Mito de Ícaro: resumen y significado

Ícaro, mito griego del joven que se atrevió a volar cerca del sol

Alba Caraballo - 2022-04-28 16:57:00 - Educación

Ícaro, hijo de Dédalo, se atrevió a volar demasiado alto y esta decisión tuvo unas consecuencias devastadoras. ¿Cómo logró volar Ícaro?, ¿por qué decidió volar cerca del sol?, ¿qué le ocurrió y qué nos enseña este mito?

Hemos preparado un resumen del mito de Ícaro y Dédalo para que puedas conocer mejor este relato de los antiguos griegos y además, te explicamos qué significado tiene y por qué se habla del complejo de Ícaro en psicología.

Ver también: Test sobre mitología griega, ¿cuánto sabes?

Resumen del mito de Ícaro y Dédalo 

¿Cuál es el mito de Ícaro y Dédalo?

Este mito griego comienza cuando Teseo mata al minotauro y escapa del laberinto llevándose a Ariadna. Minos, rey de Creta, acudió enfurecido a Dédalo, quien había sido el arquitecto de un edificio del que nadie podría haber escapado nunca.

Ver también: Mito de Teseo y el laberinto del Minotauro

Minos decidió encerrar a Dédalo junto a su hijo Ícaro en su propio laberinto y puso a dos guardianes vigilando la salida para que, si lograba escapar, le cortaran la cabeza.

Dédalo quedó tan abatido que durante días no pudo pensar en otra cosa que su querido hijo no podría salir jamás de aquel edificio infernal. Sin embargo, comenzó a dejar atrás la tristeza para poder idear un plan que liberara a Ícaro de aquel castigo. Después de unos meses, a Dédalo se le ocurrió una gran idea: 

-¡Saldremos de aquí como los pájaros!

Ícaro pensó que su padre había perdido el juicio, puesto que los hombres no podían volar. Sin embargo, Dédalo sabía lo que tenía que hacer y no dudó un momento.

Durante el tiempo en que el laberinto llevaba en pie, había crecido la hierba en los pasillos, las abejas habían construido panales, se habían acumulado ramas y restos en rincones... Todo ello le serviría a Dédalo para llevar a cabo su plan. 

Ver también: Cuáles eran los 12 dioses del Olimpo 

Trabajó duro durante todo un día y al día siguiente enseñó a su hijo las alas que había construido. Estaban formadas por cañas, estaban unidas con cera y forradas con plumas.

Dédalo e Ícaro se ataron las alas con cuerdas y, tras un rato ensayando cómo usarlas, decidieron que había llegado el momento de huir.  Pero ante, Dédalo advirtió a su hijo que no debía volar muy bajo, porque al llegar al mar, las olas mojarían las alas y caerían al mar. Pero tampoco debería volar muy alto, porque si se acercara al sol, el calor derretiría la cera que unía las alas y se desharían. 

Ícaro entendió las órdenes y decidieron comenzar su vuelo. Batieron las alas con rapidez y se elevaron sobre el laberinto, poco a poco, escaparon de Creta y volaron hacia el norte donde podrían comenzar una nueva vida. Desde el cielo, pudieron contemplar la belleza de la tierra y del mar. 

De pronto, Ícaro llevado por la alegría de sentirse como un pájaro, comenzó a volar cada vez más y más alto. Dédalo en cambio, volaba prudente pensando en lo que haría en su nueva vida y qué proyectos llevaría a cabo. Cuando volvió de sus pensamientos, se dio cuenta que Ícaro no estaba a su lado. Lo buscó por todas partes, pero no logró encontrarlo hasta que, descubrió a su hijo flotando sobre el agua, inmóvil. 

A su lado flotaban unas cuantas cañas y plumas. Dédalo comprendió con horror lo que había pasado: su hijo, joven, arrogante y confiado, había querido volar más alto que los pájaros y el sol había castigado su soberbia derritiendo sus alas para que se ahogara en el mar.

Ver también: ¿Conoces el mito de Pandora?

¿Qué ocurrió con Dédalo?

Dédalo consiguió llegar a Sicilia y, una vez allí, trabajó para el rey Cócalo, quien le mandó construir un templo dedicado a Apolo. En aquel lugar, Dédalo colgó sus alas como ofrenda.

Mientras, Minos que había descubierto la huida de Dédalo e Ícaro, intentaba encontrarle a través de una prueba que imponía a distintos personajes de la mitología griega: debían enhebrar un hilo a través de una caracola espiral. Cuando Minos invitó al rey Cócalo a realizar la prueba, este pidió ayuda al ingenioso Dédalo.

A Dédalo se le ocurrió atar el hilo a una hormiga quien recorrió el interior de la caracola, previamente untada con miel, y así consiguió solucionar el acertijo. Minos supo que Dédalo estaba detrás de este ingenio y exigió a Cócalo que se lo entregara.

Cócalo no estaba dispuesto a que Dédalo sufriera la ira de Minos y le pidió que antes de entregarle, tomara un baño caliente. Fue entonces cuando las hijas de Cócalo quemaron a Minos con agua hirviendo y Dédalo escapó por segunda vez del castigo de Minos. 

