deja la multitarea, practica meditación, descansa las horas suficientes, gestiona tu nivel de estrés y organiza tus rutinas.