Cómo lidiar con un jefe muy controlador

Cómo detectar a un jefe controlador y qué hacer para sobrevivir a los fanáticos del control

Alba Caraballo - 2018-09-28 12:31:00 - Trabajo

Si tu jefe o jefa son auténticos fanáticos del control es posible que estés amargado y deseando encontrar otro trabajo donde te dejen más espacio y tengan más confianza en ti.

Si tu jefe controla el tiempo que estás en el baño, vigila exhaustivamente el tiempo que empleas en comer, te prohibe hablar con los demás y supervisa estrechamente cada cosas que haces, no te queda otra salida que o buscar otro trabajo o aprender a lidiar con un jefe muy controlador.

Cómo detectar a un jefe muy controlador

 Tener un jefe controlador

Es posible que seas un buen trabajador, obtengas buenos resultados en aquello que haces, seas leal y de confianza, sin embargo, tu jefe se encuentra al acecho de forma constante. Estas son las características que poseen los jefes muy controladores:

- Te pide informes diarios del rendimiento de tu trabajo y, al final de cada mes o cada trimestre, quiere otro informe más pormenorizado.

- Te marcó un mínimo de trabajo que hacer y, desde entonces no ha hecho más que colocarte tareas y más tareas que además, has de hacer sin rechistar y aportando informes sobre ellas.

- Compara el trabajo que has hecho este mes con el del mes anterior o el mismo mes del año pasado. Como se te ocurra hacer menos, tienes una llamada al despacho con tirón de orejas incluído.

- Mira el reloj cada vez que entras por la mañana y, si se te ocurre llegar 2 minutos tarde, te llama al despacho para recordarte que tu hora de entrada no son las 9.02 sino las 9.00.

- Está al tanto de las veces que has ido al baño e incluso es capaz de seguirte si piensa que estás tardando demasiado.

- Tienes una cámara en el lugar de trabajo apuntando a los puestos de trabajo para poder controlarte aunque dice que es por seguridad.

- Es autoritario y deja poco espacio a la opinión de los demás, puede que en alguna ocasión te escuche, pero se terminan haciendo las cosas como él o ella las pide. Te hace sentir como una marioneta.

- Sientes que no puedes mostrar lo que realmente llevas dentro porque no hay espacio para salirse del plan de ruta que marca.

Cómo sobrevivir a un jefe fanático del control

Por desgracia, los jefes y jefas que tienen una obsesión por controlar a sus subordinados están por todas partes. Puede que incluso tengan éxito profesional y estén bien considerados fuera de su empresa, mientras que dentro sus trabajadores no les soportan y, aprovechan cualquier hueco para criticarles.

Y es que, trabajar en un ambiente en el que se supervisa cada uno de los movimientos de los trabajadores acaba con la creatividad, la pasión y la ilusión. Si te gusta tu empleo pero no quieres verte atrapado en las redes de un jefe muy controlador, puedes poner en práctica estos consejos:

No sufras en silencio, intenta llegar a un acuerdo con tu jefe

Lo más posible, aunque no lo creas, es que tu jefe no tenga ni la más mínima idea de cuán controlador puede llegar a ser. Su estilo de gestión no es el más apropiado pero… ¿alguien se lo ha hecho ver alguna vez? Quizás haya llegado la hora de parar de protestar en silencio y tener una charla productiva, civilizada e inteligente con tu jefe. No le vas a hacer cambiar de la noche a la mañana pero, poco a poco, puedes ir sentando las bases para que tu jefe retroceda un poco y te deje más espacio. Pídele que te dé un tiempo de prueba en el que te deje gestionar a tí solo un pequeño apartado, y después muéstrale los resultados.

Piensa si actúa así solo contigo o es un comportamiento general con los demás.

Si lo hace solo contigo, puedes de nuevo tener una charla para revisar en qué punto perdió la confianza hacia tí y por qué ocurrió. Si es hacia toda la empresa, puedes sentarte y preguntarle qué espera de la empresa en este ejercicio, hasta dónde quiere llegar, qué objetivos son los esperados. Quizás te lleves la sorpresa de que él o ella, por su parte, también tiene a otro jefe controlador al que tiene que rendir cuentas. En este caso, la empatía será fundamental para reconducir la situación. Muéstrate como su aliado y hazle ver que la productividad y la ilusión sería mayor con un margen de espacio y confianza.

Si se pasa el día preguntando qué estás haciendo y cómo va todo, puedes proponerle una reunión a primera hora para darle un informe y así poderte centrar el resto del día en el trabajo per sé. Intenta ser proactivo y hacer informes de rendimiento antes de que le entren los instintos controladores. Lleva tu el mando y deja que sienta que puede dejar el trabajo en tus manos porque lo vas a hacer bien, y además vas a reportarle el estado de la situación. Con el tiempo, incluso podrías ir espaciando los informes para no sentirte tan controlado.

No luches abiertamente con un jefe controlador

Si te revelas y te muestras como el rebelde de grupo, la situación puede empeorar aun más para ti. Intenta ganar pequeñas batallas pero una guerra abierta y sin cuartel no te beneficia. Acepta todas las normas de tu jefe que puedas e intenta ganar espacio en pequeñas acciones que te permitan ganarte su confianza.

Analízate a ti mismo antes de criticar a tu jefe

Haz autocrítica y piensa que quizás hayas cometido algunos errores que, a vista de tu jefe son imperdonables y por ello te somete a un mayor control. ¿No has entregado a tiempo algunos informes?, ¿has cometido fallos que ha afectado a la empresa? Si es así, acércate a tu jefe y ponte a su disposición para aprender más y mejor.

Ponle fin si la situación se acompaña de acoso laboral

No dejes pasar ni un solo menosprecio, insulto o mentira hacia tu trabajo. En esos casos, ha llegado la hora de hablar seriamente con tu jefe y ponerte firme. Hacerte respetar por él será fundamental para poder continuar una relación laboral, si no es posible y el clima es insostenible, piensa que antes está tu salud y tu dignidad. Quizás llegó la hora de partir.