Qué son los radicales libres y cómo influyen en el envejecimiento de la piel
Consecuencias de la proliferación de los radicales libres
¿Has escuchado hablar alguna vez sobre los radicales libres? No son un grupo de gente extremista de liberación, en realidad, son una sustancias nocivas que quizás conozcas como aceleradores del envejecimiento.
Algunos malos hábitos pueden acelerar la proliferación de los radicales libres y esto influye directamente en el envejecimiento de la piel. ¿Quieres saber más?
Qué función tienen los radicales libres
Los radicales libres o aceleradores del envejecimiento son unas sustancias que tienen una duración limitada y que resultan nocivas en grandes concentraciones.
Se trata de moléculas que conviven habitualmente con nosotros y que además necesitamos, son fundamentales en nuestro metabolismo e intervienen en procesos fisiológicos, como la ovulación y la fertilización, y en el sistema inmune ya que actúan como bactericidas, además de potenciar la función neuronal.
Pero, cuando los radicales libres se presentan en elevadas proporciones resultan dañinos y pueden intervenir en procesos como la infertilidad, la arterioesclerosis o el cáncer. Y es que, los radicales libres tienen un electrón de más (libre) por lo que resultan inestables y muy activos. Buscan de forma constante una nueva molécula a la que unirse para librarse de ese electrón de mas. Cuando lo hacen, esta nueva molécula puede salir dañada.
La proliferación de los radicales libres es un proceso común durante el envejecimiento. Este excedente impide que los tejidos se oxigenen adecuadamente y es responsable, de la degeneración de los tejidos celulares.
¿Qué hace que aumenten los radicales libres?
No solo el envejecimiento acelera el proceso de oxidación de la piel y el envejecimiento. El estilo de vida que llevamos hoy en día, el estrés, la mala alimentación, la vida sedentaria, el alcohol, el tabaco, la radiación solar y la contaminación medioambiental aumentan su capacidad nociva y además, promueven la multiplicación. de los radicales libres. Es decir, unos malos hábitos de vida aumentan el número de radicales libres quienes aceleran el proceso de envejecimiento.
Cómo actúan los radicales libres sobre la piel
Los malos hábitos de vida provoca la multiplicación de los radicales libres que pueden ser destructivos sobre la piel.
Las proteínas como el colágeno y la elastina y los lípidos de la membrana celular se pueden dañar y provocar daños en la piel como:
- Envejecimiento prematuro de la piel.
- Proliferación de arrugas.
- Pérdida de elasticidad y colágeno en la piel.
- Manchas en la dermis.
- Deshidratación de la piel.
- Aumento del tejido graso.
El proceso de envejecimiento
Es algo que a día de hoy resulta inevitable e irreversible: el cuerpo humano envejece. Estamos programados para vivir un cierto número de años que, a pesar de haberse prolongado en las últimas décadas, no es posible todavía detener el proceso de senectud.
La vejez no es una enfermedad, es otra etapa de la vida que nos expone a padecer una serie de afecciones propias de la degeneración del cuerpo. La posibilidad de padecerlas será proporcional a los riesgos que hayas corrido en tu vida. Es decir, en ocasiones se pagan los excesos del pasado. Aunque, como en todo, hay excepciones que confirman la regla.
Al cumplir una cierta edad, se entra en un período en el que la debilidad física y los trastornos son más frecuentes. Nacemos de la unión de un espermatozoide y un óvulo que dan lugar a una primera célula, ésta se divide sin cesar hasta dar lugar a un embrión, después a un feto y así sucesivamente hasta que la división celular llega a un número predeterminado. A partir de entonces, están condenadas a morir.
De esta forma la piel pierde elasticidad, el pelo se vuelve cano, los huesos y articulaciones sufren, la nariz crece, los lóbulos de las oreja se alargan, crece pelo donde antes no había y se cae en algunas zonas del cuerpo, perdemos estatura, la capacidad neurológica se resiente, etc.
Cómo evitar la proliferación de los radicales libres
Nuestro cuerpo, una máquina casi perfecta, tiene la capacidad y el sistema defensivo necesario para neutralizar a los radicales libres. Los antioxidantes son moléculas capaces de inhibir la oxidación que causan los radicales libres.
Por lo tanto para contrarrestar la acción de los radicales libres y frenar el proceso de envejecimiento prematuro, el cuerpo se puede beneficiar de estos antioxidantes presentes en vitaminas como la A, C y E, cuyo consumo ha de aumentarse con la edad, pero siempre en una dosis razonable. Los complementos vitamínicos en dosis masivas pueden ser nocivos.
Antioxidantes para prevenir el envejecimiento de la piel
No podemos acabar con los radicales libres, como hemos visto, los necesitamos para ciertas funciones fisiológicas importantes, pero sí debemos evitar su proliferación para prevenir el envejecimiento de la piel, ¿cómo?
Vitamina E: la encontrarás en alimentos como trigo, maíz, soja, almendras y semillas de girasol. Además, muchas cremas cosméticas son ricas en vitamina E, un poderoso antioxidante que evita que los radicales libres se unan a las moléculas sanas.
Vitamina A y C: son perfectas para luchar contra la oxidación de la piel. Los lácteos y muchas verduras contienen vitamina A, y encontrarás una buena fuente de vitamina C en los cítricos y las fresas. Asimismo, muchos productos cosméticos como cremas y sérums están enriquecidos con estas vitaminas ya que, en muchas ocasiones, no se obtiene el nivel adecuado solo con la dieta.
Evita la excesiva exposición al sol, uno de los principales causantes del envejecimiento de la piel, de las manchas y las arrugas.
Acaba con el estrés: el estrés es uno de los grandes males de nuestra era, no solo afecta al envejecimiento prematuro, sino que además es el detonante de muchas enfermedades.
Evita los malos hábitos: no fumes, ni bebas en exceso. No solo evitarás así otras enfermedades graves como el cáncer o la hepatopatía, sino que además mantendrás tu cuerpo y tu piel más jóvenes por más tiempo.