Cómo lidiar con el estrés en la oficina para no ahogarte en el trabajo
Estrés laboral: qué es, consecuencias y cómo prevenirlo
El estrés es uno de los males de nuestro tiempo. Y, uno de los lugares en los que padecemos más estrés es en el entorno laboral, tanto es así que varios estudios afirman que un elevado porcentaje de trabajadores están extremadamente estresados en el trabajo. Si es tu caso, es hora de empezar a cambiarlo, por el bien de tu salud psicológica y física. Así es cómo puedes lidiar con el estrés en la oficina.
Qué es el estrés laboral
No toda situación de mucho trabajo en la oficina causa estrés a sus trabajadores. Se entiende que un trabajador puede padecer estrés en la oficina o en su puesto de trabajo:
- Cuando se le presiona y exige por encima de su capacidad o incluso cuando lo que se le pide está muy por debajo de lo que es capaz de hacer.
- Si se le pide realizar tareas para las que no está preparado.
- En situaciones en las que no se siente apoyado o respetado por sus compañeros y superiores.
- Cuando no tiene un control sobre el trabajo que realiza o la forma en la que lo realiza y se siente manejado.
- Al exigirle tareas que pueden poner en riesgo su salud o tareas que le resultan desagradables.
- Cuando no existe una buena distribución y organización del trabajo.
- Si el entorno es tóxico y se trata al trabajador con poco respeto.
Las consecuencias de sufrir estrés laboral
El estrés laboral no solo es perjudicial para el trabajador que lo padece, sin también para la propia empresa. Y es que, un trabajador que sufra estrés en la oficina estará menos motivado, más cansado, será menos productivo e incluso sufrirá de más enfermedades, desde las más comunes como resfriados, a las más graves, como las cardíacas.
Estrategias para lidiar con el estrés en la oficina
Define bien tu trabajo y tus responsabilidades: una de las causas que contribuye a provocar angustia y estrés en los trabajadores es el enfrentarse a requisitos poco claros. Muchas veces sabes bien lo que los superiores esperan de ti, no sabes si lo que haces está bien o mal o si es mucho o poco. Cuanto mejor conozcas tu puesto de trabajo, mejor podrás afrontarlo. No temas en establecer líneas y puntos bien definidos con tus jefes y revisarlos cada cierto tiempo.
Organiza tu trabajo: aunque seas una persona desorganizada, ordenar las prioridades en el trabajo es fundamental para poder rendir cuentas ante tus superiores y mantener tu trabajo al día. La procrastinación se lleva mal en un en el entorno laboral ya que al final te presionarán al no ver las tareas realizadas.
Crea un entorno cómodo: puede parecerte menos importante, pero que el lugar donde trabajas sea cómodo y acogedor es indispensable. Si pasas muchas horas sentado en una silla, en un lugar con mucho ruído o en el que hace mucho frío, tu jornada laboral se te hará cuesta arriba. Si tus superiores no te proporcionan un entorno más cómodo, invierte tú en él, ya que estarás invirtiendo en salud.
Evita los conflictos: en una oficina, donde se convive muchas horas, es fácil que surjan malentendidos o diferencias. Escapar del conflicto entre compañeros, de los chismes y corrillos te ayudará a no intoxicarte del mal humor o las opiniones de los demás. Recuerda que son compañeros de trabajo y jefes, no amigos, evita compartir demasiada información personal y opiniones sobre política o religión. Y, sobre todo, evita a aquellos que no trabajan bien con los demás, de lo contrario te verás absorbido por su negatividad.
Aparca la multitarea: los psicólogos nos alertan contra ella ya que es una gran causante de nuestro estrés. Termina una llamada para enviar un email, y después redacta esa nota que has de enviar. Una cosa, en cada momento.
Sal de la oficina: si dispones de tiempo para almorzar, sal de la oficina y camina un rato. Despeja tu mente, disfruta de la caminata y oxigénate.