Por qué me mareo en el asiento trasero del coche (y no al conducir)
Mareos en el coche: por qué suceden y cómo prevenirlos
Para algunas personas, sobre todo para los niños, los viajes en coche son un problema. Y es que, al poco tiempo de arrancar el coche, comienza la sensación de mareo, la angustia en el estómago y, en algunos casos, los vómitos.
No creas que esto es algo que les ocurre solo a los niños, muchos adultos que no se marean en absoluto cuando conducen, sufren una desagradable sensación de mareo en el asiento trasero del coche, ¿por qué ocurre esto?
Por qué me mareo en el asiento de atrás del coche
El mareo en los viajes en coche es algo muy habitual, sobre todo, si el trayecto es largo, si hace un caluroso día que contribuye a que el interior del automóvil esté más caliente, si hay un ambientador fuerte o un olor desagradable a tabaco.
Lo curioso del caso es que, estos mareos y náuseas ocurren principalmente en el asiento trasero del coche, en raras ocasiones en el del copiloto y, casi nunca si conduces.
Los mareos detrás del coche y la visión lateral del paisaje
Esta incidencia tiene mucho que ver con la vista y el oído. Y es que, cuando conduces tienes una amplia visión de lo que hay por delante. Dispones de todo el cristal delantero y parte de los laterales para tener una amplia perspectiva del horizonte. Además, tu vista suele estar dirigida hacia delante y, como tenemos un campo de visión de 180º, basta con que mires al frente para tener también cierta información de lo que está ocurriendo a ambos lados.
Cuando tenemos una visión completa y más señales visuales percibamos, menos posibilidades tenemos de sufrir mareo.
Esto no ocurre de la misma manera cuando viajamos en el asiento trasero del coche. En estos asientos, lo que vemos delante son los asientos del conductor y el copiloto, sobre todo si estamos detrás de ellos y, un poco de cristal delantero. Por lo tanto, para poder contemplar el paisaje, el horizonte o la carretera por la que viajamos, debemos mirar hacia un lado. Y además, todo lo que miramos, queda atrás en unos segundos ya que estamos en movimiento.
Esto obliga a nuestros ojos y cabeza a estar en continuo movimiento, miramos un árbol y queda atrás, miramos un coche y queda atrás y así continuamente. En definitiva, todo lo que está de frente queda atrás cuando nos movemos sin que giremos la cabeza o los ojos; todo lo que está de costado nos obliga a hacer un movimiento de derecha a izquierda con los ojos sin parar. Esto contribuye a aumentar la sensación de mareo.
Además, si podemos ver el horizonte hacia donde nos dirigimos, el movimiento tiene sentido, de lo contrario, afecta a nuestro sentido del equilibrio, porque el movimiento de las señales externas no se produce de forma natural, como cuando caminamos.
Los mareos en la parte de atrás del coche y el movimiento
Otra de las explicaciones tiene que ver con el movimiento del coche, lo entenderás mejor si lo comparamos con el mareo que se produce en los barcos.
Cuando estás en un barco y no ves tierra delante y el mar está revuelto, el barco oscilará entre las olas y tú verás y dejarás de ver la línea del horizonte, sin otro referente adicional. Esto hace aumentar la sensación de mareo de una persona. Y es que, como veíamos antes, cuantas más referencias o señales visuales tengamos alrededor, menos posibilidades de mareo hay.
Esto sucede también en el coche, los pasajeros que viajan atrás viajan en movimiento, el coche se mueve, más aun en una zona de curvas, sin embargo, tienen muchas menos señales visuales que las personas que viajan en la parte delantera del coche, ya que tienen una visibilidad del entorno reducida.
En cuanto al movimiento y el sentido del equilibrio, entra en juego el oído. Y es que, el oído es un órgano esencial para mantener el equilibrio. En el oído está la cóclea y los canales semicirculares, conectados a ellos está el vestíbulo, que afecta al equilibrio y nos ayuda a tener estabilidad. De esta manera, si giramos la cabeza rápidamente, el líquido que contienen los canales semicirculares mueve unos pequeños pelitos que recubren la cóclea y envían información al cerebro sobre ese movimiento. Es decir, en menos de un segundo, el cerebro reacciona y envía a los músculos mensajes para poder mantenerse en equilibrio pese a ese movimiento rápido de cabeza y a los ojos para mantenerse enfocados.
Cuando viajamos en coche, los líquidos del oído interno seguirán moviéndose y enviando información como si estuviéramos girando o agachándonos, pero la realidad es que no nos movemos, estamos sentados mirando por la ventanilla. El cuerpo y el cerebro no lidian muy bien con estas señales contradictorias y comienzan a hacer que te sientas un poco mareado.
Este mareo empeora y además estás leyendo un libro o jugando con tu teléfono móvil. Y es que, como cuando viajamos en barco y estamos en el interior, sin ver el exterior, el oído interno le dice al cerebro que hay movimiento, pero los ojos informan al cerebro de que no te estás moviendo. Esta discordancia hace que el cerebro envíe señales contradictorias que afectan a la sensación de equilibrio.
Y, cuando el equilibrio falla, esta sensación se acompaña de otras molestias como las náuseas y, en los casos más intensos, los vómitos.
Cómo evitar los mareos en coche
- Siempre que puedas, siéntate en el asiento del copiloto.
- Concéntrate en el camino que hay delante, evitando viajar con la cabeza mirando a la derecha o la izquierda.
- Anticipa visualmente los baches y giros como hace el conductor.
- Asegura que en el coche no haga demasiado calor, mantén una temperatura entre los 20 y 23º.
- Si sueles marearte mucho y has de viajar atrás, ocupa el asiento central trasero, ya que tendrás más visibilidad en el paisaje que hay hacia delante.
- Baja la ventanilla a los primeros síntomas de mareo para que entre aire fresco.
- Pide al conductor que realice paradas frecuentes para poder recuperarte.
- Evita comer en exceso dentro del coche, preferiblemente haz una comida ligera antes del viaje.
- Lo ideal es dormirse durante el trayecto para evitar el mareo en el asiento trasero.