¿Por qué nos sonrojamos? La vergüenza, timidez o rabia nos delata

Ponerse colorado ante una situación embarazosa, ¿por qué sucede?

Alba Caraballo - 2020-02-24 12:40:00 - Curiosidades

Si pudieras echar marcha atrás, no pronunciarías las palabras que acabas de decir. Todo la gente alrededor dirige sus miradas hacia ti, el mundo parece detenerse, un sudor frío te recorre el cuerpo mientras que en tus mejillas parece haber comenzado un incendio. Te sientes avergonzado e, involuntariamente, te acabas de poner rojo como un pimiento, es en este momento cuando no solo tú, sino el resto de la gente que tienes alrededor, es consciente de la vergüenza que sientes.

¿Qué relación tienen algunas emociones como la vergüenza, la timidez, la rabia o los nervios con el rubor en las mejillas?, ¿por qué nos sonrojamos?

Razones por las que nos sonrojamos

por qué nos ponemos colorados

Seguro que ya lo sabes pero lo corroboramos, el sonrojo y la vergüenza van de la mano. Nos sonrojamos en respuesta a una situación que nos resulta embarazosa o paralizante. Sin embargo, aquí no queda todo, entender la psicología del sonrojo ha sido estudiado por científicos y psicólogos. Esta es la respuesta respecto a la relación entre una emoción como la vergüenza y el enrojecimiento repentino de las mejillas

1. Es una forma de mostrar arrepentimiento ante un error

Se ha determinado que el sonrojo es un acto involuntario universal único y exclusivo del ser humano, ¿por qué ocurre? Ray Crozier, profesor de psicología en la Universidad de East Anglia en el Reino Unido llegó a la conclusión de que esta respuesta no es sino una evolución de los códigos sociales que los humanos hemos creado para adaptarnos a la sociedad. De esta manera, al ponernos colorados, mostramos a los demás que reconocemos nuestro error o equivocación, mientras que los que se sonrojan en situaciones incómodas, muestran que están experimentando en ese momento una sensación que prefieren evitar. 

Según Crozier, la vergüenza y el sonrojo es un acto que muestra la inteligencia emocional de las personas ya que, para poder sentir esta sensación antes has de conocer cómo se sienten los demás, es decir, ser empático ante determinadas situaciones sociales. 

La inteligencia emocional, es uno de los distintos tipos de inteligencia que citan los psicólogos y según los expertos, se desarrolla a edades tempranas, generalmente en ese momento en el que los niños comienzan en la escuela y se relacionan con otros semejantes. 

Los psicólogos han descubierto que el sonrojo ante una situación embarazosa, se desarrolla junto con la conciencia que tenemos de los demás. Por lo tanto, esto demuestra que este acto involuntario tiene un fundamente básicamente social. 

Algunos expertos creen asimismo que, en una sociedad donde el ser humano comete errores porque es inherente a su condición, el sonrojo es una forma de mostrar arrepentimiento en caso de que se haya dicho o hecho algo que ha podido molestar a otra persona. Por ejemplo, si entras en el ascensor y preguntas a tu vecina si está embarazada pero ella responde que solo ha ganado unos kilos de más, la situación puede ser de "tierra trágame". El sonrojo es una muestra pública de arrepentimiento ante unas palabras inapropiadas, es la forma en la que mostramos que lamentamos lo que hemos hecho o dicho. 

2. El sonrojo ante una situación que nos provoca ira 

Otra forma de interpretar el sonrojo es precisamente la opuesta a la que hemos visto, es decir, enrojecemos de ira o de enfado. En este caso, el rubor es la respuesta ante una situación en la que nos vemos agraviados, molestados o asaltados. Cuando públicamente alguien nos deja en evidencia, esa sensación de rabia provoca que la adrenalina se dispare haciendo enrojecer las mejillas. 

3. El sonrojo por timidez

Hay personas más predispuestas que otras al sonrojo. Las personas muy tímidas, experimentan de forma más frecuente esa sensación de aumento del latido cardíaco, respiración intensa y rubor en las mejillas. El simple hecho de tener que hablar con alguien que te impone, ver pasar al chico o chica que te gusta o tener que hablar en público desencadena esta respuesta involuntaria. 

El sonrojo es una respuesta involuntaria

El rubor en las mejillas se activa por el mismo sistema que despierta una respuesta de lucha o huida, es el sistema nervioso simpático.

Este sistema actúa de forma involuntaria, es decir, no tienes que pensar en ponerte colorado para hacerlo. Al sentir que estás en medio de una situación que te provoca nervios, timidez o vergüenza, el cuerpo libera adrenalina.

La adrenalina es una hormona que actúa como un estimulante natural y que, entre los muchos efectos que tiene sobre el cuerpo, está la aceleración cardíaca, el aumento del tamaño de las pupilas, la respiración agitada y la vasodilatación que es responsable del rubor en las mejillas.

Y es que, la adrenalina hace que los vasos sanguíneos se dilaten, de esta manera, mejora el suministro de oxígeno al cuerpo y mejora el flujo sanguíneo. Esta dilatación tiene también su reflejo en la cara, ya que las venas presentes en el rostro responden a esta señal dilatándose, así la sangre fluye más de lo normal. El resultado es una apariencia enrojecida que, puede ser solo en las mejillas o en todo el rostro. Esta es la prueba evidente, aunque quieras esconder tu emoción, que te sientes avergonzado. 

Otras razones por las que nos sonrojamos

Las emociones no son las única que disparan este reflejo involuntario de sonrojo. Hay otros motivos por los que las mejillas o la cara de una persona puede enrojecer, entre ellas beber alcohol, hacer ejercicio cardiovascular, excitarse sexualmente, sentir calor, etc. 

¿Se puede actuar contra el sonrojo?

Algunas personas sienten un miedo atroz al sonrojo, es una de esas fobias extrañas y se conoce como eritrofobia. Las personas que la padecen sienten una gran angustia ante el hecho de mostrar su vergüenza o timidez a través del sonrojo de las mejillas. Algunas de estas personas recurren a la cirugía para anular este estímulo, se conoce como simpatectomía endotorácida y consigue limitar en cierta medida el rubor.