Mito griego de Apolo y Dafne: resumen y significado

¿Qué sucede cuando el dios de la música y la poesía se enamora de una ninfa que juró proteger su castidad? Este es el mito griego de Apolo y Dafne, un relato antiguo del que se extrae una moraleja o enseñanza y, como en otros mitos griegos, la maldad tiene su castigo.

La fuente más antigua de este famoso mito es Partenio, un poeta griego que vivió durante el siglo I a. C. Aunque el más conocido relato de esta tragedia lo recoge el poeta romano Ovidio en su Metamorfosis, una colección de fábulas griegas escritas en el año 8 d.C.

Si te interesa la mitología, no te pierdas este resumen del mito griego de Apolo y Dafne; y además, analizamos su significado. 

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Resumen del mito de Apolo y Dafne 

Apolo era el dios de la poesía y la música. Conoció a Dafne tras haber dado muerte a la serpiente Pitón, un monstruo que mataba indiscriminadamente a vacas, ovejas, pastores y niños en busca de su carne. Tras aquel logro Apolo se volvió un poco orgulloso. Se pasaba el día presumiendo de su valentía y su destreza como arquero al haber acribillado a la bestia con una lluvia de flechas. 

A medida que se volvía más vanidoso, empezó a despreciar a los demás, a quienes consideraba inferiores. Tanto es así que un día se cruzó con Eros, el dios del amor que tenía forma de niño y que lanzaba flechas al corazón de la gente con la que despertaba su pasión. Al ver su arco Apolo se rió de él, le pareció pequeño e inofensivo. Pero Eros enfadado le dijo que se andara con cuidado y porque quizás, algún día, tendría que pagar por sus burlas. 

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Apolo siguió riéndose y presumiendo de su arco, con el que había matado a grandes bestias. Eros se defendió diciendo que quizás no hubiera matado a nadie, pero el poder de su arco, había llevado a reyes a librar guerras cruentas en pos del amor, a poetas a escribir los versos más bellos y a enloquecer a las almas más duras. 

Sin embargo, Apolo siguió burlándose del muchacho que juró vengarse y, lo hizo utilizando su mejor arma: el amor. Aquel mismo día lanzó dos flechas desde el aire, una de oro y otra de hierro.

La de oro, con punta de diamante, podía enamorar a la gente; la de hierro, con punta de plomo, provocaba el rechazo absoluto del amor. La flecha de oro la disparó contra el corazón de Apolo, y la de hierro contra el pecho de Dafne, una de las ninfas más hermosas de Tesalia. Ninguno se dio cuenta de que les había tocado la flecha, pero la vida de Apolo cambió por completo.

Apolo, no se había fijado en Dafne hasta aquel momento, era una ninfa más, pero desde que le tocó la flecha, no pudo sacársela de su cabeza. Pasaba día y noche pensando en ella, contemplándola y soñando con ella. Pero Dafne no quería saber nada de Apolo y huía cada vez que le veía, le resultaba molesto. 

Sin embargo, Apolo no perdió la esperanza, se moría por abrazarla y por besarla. Y, fue entonces cuando Dafne se asustó, pensó que Apolo era capaz de cualquier cosa para llegar hasta ella, y huyó hacia el bosque. Apolo salió corriendo tras ella gritándole que no quería hacerle daño, pero Dafne, muerta de miedo corría tan aprisa que se arañaba con las zarzas y se clavaba los guijarros del suelo. 

Dafne se acercaba a las orillas del río Peneo. Peneo era su padre y, como todos los ríos, tenía poderes divinos, como prever el futuro y transformar a las personas en bestias. Estaba enfadado con ella porque había decidido mantenerse virgen y no darle hijos, pero se apiadará de ella.

La ninfa sintió que Apolo iba a agarrarla y desesperada pidió ayuda a Peneo. De pronto, su cuerpo se volvió rígido y se empezó a cubrir con una costra, sus brazos se convirtieron en ramas, y su larga cabellera en una copa de espesas hojas. De sus pies salieron raíces que se hundieron en la tierra y su rostro, quedó convertido en una dura corteza. Peneo pensó que para salvarla debía convertirla en un laurel, el primero que existió en el mundo. 

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Apolo lloró desesperado, Dafne nunca podría corresponderle. Desde aquel día Apolo decidió convertir aquel árbol en símbolo de gloria y dispuso que sus hojas sirvieran para honrar a los grandes poetas y a los generales tras las victorias en la guerra.

Y así termina Ovidio su relato: 

"Ya que no puedes ser mi novia, ¡debes ser mi árbol! Laurel, contigo mi cabellera será coronada, contigo mi lira, contigo mi aljaba. Irás con los generales romanos cuando voces alegres aclamen su triunfo, y el Capitolio sea testigo de sus largas procesiones. Te pararás fuera de los postes de la puerta de Augusto, un guardián fiel, y vigilarás la corona de roble entre ellos. Y así como mi cabeza con su cabello sin cortar es siempre joven, así también tú lucirás la belleza de las hojas imperecederas".

Explicación del mito de Apolo y Dafne

El mito de Dafne da explicación a la costumbre antigua de premiar con una corona de laurel a los soldados, a los poetas o a los atletas. De hecho, Dafne en griego significa laurel.

Pero, el tema principal de este mito griego es el castigo y la venganza, dos constantes en la mitología griega en la que los dioses se presentan como criaturas implacables cuando se les desafía. Son figuras que se presentan con las virtudes y defectos de los hombres, son compasivos, pero también crueles, son egoístas y generosos, son amables e irascibles, valientes y soberbios... Esto se muestra en las figuras de Apolo y Eros. Apolo es valeroso, pero también soberbio y vanidoso, estos defectos levantan la ira de Eros que decide vengarse.

Apolo asimismo se presenta como un dios impulsivo, se deja llevar por los sentimientos y no reflexiona sobre sus actos. Por ello, en la mitología griega sufrirá la gran frustración de no ser correspondido en el amor, y además, lo perderá para siempre. En este sentido se cumple el dicho de que el amor tiene dos caras, puede llenar de felicidad a las personas, pero también puede llevar hacia la desgracia. 

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Esta historia forma parte de lo que se conoce como mitos morales, ya que la historia trata de transmitir una moraleja o enseñanza. En este caso, que el valor hace a los hombres triunfar en sus empresas, mientras que la maldad hacia los demás, en este caso presumir y burlarse de Eros, solo conduce a un camino sufrir las consecuencias de los malos actos. En otros muchos mitos griegos sucede lo mismo, el inocente vence y se salva de todos los peligros que encuentra en su camino. Por el contrario, los malvados perecen o sufren el más severo castigo. Es lo que le ocurre a Apolo quien sufrirá del amor no correspondido de una forma cruel.

Es una historia sobre el poder del amor, el poder de Eros, que puede incluso cegar a uno de los más poderoso de los dioses griegos: Apolo.

Por su parte, Dafne representa la inmadurez, una mujer a la que le falta el coraje para enfrentarse a Apolo y que echa a correr como forma de solucionar sus problemas. 

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Bibliografía

• Mitología griega, Ediciones Michael Toubis, Sofia Souli
• Mitos griegos, editorial Vicens Vives, Maria Angelidou
• Los mitos griegos, editorial Ariel, Robert Graves
• La enciclopedia de la mitología griega, editorial Libsa, Guus Houtzager