Significado del mito de Ícaro

Una de las constantes de los mitos griegos es el castigo que sufren aquellos que osan ser soberbios o desafían a los dioses. El final de Ícaro, que muere ahogado después de haber logrado una gran hazaña, escapar de Creta y volar como los pájaros, viene determinado por esa arrogancia por la que olvida los consejos paternos y opta por volar cada vez más alto. De esta manera, en esta historia se impone un castigo al hijo que no hace caso al padre, una lección a través de la mitología para los antiguos griegos y pueblos venideros.

Pero además, al comienzo del mito ya aparece otro castigo, en este caso para Dédalo, quien sufre la ira de Minos ya que Teseo ha logrado escapar del laberinto que el arquitecto construyó y que debía un lugar del que se entraba pero nunca se salía.

Dédalo encerrado en el laberinto comienza a pensar cómo escapar de él, ¿qué lo motiva? Como padre, el fin que persigue es el bienestar de su hijo, por lo tanto, quiere proporcionarle un futuro mejor. 

Ver también: Quiénes fueron los héroes en la mitología griega

Cada personaje de este mito afronta el vuelo de una forma distinta: Dédalo lo hace con prudencia, pensando en que a los hombres no se les ha dado alas y ha de obrar cauteloso; por el contrario, a Ícaro le pierde la rebeldía de la juventud. Así, este mito muestra dos actitudes típicas de la vida: la impaciencia y la inconsciencia propias de la juventud, y la mesura que da la experiencia y los años. 

El mito de Ícaro se engloba dentro de los llamados mitos morales, es decir, relatos que intentan transmitir una enseñanza. De esta manera, lo que le ocurre a Ícaro trata de aleccionar a los antiguos griegos sobre los riesgos que pueden correr si traspasan los límites o las normas establecidos. Así, también nos enseña que nuestros actos tienen consecuencias, si obramos bien, esa buena actitud se nos devolverá, pero si actuamos de forma precipitada, impulsiva, rebelde o arrogante, las consecuencias pueden ser catastróficas.

De hecho, el complejo de Ícaro se cita en psicología. Fue descrito por primera vez por Henry A Murray en la década de los sesenta del siglo XX y se refiere a las personas que muestran demasiada ambición y que esta actitud puede llevarles a la destrucción.

Este mito también pone de relevancia que, cuando parece que no hay salida y que estamos abocados al fracaso, basta con seguir insistiendo y emplear al máximo el razonamiento y la inteligencia para poder abordar ese problema y salir de él. Esto es lo que hace Dédalo, parece imposible escapar del laberinto, pero logra sobreponerse a la tristeza y encuentra una forma de lograr su objetivo.

Más mitos griegos explicados de forma sencilla

Mito de Edipo y la Esfinge: la mitología griega está plagada de acertijos y enigmas, uno de ellos es el que plantea la Esfinge a todo aquel que quiera entrar en la ciudad de Tebas. Si consigue resolver el reto, podrá pasar, de lo contrario, será devorado por ella. ¿Lo conseguirá Edipo?

Mito de Ícaro: Ícaro, hijo de Dédalo, se atrevió a volar demasiado alto y esta decisión tuvo unas consecuencias devastadoras. ¿Cómo logró volar Ícaro?, ¿por qué decidió volar cerca del sol?, ¿qué le ocurrió y qué nos enseña este mito?

Mito de Orfeo: Orfeo fue un músico, poeta y profeta de la mitología griega. Sus padres fueron el rey de Tracia Eagro y la musa Calíope. A través de su canto y la melodía de su lira podía influir sobre las personas, los animales y las fuerzas de la naturaleza. Se casó con la bella Eurídice y, al morir esta, descendió al inframundo para liberarla. ¿Lo conseguiría?

Mito de Deucalión y Pirra: el mito de Deucalión y Pirra trata de explicar por qué hay hombres y mujeres en la Tierra y cómo es que todos somos diferentes. 

Mito de Teseo y el laberinto del Minotauro: Teseo, hijo del rey de Atenas, parte en un barco rumbo a Creta junto a otros jóvenes. Servirá de alimento al Minotauro, un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro que vive en un laberinto. Durante nueve años, nadie ha conseguido escapar de la criatura, ni salir del laberinto. Sin embargo, Teseo logrará la hazaña. ¿Cómo lo conseguirá?

Mito de Apolo y Dafne: ¿Qué sucede cuando el dios de la música y la poesía se enamora de una ninfa que juró proteger su castidad? Este es el mito griego de Apolo y Dafne, un relato antiguo del que se extrae una moraleja o enseñanza y, como en otros mitos griegos, la maldad tiene su castigo.

Mito griego del caballo de Troya: la Guerra de Troya es un evento destacado en la mitología griega y el punto de partida de esta historia. Comienza cuando Paris, hijo del rey de Troya, roba la esposa al rey espartano Menelao, secuestra a la bella Helena. 

Bibliografía

  • Mitología griega, Ediciones Michael Toubis, Sofia Souli
  • Mitos griegos, editorial Vicens Vives, Maria Angelidou
  • Los mitos griegos, editorial Ariel, Robert Graves
  • La enciclopedia de la mitología griega, editorial Libsa, Guus Houtzager