Qué significa el mito de Prometeo: resumen y explicación fácil
Prometeo, el mito griego del ladrón del fuego
El mito de Prometeo nos llega gracias a los relatos del poeta griego Hesíodo. Él mismo, recogió dos leyendas en torno a uno de los titanes más conocidos de la mitología griega.
Prometeo fue un titán adorado por los antiguos griegos, principalmente por los alfareros quienes necesitaban el fuego en sus hornos, y es que, Prometeo es el portador del fuego. Lo encontramos por primera vez en el arte griego en un marfil del siglo VII a.C., concretamente en Esparta. El poeta Esquilo también recoge la tragedia de Prometeo en su obra Prometeo encadenado.
Muchos años después, en 1818, la escritora Mary Shelley escribió su gran novela: The Modern Prometheus. Su protagonista, Victor Frankenstein, es una versión moderna Prometeo, que jugó a ser Dios creando una nueva vida en su laboratorio, como hiciera Prometeo, que robó el fuego a los dioses para devolvérselo a los humanos.
¿Quieres saber más? No te pierdas esta versión corta del mito de Prometeo y la interpretación que se suele hacer de su significado.
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Cuál es el mito de Prometeo
Al principio de los tiempos, los dioses establecieron su hogar en la cima del monte Olimpo; mientras tanto, los hombres vivían en la Tierra. Todo iba bien hasta que un día, los hombres comenzaron a discutir por el alimento. Habían cazado un buey y no se ponían de acuerdo sobre qué parte entregar a los dioses y cuál quedarse ellos. La discusión duró muchísimo tiempo, pero Zeus propuso que fuese Prometeo quien dirimiera la cuestión.
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Prometeo pertenecía a la raza de los titanes, ellos habían sido engendrados antes incluso que los dioses. Este titán, Prometeo era conocido por su sabiduría. Podía prever el futuro y dominaba la medicina, las matemáticas, la poesía, la música...
Cuando Prometeo se enfrentó ante esta cuestión, barajó distintas ideas:
- Si los hombres han criado al buey, es justo que se queden con la mejor parte.
- Pero los dioses son egoístas y no aceptarán este trato.
- Los dioses no necesitan la carne, ellos beben néctar y ambrosía todo el día; pero los hombres la necesitan para sobrevivir.
Prometeo anduvo ensimismado en estos pensamientos intentando encontrar la fórmula más justa para los hombres y que además no enojara a los dioses. Por fin, dio con la solución.
Prometeo despellejó al buey, lo descuartizó y lo dividió en dos grandes montones. Después, llamó a Zeus y le dijo que escogiera el montón que prefiriera. Sin embargo le recordó que escogiera bien, ya que, a partir de ese momento, todos los animales que se sacrificaran, había de dividirse de la misma forma que ese buey.
Zeus no dudó mucho, un montón parecía gris y poco apetitoso, otro parecía brillante y tenía muy buen aspecto. Escogió el montón brillante. Sin embargo, Hermes, hijo de Zeus, le recordó que no se precipitara, pensó que había algo extraño en el reparto y se dio cuenta que Prometeo escondía algo. Zeus se reafirmó y escogió el montón brillante.
En seguida, se dio cuenta de su error. Prometeo había puesto en un montón la carne y las vísceras y luego había tapado todo con el estómago del buey, una parte poco apetecible; el otro montón estaba lleno de huesos y tendones, pero estaba cubierta con la grasa del animal, por lo que parecía más apetitoso.
Zeus entró en cólera y prometió vengarse de Prometeo: "Desde ahora, los dioses nos conformaremos con la piel y los huesos de los animales, pero los hombres, tendrán que comerse la carne cruda", dijo Zeus, y acto seguido les robó el fuego para que no pudieran cocinar.
La vida en la tierra se complicó mucho, los hombres pasaban frío, no podían alumbrarse de noche y comían alimentos crudos.
