Por qué algunas personas mayores son rebeldes y testarudas. ¿Cómo lidiar con esta actitud?
Por qué mi padre o mi madre tienen un comportamiento tan rebelde
Cuando piensas en actitudes rebeldes en las distintas etapas de la vida, lo más probable es que te venga a la cabeza la adolescencia. Una época marcada por la necesidad de probarse a uno mismo y mostrarse desobediente e indisciplinado, en definitiva, ingobernable.
Pues bien, esa actitud que se va puliendo con los años, parece tener otro segundo resurgir en la vida adulta. Algunas personas mayores son rebeldes y testarudas y su actitud es retadora, ¿por qué ocurre?, ¿contra qué o quiénes se están revelando?, ¿cómo lidiar con esta actitud? En Quonomy.com tratamos de responder a estas cuestiones.
La rebeldía en las personas mayores
Algunos mayores actúan de forma excesivamente rebelde y su actitud supone una pesadilla para sus hijos, familiares o cuidadores. Se muestran tercos, pesimistas, negativos y su actitud es irascible y conflictiva.
- En ocasiones se niegan a cambiar de idea o a hacer caso a los hijos pese a que lo que se les dice o pide es positivo para ellos. Ni aun demostrándoles que no llevan razón se muestran favorables a asumir que se equivocan.
- Perciben cualquier cambio como una amenaza y harán lo opuesto a lo que se les pide solo por ese miedo a perder sus rutinas o su estilo de vida. Por ejemplo, “papá, no salgas a pasear a partir de las 12 que hoy va a hacer mucho calor y te puedes sentir mal”. ¿Qué hará una persona mayor rebelde y testaruda? Salir a partir de las doce aunque el calor le haga flaquear y pase una mala tarde a consecuencia de ello.
- Discutirán todo y por todo. Un anciano rebelde puede ser agotador para las personas de su entorno porque se empeñará en discutir todo aquello que no encaje en sus parámetros e incluso en los que encajen. Puede parecer en ocasiones que, solo se trata de llevar la contraria.
- Buscarán el ataque personal: cuando no haya nada por lo que rebelarse, no dudarán en recurrir a los ataques personales. Buscarán pelea y harán tambalearse la paciencia de los demás con sus juicios de valor o sus ganas de hacer daño ahí donde a la otra persona puede dolerle.
- Su forma de proceder suele crear muchas fricciones en la familia, más aun cuando el mayor vive en casa con los hijos y los nietos. Es como tener un adolescente metido en el cuerpo de una persona de la tercera edad, una situación explosiva.
Por qué algunos mayores se muestran tan rebeldes
Los padres y las madres ancianas pueden vivir un cambio en su personalidad. Personas que eran suaves, cariñosas y dulces, se vuelven urañas, malencaradas e hirientes. O todo lo contrario, aquellos que podían ser más irascibles y con mal genio, se vuelven dóciles y cercanos.
Estos cambios tan bruscos de personalidad suelen responder a problemas mentales degenerativos, desde la demencia al Alzheimer y requiere de un seguimiento personalizado para el anciano.
Sin embargo, lo que aquí tratamos no son casos degenerativos, sino actitudes rebeldes en personas mayores que no tienen otra cosa que los achaques de la edad. ¿Por qué se vuelven tan tercos?
Sienten que no gobiernan su vida: han pasado la vida cuidando a sus hijos quienes, en la madurez, entienden que las cosas han cambiado y han de cuidar de sus padres. Les molesta tanta “orden” y organización de su vida. Es una forma de rebelarse ante la idea de que sus hijos “manden” sobre su vida y sobre ellos. Han usurpado su puesto y no admiten ese cambio de rol.
Enfado personal: muchas personas llegan mal a la edad madura. No asumen bien el envejecimiento y la proximidad de la muerte. Esta energía negativa y estas emociones que les rodean terminan explotando y las despliegan hacia los demás en forma de rebeldía.
Depresión: la jubilación, la marcha de los hijos y los cambios en esta etapa no son bien aceptados por algunas personas mayores que se sumen en un estado depresivo que les lleva a mostrarse tercos y rebeldes.
Cómo actuar ante la rebeldía en personas mayores
No entres en el conflicto: si tu padre o tu madre se muestra terco y rebelde, intenta introducir la duda en lo que dicen como forma de desestabilizar su opinión. Deja que sean ellos mismos quienes se den cuenta que se equivocan pero nunca digas “te equivocas” o “no tienes razón”, porque se agarrarán a su idea aun más, por más peregrina que sea. Se pondrá a la defensiva. Cambia el argumento y hazle una pregunta: “¿no crees que si sales a pasear por la mañana, será más agradable la temperatura y hasta te puedes encontrar con algún amigo?”
Trata de entenderle: intenta entender el por qué las personas mayores son rebeldes y tercas. Aplica la empatía antes de enfrascarte en discusiones y peleas que terminan en el plano personal. Quizás no entiendes sus razones, pero para él son válidas.
Hazle saber que tomas en cuenta sus opiniones: dialoga con él o con ella y, no niegues todo lo que dice o piensa. En ocasiones los hijos, se creen en posesión de toda la verdad y menosprecian el punto de vista de los mayores, lo que es un detonante para el conflicto.
Dale más información: las personas mayores se vuelven rebeldes y testarudas porque temen los cambios y lo desconocido. Cuanta más información puedas darles sobre la nueva situación, más beneficioso será para todos y, quizás no es tan alarmante como ellos pensaban.
Negocia: ante la negativa de muchos mayores puedes llegar a un punto en común. “Si sales a pasear por la mañana, a mediodía podemos comer juntos”.
Mantén la calma: no te dejes llevar por las emociones como la ira o la angustia. Respira hondo por más nervioso que te ponga la rebeldía y la terquedad de tu padre o tu madre mayores. Si pierdes los nervios, sabrá que han ganado y conocerán como condudirte la próxima vez.