Cómo cuidar la glándula tiroides y favorecer su buen funcionamiento
Qué es y para qué sirve la tiroides
La glándula tiroides está situada en la parte anterior del cuello y, aunque trabaja de forma silenciosa y no se hace notar generalmente, también necesita de cuidados para que pueda funcionar correctamente. Conoce para qué sirve esta glándula y cómo cuidar la tiroides para gozar de buena salud.
Qué es la tiroides y para qué sirve
La tiroides es una glándula que se encuentra en la parte baja y frontal del cuello, ante la tráquea. Tiene forma de mariposa y consta de dos lóbulos laterales conectados por un puente. Es de color rojizo y está llena de vasos sanguíneos. Si tu tiroides tiene un tamaño normal, ni la notarás.
La glándula tiroides secreta hormonas llamadas hormonas tiroideas que actúan en todo el cuerpo e influyen en nuestro organismo. En concreto, influyen en el metabolismo de las células. De esta manera, si se secretan muchas hormonas, las células trabajarán más rápido y sufrirás de hipertiroidismo y, si se secretan pocas hormonas, las células se vuelven lentas y se sufre de hipotiroidismo.
Cuáles son las principales enfermedades de la tiroides
Cuando la glándula tiroides no funciona correctamente, se pueden padecer estas enfermedades:
Bocio: La glándula tiroides aumenta de tamaño. Es fácilmente apreciable ya que aparece un bulto en el cuello. Suele ir acompañada de hipotiroidismo o hipertiroidismo y puede estar causada por una deficiencia de yodo en la alimentación.
Hipertiroidismo: La glándula tiroides produce demasiadas hormonas, en la mayor parte de casos (el 75%) la causa está en la enfermedad de Graves, de origen hereditario. Los síntomas más frecuentes son nerviosismo, caída del cabello, ojos saltones, taquicardia o temblores. Suele afectar en mayor medida a mujeres entre los 40 y 50 años.
Hipotiroidismo: la glándula tiroides no produce la cantidad suficiente de hormonas. Suele manifestarse por un aumento inexplicable de peso, cansancio y fatiga, aumento del nivel de colesterol o sensación de tristeza y depresión. Suele ser más frecuente en mujeres a partir de los 55 años.
Cáncer de tiroides: puede manifestarse con un bulto en el tiroides que generalmente no cursa con dolor. Una prueba diagnóstica en el hospital determinará si el nódulo es benigno o maligno. El tratamiento en estos casos se inicia con una cirugía para extirpar el nódulo y, en caso de necesitar, se aplicará un tratamiento radiológico.
Tiroiditis de Hashimoto: la tiroides se inflama por un problema autoinmunitario. Se manifiesta inicialmente con un bocio de crecimiento lento e hipotiroidismo pero se pueden alternar fases de hipertiroidismo.
Tiroiditis de Quervain: una infección viral es el causante de una inflamación de la tiroides. Suele cursar con síntomas gripales, dolor en el cuello e hipertiroidismo. Esta dolencia suele desaparecer en unas semanas sin tratamiento.
Consejos para cuidar la tiroides y favorecer su buen funcionamiento
Para mantener la salud de la glándula tiroides puedes llevar a cabo estos sencillos consejos:
Alimentación para cuidar la glándula tiroides
Uno de los causantes de problemas con la tiroides es una alimentación pobre en yodo. El yodo se encuentra en la superficie de la tierra y de ahí se transfiere a los vegetales que se cultivan. Por lo tanto, si el cultivo de ellos se realiza en tierras pobres en yodo, corres el riesgo de tomar alimentos bajos en este mineral.
El yodo que necesita nuestro organismo lo obtenemos a través de la alimentación y, para que funcione de forma óptima, la tiroides necesita 150 microgramos al día, 250 microgramos en mujeres embarazadas. La forma más fácil de obtener yodo es tomar unos 2 o 3 gramos de sal yoda al día.
Además, hay alimentos ricos en yodo como las algas, el pescado o el kelp, y, en general, los alimentos que proceden del mar. También puedes encontrar en tu supermercado alimentos enriquecidos con este mineral. Los alimentos que favorecen la absorción del yodo en el organismo son aquellos ricos en vitamina A y E, mientras que la col, el brócoli u otras verduras crucíferas reducen la absorción del yodo en el organismo.
Evita las radiaciones
Un factor de riesgo para el cáncer de tiroides supone recibir, especialmente durante la infancia, radiaciones ionizadas que pueden proceder de la lluvia radiactiva (como la que ocurrió en Chernóbil después del accidente nuclear de 1986), el exceso de realización de radiografías con rayos X o la radioterapia aplicada a otro tipo de cáncer sin proteger la zona del tiroides.
Evita el tabaco para proteger a la tiroides
Según los estudios el consumo de tabaco favorece la aparición de hipertiroidismo, más aun en personas que, genéticamente, están predispuestas a padecerlo. Por lo tanto, si es tu caso, por tu salud general y la de tu tiroides abandona el hábito.
Algunos medicamentos pueden alterar la tiroides
Determinados fármacos tienen un efecto secundario sobre la tiroides como las sales de litio (se usan para el tratamiento del trastorno bipolar), la Amiodarona (utilizado para las arritmias cardíacas) o el Interferón (medicamentos usados para el tratamiento de la hepatitis, esclerosis múltiple o algunos tipos de cáncer).