Prometeo se sintió responsable y partió hacia el monte Olimpo. Una vez allí, acercó una astilla al fuego que Zeus había robado y la guardó en una cáscara de nuez. De regreso a la Tierra, con aquella astilla prendió una antorcha que regaló a los hombres para que se calentaran de nuevo.
Zeus, enfurecido, se vengó doblemente: envió a los hombres una mujer llamada Pandora que les traería muchos problemas y después, encadenó a Prometeo a una de las montañas del Cáucaso. Cada mañana, Zeus enviaba un águila para que le comiera el hígado a Prometeo, y cada noche, el hígado se regeneraba de nuevo para que, a la mañana siguiente el águila se lo volviera a comer. Su vida fue un infierno desde entonces, pero había cometido un error muy grave en aquellos tiempos: había engañado a los dioses.
Qué ocurrió con Prometeo
A diferencia de Sísifo, que se vio obligado a subir una piedra por una montaña empinada para después dejarla caer y volver a empezar, por toda la eternidad, Prometeo tuvo una salida a su infierno particular.
Aunque permaneció en aquel lugar durante mucho tiempo, viviendo una y otra vez el mismo padecimiento, Quirón se compadeció de Prometeo, lo que finalmente le permitió ser libre. Sin embargo, en otras versiones, fue Heracles quién liberó a Prometeo.
Sea Quirón o Heracles, salvaron a Prometeo de aquella tortura y lo liberaron de la montaña. A partir de ese momento Prometeo tuvo que llevar un anillo con una piedra del Cáucaso, para que Zeus pudiera jactarse de que Prometeo seguía atado a la piedra.
Cuál es el significado del mito de Prometeo
La historia de Prometeo es bien conocida porque explica cómo la humanidad llegó a poseer el fuego, lo que le permitió crear civilizaciones. Es el portador del fuego, y también es el ser que enseña a los hombres a usar los recursos naturales para poder seguir viviendo. Pone de relevancia que el ser humano es imperfecto, ya que para poder sobrevivir tenemos que servirnos de nuestro entorno. Solo aquellos que trabajan, pueden realizarse y sobrevivir.
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El papel que representa Prometeo en este mito es el de un rebelde que trata de engañar a los dioses para ayudar a los hombres, se rebela contra las decisiones de Zeus para imponer su propio criterio. Prometeo, por lo tanto, simboliza la autodeterminación en la vida social, política e intelectual. Representa la idea de la defensa de la creencia en unas ideas, pese a que ello te lleve a vivir situaciones difíciles.
Asimismo, la mitología griega nos presenta a Prometeo como el portador del fuego para los mortales, pero además no solo es quién les brinda la posibilidad de calentarse o comer alimentos cocinados, también es la persona que les ayuda a preservar este bien tan necesario. Por lo tanto, Prometeo es esencial para la raza humana y su supervivencia.
Este antiguo mito griego trata de enseñar a los hombres de aquel tiempo que, desobedecer a los dioses tiene consecuencias. Estas consecuencias pueden perseguirles cada día de sus vidas. Por lo tanto, trataba de aleccionar a los griegos para que siguieran las reglas.
Resumen, ¿qué nos transmite el mito de Prometeo?
El mito intenta explicar a los antiguos griegos por qué el hombre posee el fuego.
Prometeo representa la figura del rebelde, el embaucador y la autodeterminación.
Los dioses griegos eran misericordiosos ante la fuerza y al valentía, pero implacables, vengativos y crueles si se les intenta engañar.
Los actos tienen consecuencias, la consecuencia para Prometeo fue condenarle a una vida terrible, expuesta cada día al castigo de que parte de su ser fuera devorado por un águila.
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Bibliografía
- Mitología griega, Ediciones Michael Toubis, Sofia Souli
- Mitos griegos, editorial Vicens Vives, Maria Angelidou
- Los mitos griegos, editorial Ariel, Robert Graves
- La enciclopedia de la mitología griega, editorial Libsa, Guus Houtzager